Malas enseñanzas a los hijos, sin saberlo

Malas enseñanzas a los hijos, sin saberlo

Ningún acto de los padres es neutral para los hijos: en cada acción de un padre hay una transmisión de valores de los cuales -a veces- los mismos padres no son conscientes. Por eso es importante que exista una coherencia entre el discurso y la acción. Te damos algunos ejemplos y cómo revertir esas conductas.

FUENTE. CIBERMAMÁ (cibermama.speedy.com.ar). ASESORÓ. LIC. ALEJANDRA LIBENSON (PSICÓLOGA, PSICOPEDAGOGA Y AUTORA DE “NUEVOS PADRES”) Y MCAFEE.

 

Algunas acciones que los adultos hacen sin pensar no pasan inadvertidas para los chicos y les enseñan actitudes que, si los padres fueran conscientes de ellas, reconocerían que no es lo que deben transmitirles a sus hijos. A continuación se les contamos algunas y sugerimos cómo cambiar esas conductas:

- Mandar mensajes mientras manejamos: para algunos, el celular es como un imán al que no puede resistirse, y si suena un mensajito mientras manejan, no dudan en chequearlo. Muchas veces se excusan diciendo que lo miran en el semáforo, pero eso hace que estén distraídos cuando se pone en verde y un bocinazo puede hacerlos arrancar de golpe mientras alguien terminaba de cruzar a las apuradas.

¿Cómo cambiar esta conducta? Lo mejor es evaluar qué tan urgente puede ser, y si hay alguna situación que pueda requerir atención inmediata, hay que estacionar y recién ahí tomar el teléfono.

- Bajar la guardia con respecto a la seguridad online: si pasaron tres años desde que cambiaste por última vez las contraseñas, compraste un teléfono nuevo y no le pusiste clave y la configuración de privacidad en Facebook está igual que cuando te uniste a la red, hay una mal ejemplo que hay que modificar.

¿Cómo cambiar esta conducta? Hacer ya mismo una actualización de las contraseñas, chequear las configuraciones de seguridad de las redes sociales, limpiar la lista de amigos y chequear los accesos que se le han dado a aplicaciones a través de las redes sociales. Una vez al mes se puede agendar esta actividad de chequeo y limpieza para que toda la familia lo haga al mismo tiempo.

- Estar desarrollando una adicción digital: puede ser muy difícil de admitir y aún más difícil de cambiar, pero en el caso de que Internet sea cada vez más y más importante en nuestras vidas y que estar sin conexión nos provoque ansiedad y mal humor, habrá que tomar cartas en el asunto.

¿Cómo cambiar esta conducta? Tomar conciencia del problema es el primer paso y pedir ayuda, el segundo. La pareja puede ser de ayuda en un primer momento, estando atenta y colaborando para que la persona que sufre el problema pueda estar cada vez más tiempo alejado de Internet. Si esto no alcanza, habrá que buscar ayuda con un profesional.

OTRAS CONDUCTAS

- Bullying: no sólo los chicos tienen este tipo de actitudes negativas hacia otros. Muchos adultos son capaces de maltratar a otras personas online por temas políticos, religiosos, por fútbol, etc., incluso muchas veces escudados en el “humor”. Si los hijos ven estas actitudes de sus padres en Internet, difícilmente entiendan después por qué no pueden molestar a un compañero en la escuela.

¿Cómo cambiar esta conducta? No sumarse a conversaciones que sabe pueden sacar lo peor de uno mismo, mejor cerrar la sesión y dedicarse a otra cosa. Siempre preferir discutir un tema personalmente antes que hacerlo por las redes sociales y practicar el respeto por las opiniones de los demás así como la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

- No prestar suficiente atención a las relaciones personales, distraídos por las digitales: mirar la pantalla del teléfono mientras nuestros hijos nos hablan, responderles sin levantar la vista, usar el teléfono sin que sea una urgencia durante las salidas en familia, por ejemplo, muestra dónde están nuestras prioridades en ese momento.

¿Cómo cambiar esta conducta? Levantar la vista del teléfono y prestarle atención a la vida real, que transcurre mientras estamos distraídos. Apagar el teléfono, dejarlo en el bolsillo o en la cartera, no siempre es necesario ponerlo sobre la mesa del restaurante, salvo que se esté esperando una noticia urgente. Plantear esto como un desafío familiar si el problema abarca a toda la familia y forman esas mesas en los restaurantes en las que cada comensal está concentrado en su propio teléfono. Nunca es tarde para hacer cambios.

- Ningún acto de los padres es neutral para los hijos: en cada acción de un padre hay una transmisión de valores de los cuales a veces los mismos padres no son conscientes, por eso es importante que exista una coherencia entre el discurso y la acción. Si el chico vive esa coherencia la va a reproducir, en cambio, si vive una incoherencia no tiene claro qué es lo que está bien y qué es lo que está mal.

RECONOCER LOS PROPIOS LÍMITES

Si ante alguna de las conductas antes mencionadas un hijo interpela a su padre diciéndole, por ejemplo: “¿Por qué vos usás el celular en la mesa si decís que no hay que hacerlo?” o “¿Por qué usás el teléfono mientras manejás?”, es importante reconocer que tiene razón, reconocer que a veces la tecnología “nos puede” también a los adultos y proponerle que, así como nosotros vamos a avisarle cuando veamos que hace un uso inadecuado de la tecnología, él también puede avisarnos y nadie se va a enojar. Se trata de ayudarnos mutuamente a manejar una situación que nos cuesta a todos.

Es cierto que muchos padres no toleran que los hijos les señalen sus errores pero, si el padre toma una actitud defensiva, se pone en un nivel de paridad con el niño o el adolescente y ya no se sabe quién es padre y quién es hijo.

Y es importante saber que un padre no se debilita por reconocer un error, por reconocer sus propios límites, al contrario, se hace más respetable a los ojos del hijo, más humano y más cercano. En cambio, si el padre es pura certeza genera una gran distancia con sus hijos.

28_LOS-NINOS-EN-INTERNET_JR.JPG