Pulsos de la política provincial

Receso activo de los políticos santafesinos

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Antonio Bonfatti, Miguel Lifschitz, Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli, primeros actores de la política provincial y de la nacional, con efectos en nuestro territorio.

Fotos:archivo el litoral

Por Darío H. Schueri

La Legislatura provincial entró en receso hasta el 20 de julio. Pero la caja de resonancia política desde hace tiempo se traslada a otros reductos. Existen nuevos paradigmas de los acuerdos sectoriales que ya no pasan por el neoclásico edificio de Gral. López donde en un ala (Diputados) todo es intensamente debatido, mientras que en la otra reina una llamativa armonía.

Por ejemplo, desde hace tiempo las tertulias políticas multipartidarias del área senatorial -denominadas en la jerga doméstica “el eje del poder”- se matizan con sabrosos y animados churrascos en la casa del vicegobernador Jorge Henn. Allí, los diecinueve senadores suelen confraternizar con el gobernador Bonfatti y el ministro de Gobierno, Rubén Galassi.

Por ejemplo, el asado del pasado miércoles estuvo gentilmente regado con los varietales de producción propia llevados por un senador peronista-“massista”, en tanto que el resto de los senadores peronistas (con algunas ausencias con aviso) y radicales, junto al socialista Miguel Lifschitz y el gobernador Bonfatti (Galassi estaba atendiendo el conflicto de una papelera en San Lorenzo) definían el calendario parlamentario prácticamente hasta el recambio gubernamental.

No se sabe si se dijo, pero Bonfatti insiste con sacar el denominado “impuesto verde” y la tasa vial. No obstante, eran tantas las coincidencias que por momentos algunos no sabían de qué lado de la mesa partidaria estaban. Miguel Lifschitz naturalmente fue, por primera vez, el eje del encuentro, sin que se descuidara el detalle -dicen que deslizado por Bonfatti - de quién tendrá la birome hasta el 10 de diciembre de 2015.

El peronismo deambula entre temas diversos: el procesamiento del vicepresidente Boudou, el eventual desconocimiento del fallo de Griesa y la natural disgregación que genera en la provincia la ausencia de un liderazgo fuerte como supieron darle Vernet, Reviglio (en ambos casos con el aceitado palier de la Cooperativa) y después el latifundio reutemannista que se extendió 16 años.

De allí que ahora el poder se haya trasladado a los senadores, quienes consideran a sus departamentos como ducados en lo que hacen valer su poder territorial, tendencia que tan bien interpretó Bonfatti al asumir el gobierno con una histórica minoría parlamentaria, para orientar con éxito su gestión. Traducido a términos estrictamente políticos: cada uno de los senadores peronistas pujará por retener su escaño, casi independientemente de quién gobierne la provincia.

Así las cosas, Bonfatti se encamina a revertir la teoría norteamericana del “pato rengo”, metáfora ilustrativa del síndrome que padecen los gobernantes estadounidenses cuando transitan el último tramo de sus gobiernos a causa de la fuerte pérdida de poder que genera la imposibilidad constitucional de ser re-reelegidos (en el caso de Santa Fe ni siquiera existe el instituto de la reelección). Pero aquí, la particular trama política actual hace que a pesar de la cercanía del 2015 si Bonfatti logra conservar la armonía sustancial con los senadores -y habida cuenta de la acelerada balcanización en Diputados-, su poder difícilmente disminuya.

Es probable que Bonfatti sea candidato a senador nacional y se convierta en el gran elector del FPCyS junto a la masa crítica que le ofrece su principal socio electoral: el radicalismo, fuerza política que controla la mitad de los municipios (entre ellos el de Santa Fe) y más de un centenar de comunas. Seguramente en el radicalismo, ante la lanzada candidatura gubernamental de Miguel Lifschitz, el trabajo de parto en pos de una fórmula -para ir, o no, a las Paso- no desemboque en una cesárea. Como anticipa el vicegobernador Henn: “No es un tema que quite el sueño a quienes estamos en función de gobierno. Es verdad que ya hay nombres en danza, pero todos quienes quieran ser candidatos juegan su suerte en cada día de gestión de este gobierno”. Henn confía en la cordura partidaria -y del Frente- para que la sangre no llegue al río.

El radicalismo y el socialismo santafesinos, a diferencia del peronismo, por ahora no tienen que preocuparse por las candidaturas nacionales. Pero hay un frente de tormenta que amenaza con mutar de categoría: Mauricio Macri y sus alianzas con radicales en todo el país. Macri, como bien señala el columnista de DyN Walter Schmidt “parece empezar a convertirse en un jugador clave para las elecciones de 2015”. Posibles desavenencias en Faunen nacional, ¿repercutirían en el FPCyS vernáculo? ¿Y en el massismo santafesino?

Es que el jefe de Gobierno porteño está atando una sucesión de acuerdos preelectorales con la UCR en varias provincias; mientras acá su principal elector -Miguel del Sel- cotiza en bolsa para los senadores massistas-reutemannistas que anhelan con tenerlo como candidato. ¿Dejará Macri a Santa Fe librada a los acuerdos que pueda tejer Del Sel con el peronismo? ¿O atará la estrategia santafesina -que por la Constitución desdobla las elecciones- a la nacional?

Sergio Massa, desesperado por diferenciarse del kirchnerismo -y de Boudou- apura a su equipo para salir a pelear el interior. Para ello conformó un grupo de armadores políticos surgidos de la política más tradicional, quienes buscarán garantizarle al líder del Frente Renovador la estructura y los acuerdos necesarios para competir con perspectivas en la próxima elección presidencial.

“Ustedes son los únicos autorizados para llevar adelante la campaña territorial”, les dijo Massa a los 15 dirigentes encabezados por el jefe de campaña, Juan José Álvarez, que el jueves pasado se reunieron en Tigre para avanzar en la organización de la estructura hacia 2015.

El objetivo del diputado es tener un armado que hasta ahora se estaba haciendo de manera desordenada, y terminar con las peleas internas en los distintos territorios para poder aglutinar a la mayor cantidad de dirigentes posibles. En Santa Fe se desconoce quién o quiénes estarán al frente de la movida, aunque por las dudas el diputado nacional Oscar “Cachi” Martínez redobló la pegatina de afiches con su figura y la de Massa en los muros de esta capital.

El sciolismo comienza a atravesar una coyuntura no esperada con la caída en desgracia del vicepresidente Boudou, y apura los tiempos del despegue con el kirchnerismo para que Sergio Massa no le ocupe el frente de batalla en ese territorio. Y que tampoco se le filtre por los flancos Mauricio Macri.

Por ahora en Santa Fe, más allá de los voluntariosos muchachos de la agrupación Descartes, no tiene otros armadores oficiales a la vista. Omar Perotti y María Eugenia Bielsa son figuras que, según dicen quienes frecuentan al gobernador bonaerense, están entre sus planes. Entre tanto, ya tentó para la senaduría nacional a un reconocido dirigente del “campo” gremial extrapartidario.

El PJ nacional en su reunión plenaria de este jueves no bajó línea política operativa hacia el interior; sólo se remitió a bancar al vicepresidente Boudou y a reafirmar la vía de la negociación en el tema fondos buitres, además de otras cuestiones de organización interna.

En suma, las vacaciones de invierno, tradicional tiempo de descanso, se muestran muy activas en la política santafesina.

El socialismo y el radicalismo santafesinos no se preocupan aún por el plano nacional, pero hay un frente de tormenta que amenaza con mutar de categoría: Mauricio Macri y sus alianzas con radicales en todo el país.

 

Sergio Massa, desesperado por diferenciarse del kirchnerismo apura a su equipo para salir a pelear el interior. Y el sciolismo apura decisiones para que el massismo no le ocupe el frente de batalla en Santa Fe.