Estímulos a la forestación

Hay que conseguir mucha madera...

Normas nacionales y provinciales impulsan la implantación de bosques, una oportunidad para productores dispuestos a incorporar árboles como cortinas, montes de reparo o sombra. Reintegros del costo de implantación y desgravaciones impositivas invitan a probar.

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Juan Manuel Fernández

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Aunque el desarrollo del rubro forestal en la provincia es incipiente, existen herramientas para fomentar la expansión de plantaciones que bien podrían aprovechar otros sectores como el ganadero o el lechero, en pos del bienestar animal. Incluso, en el futuro, también sería una alternativa al uso de bosque nativo para las industrias radicadas en zonas sin provisión de gas que precisan de la biomasa para la generación de energía.

Son normativas que buscan impulsar la producción de madera a cambio del reintegros de los costos de implantación y la desgravación impositiva.

Por un lado la Ley Nacional 26.432 de Inversión para Bosques Cultivados establece Apoyos Económicos No Reintegrables (AENR) de hasta el 80% del costo de implantación, poda, raleo, manejo de rebrotes o enriquecimiento del bosque nativo en la región chaqueña. El objetivo es “aumentar la oferta maderera a través de la implantación de nuevos bosques, beneficiar la instalación de nuevos proyectos forestoindustriales y las ampliaciones de los existentes”.

En tanto, el Código Fiscal Provincial dispone desde hace años la exención del Impuesto Inmobiliario Rural para aquellas superficies forestadas. Y, entre otros mecanismos orientados a promover -por ejemplo- la forestación de parques industriales, también existen convenios para la implantación de cortinas y montes de reparo.

En todos los casos, la autoridad de aplicación es el Ministerio de la Producción, a través de la Secretaría del Sistema Hídrico Forestal y Minero. Para ello, dispone de dos Centros Operativos Forestales (COF), uno en Recreo Sur (La Capital) y el otro en Santa Felicia (Vera), que además de producir gran variedad de especies -para proveer tanto a actores privados como a municipios y comunas- son los lugares de recepción de solicitudes y certificaciones que permiten acogerse a los beneficios señalados.

Algo más que desgravación

En diálogo con Campolitoral, el Subdirector de Ecología Carlos Cecchini y la responsable del COF Recreo María Virginia Quiñonez explicaron cómo trabajan en la instrumentación de los fomentos a la forestación y la provisión de ejemplares, además de anticipar proyectos a futuro como el uso energético de bosques cultivados.

“Tradicionalmente nos visitan productores ganaderos de carne y leche, que tienen incorporado como hábito llevar árboles para hacer las cortinas o montes de reparo”, comentó Quiñonez. Estas iniciativas son netamente individuales, no acogidas a los beneficios de la ley nacional pero sí a los de la provincia. “Tienen su plancito de forestación -añadió la ingeniera agrónoma- para complementar su actividad” y por lo general todos los años implantan entre media y dos hectáreas. “Para cortinas llevan casuarinas”, detalló. Hasta tal punto se familiarizaron con estas prácticas que “ya tienen su planificación, en base al suelo que tienen y su experiencia”.

Cecchini agregó: “recién a partir de este año comenzamos una campaña con los productores para interiorizarlos tanto sobre bosque nativo como cultivado”. Y explicó que existe una gran diferencia entre la superficie beneficiada por la ley 26.432 y la favorecida por la provincia. “Le interesa más (al productor) la desgravación impositiva que el reintegro, es una cuestión cultural”. Los números son claros al respecto: apenas 2.000 hectáreas gozan de beneficios nacionales, mientras suman 23.000 las exentas del inmobiliario rural. Sin embargo, “el programa nacional es a partir de un cuarto de hectárea, por lo que no es una limitante”.

A su vez, el funcionario resaltó que “con la normativa provincial hay productores agropecuarios con superficie desde 4 a 40 hectáreas que forestaron por la ley 11.111 (Plan Forestal Santafesino), que lo utilizan como cortinas o para bienestar animal” por un total de 1.500 hectáreas. También indicó que existen productores de frutales que los utilizan como reparo. “Y el código fiscal -aclaró- es exclusivamente para productores agropecuarios, la desgravación no entra para pasta”.

Calidad certificada

Dentro de las especies que se multiplican en Recreo, se destacan las Salicáceas (álamos y sauces). Y desde 2012 -cuando el vivero se inscribió en el INASE- se incorporó material genético certificado, “garantizando calidad y cualidades diferenciales tales como resistencia a salinidad de suelos, vigor y rápido crecimiento iniciales, resistencia a enfermedades, tolerancia a periodos de anegamiento”. Estas incorporaciones, agregó la titular del COF, se decidieron en función de la demanda, ya que “habitualmente consultan qué plantar en zonas inundables o manchoneadas”.

También se producen variedades de Eucalipto, como tereticornis y camaldulensis, ambas exóticas de rápido crecimiento, aptas para implantación de macizos y cortinas, con diversos usos finales (celulosa, leña, carbón, postes) y “una demanda futura creciente relacionada a la generación de biomasa con fines energéticos, nueva línea estratégica a implementar desde el COF dada la necesidad de disponer de información local”, anticipó Quiñonez.

Otras especies disponibles son las coníferas: pinos elliottii y taeda, ciprés lambertiana y piramidal, thuya, ciprés calvo y casuarina, que es “la mas demandada para la conformación de cortinas rompeviento”. Y, entre las nativas, lapacho, guarán, jacarandá, ibirá pita, palo borracho y tipa blanca con fines ornamentales; mientras para madera se produce algarrobo de tres especies blanco, negro y chilensis.

“La Nación pagó beneficios, del 98 al 2013, aproximadamente sobre 2.000 hectáreas de 44 forestadores para madera de calidad por un total de $1.8M”, indicó Cecchini, según datos de la dirección de producción forestal del Minagri. Del total, 90% fueron para eucaliptus, 8% Salicáceas (sauces y álamos) y 2% restante a otras como grevillea, pino o algarrobo. “El pino es la más importante y va a mueblería”, explicó. Mientras que el eucalipto predomina en San Justo y General López, donde se procesa para pasta celulosa (que no tiene los beneficios).

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Proceso

  • En el Centro Operativo Forestal de Recreo se producen y comercializan plantines de gran cantidad de variedades para diversos usos. Fotos: Juan Manuel Fernández
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El dato

Tramite sencillo

  • Los interesados en adherirse a los beneficios de la Nación, deben presentar su solicitud en COF Recreo, que lo eleva a la autoridad competente. Mientras, se realiza la plantación. Y en 10 a 12 meses, una vez que se constata por el personal técnico la superficie definitiva se remite el certificado a Nación, que entonces reintegra sobre “plantación lograda” a valores actualizados.

Para energía

  • Desde este año en el COF Recreo comenzaron a diseñar una línea de trabajo para darle destino energético a futuras forestaciones. “Es una clara demanda futura, generar biomasa con rápido crecimiento”, explicó la responsable del área, Virginia Quiñonez.

El primer paso será generar información agronómica. En general los turnos de corte con ese destino se hacen cada cuatro años. “Que es muy diferente a obtener madera de calidad; eso lleva 10, 15 o 20 años, son otros tiempos”, aclaró.

El trabajo, por ahora, consiste en diseñar ensayos para determinar densidades de siembra, que se puede hacer en un rango de 2.500 a 10.000 plantas por hectárea, mientras que para madera son 950/1.100. “En ese abanico tenemos que disponer de información local para ajustar”.

También se precisa un aggiornamiento de la norma nacional, que sólo contempla aportes para plantaciones con destino a madera. “Queremos ver, como provincia, generar una norma propia”, adelantó.

En el norte hoy hay una gran demanda de leña por parte de las industrias, que se abastecen desde bosques nativos. “Entonces hay que pensar en esos grandes actores que están necesitando estas energía alternativas; nuestro desafío como Estado es empezar a trabajar eso”, concluyó.

“Tradicionalmente nos visitan productores ganaderos de carne y leche, que tienen incorporado como hábito llevar árboles para hacer las cortinas o montes de reparo”

María Virginia Quiñonez

Responsable Centro Operativo Forestal Recreo

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