llegan cartas

Verdades y mentiras

ALEJANDRO REINER

DNI. 93.495.091

Desde el mismo momento de la creación del Estado de Israel por un grupo de visionarios idealistas, sionistas y sobrevivientes de la Shoa, el mismo es atacado diplomáticamente por las ligas árabes y por sus poderosas fuerzas armadas en intentos de “borrarlo del mapa”. Entonces, un pequeño país recién nacido se vio en la necesidad de armarse eficientemente; y es lo que haría cualquier país del mundo cuando observa que sus fronteras se ven amenazadas. Luego de varios conflictos, Gaza fue devuelta hecho un vergel y la transformaron en una base militar. Hamas tomó el poder no para gobernar sino para guerrear y echar a Israel al mar. Quedaron allí miles de inocentes ciudadanos en el medio de miles de milicianos armados hasta los dientes. Lo más terrorífico e inentendible es el fanatismo, el odio, el lavado de cerebro a niños y adolescentes, a quienes en lugar de darles un futuro les enseñan el uso de armas, la técnica de guerrillas, el armado de bombas y, lo que es más salvaje, el desprecio de su vida para entregarla a Alá, mientras asesina a judíos; entonces su alma tendrá la gloria suprema de estar al lado de Alá rodeado de vírgenes. Ese fanatismo, el desprecio de la vida, el odio visceral lo tenemos cuando una madre dijo que se sentía orgullosa si su hijo mató al judío adolescente. Y esto no son verdades a medias. La peor mentira es la que más vende “si es verdad”. Tenemos como ejemplo las mentiras dimensionadas, desfiguradas de ciertos corresponsales colocando fotos de Siria como un hecho en Israel. Hablando de Siria, nadie comenta el Holocausto, la masacre que están sufriendo los cristianos. No, porque los judíos son noticia. Comentan en una carta de lectores, muy superficialmente e inocentemente, que Israel atacó a mansalva a la población civil palestina. “Grosa mentira”. Lo correcto es: Israel se defendió de las lluvias de misiles que durante meses cayeron sobre poblaciones aledañas a Gaza, y luego de iniciado el conflicto por el asesinato de los adolescentes tiraron a Jerusalén, Tel Aviv, Haifa, aeropuerto Ben Gurión, etcétera, no piedras con gomeras, ni cohetes festivos.

Israel perdió la paciencia: tanta provocación merece un escarmiento. Un jefe de Estado debe y tiene la obligación de proteger su población que no es sólo judía sino también cristiana, palestina, griega y ortodoxa.

Hamas recibe dinero de todo el mundo para la asistencia de los palestinos, pero lo ha desviado para armar un ejército. Están bien pertrechados con armas modernas y bien entrenados. Han gastado una fortuna en la construcción de más de 30 túneles, obras de ingeniería que llegan hasta la puerta de las fronteras de Israel. El plan era el asesinato en masa en el día de las altas fiestas cuando todos estaban en las sinagogas.

¿Hay ganadores? Sí, la muerte, el retroceso, la ignorancia, el salvajismo, el racismo, la intolerancia, la miseria, la destrucción.