Conociéndolos

Los anfibios de Santa Fe tendrán su propia guía

Un equipo de investigadores de la UNL trabaja en un proyecto para difundir y preservar la importancia de los anfibios de Santa Fe. Cómo los afecta la crecida del Paraná y el cambio de hábitat. En pocos meses, estará lista la guía de reconocimiento de anfibios de Santa Fe.

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Ejemplar de H. Punctata, frecuente en nuestra zona. Foto: Prensa UNL

 

Prensa UNL - El Litoral

Grandes ríos, extensos humedales, lagunas, agua que sube y baja, humedad, mosquitos y bichos varios todo el año, hacen de Santa Fe el espacio ideal para que habiten los anfibios, el grupo de animales vertebrados que tienen dos vidas, una dentro del agua y otra fuera de ella.

Pero las características de este grupo de organismos es una incógnita para la mayoría de las personas. Para revertir esta situación y difundir y preservar la importancia de los anfibios locales, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Limnología (Inali), está concluyendo un proyecto de divulgación llamado “Conociendo y valorando los anfibios de nuestros humedales”.

“El proyecto tiene tres grandes partes”, indica la Dra. Romina Ghirardi, investigadora de Conicet que desarrolla sus actividades en el Inali, dentro del equipo de herpetología, y es directora del proyecto. “La primera es que toda la información que se viene recopilando desde hace quince años en el grupo de anfibios, se pueda divulgar y llevar a la sociedad con charlas y seminarios abiertos. La otra pata del proyecto tuvo que ver con un taller para docentes, para trabajar la temática de los anfibios en el aula, y la tercera es la publicación de una guía de reconocimiento de anfibios de la provincia de Santa Fe”.

Este libro estará publicado en breve y tendrá información detallada sobre las especies de la provincia, con fotos y datos sobre la conservación, coloración, tamaño, forma y demás detalles que permitirán reconocer a los anfibios en el campo.

Sapos, ranas y escuerzos

A pesar de que popularmente se divide a los anfibios entre sapos, ranas y escuerzos, la Dra. Ghirardi explica que la clase anfibia tiene tres órdenes: “El orden Gymnophiona, que son las cecilias o viboritas ciegas; el orden Caudata, que son por ejemplo las salamandras, que parecen lagartijas pero no tienen escamas, y el orden Anura al que pertenecen las ranas, sapos y escuerzos. En la provincia de Santa Fe hay una especie del orden Gymnophiona y 51 especies del orden Anura”.

Cada especie difiere en color, tamaño y espacios donde se mueven, entre otras cosas. Ghirardi destaca que muchos anfibios de esta zona comparten el hecho de encontrarse en el límite sur de la distribución geográfica para su especie. “Nosotros compartimos muchísima anfibiofauna con los países limítrofes, principalmente Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia que por lo general entran a Santa Fe por el río Paraná. Otras especies llegan hasta Venezuela y Santa Fe es el limite más sur de su distribución”.

Por suerte, lo que no compartimos con el norte es la toxicidad de los anfibios, como las temidas Phyllobates terribilis, la famosa rana dardo que habita las selvas húmedas de Colombia y Panamá, con un alcaloide venenoso en su piel capaz de matar a un humano en segundos. “La especie que tenemos acá es Trachycephalus typhonius o ‘rana lechosa’, que es un anfibio de mediano tamaño -puede llegar a medir hasta 7 cm- y si uno lo agarra o le toca la piel, la rana libera un líquido lechoso, pegajoso, que irrita muchísimo a las mucosas. Pero no mata”.

Las crecidas son oportunidades

Tanto para los anfibios como para otros grupos de organismos, la crecida del Paraná ofrece la oportunidad de explotar nuevos ambientes gracias a la ocupación de la planicie aluvial por parte del agua. Para el Dr. Javier López, investigador del Inali y docente en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL que realizó su tesis doctoral en este tema, las variaciones en el caudal del río son parte integral y fundamental del sistema y permiten mantener su diversidad.

“Una de las variables de las crecidas que afectan a los anfibios es la conectividad de los cuerpos de agua. Por ejemplo, hay ambientes que se conectan solamente en crecidas extraordinarias, otros que se conectan todos los años en los dos picos de crecidas ordinarias, y después hay lagunas que se conectan aún en períodos de aguas bajas. Esa graduación de ambiente es lo que permite que distintas especies puedan explotar los diferentes nichos disponibles, por ejemplo para la reproducción, y puedan prosperar”.