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Alma de tango

Con disco nuevo, De criollos y tangueros, en esta entrevista Guillermo Fernández nos invita a descubrir los orígenes de la música ciudadana y los giros interpretativos de la voz en el lenguaje tanguero. Desde agosto y hasta noviembre estará visitando Santa Fe periódicamente para compartir sus experiencias y enseñanzas en el canto como docente del Seminario de Interpretación y arreglos de Tango, que se llevará a cabo en el Instituto Superior de Música de la UNL.

TEXTOS. MILI LÓPEZ. FOTOS. GENTILEZA DEL ENTREVISTADO.

 

“El tango te cuenta una historia en tres minutos y es tan claro lo que cuenta que el cantante sólo tiene que ser transmisor del mensaje de la canción”; quien afirma es voz autorizada. Guillermo Fernández es cantante, músico y compositor de tangos. En su trayectoria cuenta haber compartido escenario con los más grandes íconos del género. Desde muy pequeño hasta hoy su pasión y entrega ha sido para con el tango.

Su afirmación sobre los cantantes no es al azar, es como una carta de presentación en su rol de docente. Desde agosto y hasta noviembre estará visitando Santa Fe periódicamente para compartir sus experiencias y enseñanzas en el canto como docente del Seminario de Interpretación y arreglos de Tango, que se llevará a cabo en el Instituto Superior de Música de la UNL. Un lujo y una oportunidad única para los cantantes de Santa Fe y la Región poder contar con este músico que ha “manyado” tango toda su vida.

“Insisto mucho con los alumnos, primeramente en respetar la música y respetar la letra. Ya de por sí los tangos tienen una carga emotiva muy fuerte, justamente lo que hay que tratar de hacer es cantarlo”, responde Fernández cuando se le consulta por los trucos o yeites al momento de abordar el lenguaje tanguero. “A mí me gusta hacer un trabajo de despojo, lo que veo es que hay una sobreexposición, ya sea por la cantidad de medios e información, hay demasiada intensidad en lo que tiene que ver la emisión del sentimiento y cada tango de por sí explica solo la historia”.

Las letras no pasan de moda, pintan cada realidad recóndita. Fernández destaca como autores a Celedonio Flores, José González Castillo, Cátulo Castillo, Homero Manzi, Discépolo, más acá Eladia Blázquez, y hoy en día apunta a Luis Longhi y Raymundo Rosales como portadores del decir. Aunque si tiene que elegir uno preferido, se inclina por el autor de “Malevaje”, “Cambalache”, “Cafetín de Buenos Aires”, “Yira, Yira”, a saber Enrique Santos Discépolo.

Este año cumple 50 años con el tango. Empezó cantando con los más grandes y fue parte de la historia del tango de cada época. A los 6 años ya cantaba en el “Rincón de los Artistas”, de Álvarez Jonte y Boyacá, el mismo lugar donde cantaban Goyeneche, Floreal Ruiz, Alberto Morán y tantos más. Tuvo muchos maestros, estudió canto y repertorio con Aníbal Troilo, Lucio De Mare, Carlos Figari y guitarra con Roberto Grela. A los 10 años estudió armonía e instrumentación con Sebastián Piana.

“Piana era el mayor ejemplo de humildad, era uno de los tipos más sabios en lo que tenía que ver con la armonía y la instrumentación y tenía una humildad muy grande”, afirma y recuerda “Estudié tres años con él y cuando ya estaba terminando, me dice ‘viste todo lo que yo te expliqué de lo que se puede y lo que no se puede en una instrumentación o en un arreglo, cómo van superpuestas las voces, bueno, ahora si surge algo que es todo lo que no se puede hacer pero te suena bien, está bien’ (risas) Sebastián era un genio, uno de los grandes compositores de la música popular del mundo”.

Guillermo Fernández mantiene su esencia, ha crecido y ha vivido. Su capacidad de reinventarse ha logrado que se vea inmerso en una prolífica carrera musical. Con el correr de los años escribió el musical “Gardel”, armó su propia Orquesta Típica, recorrió Francia con el musical “María de Buenos Aires”, de Piazzolla y Ferrer, ha actuado en obras de teatro y en películas, condujo programas televisivos y radiofónicos sobre el género y como si fuera poco escribió y editó el libro-disco para niños “El tango es puro cuento”, en el que participaron Pedro Aznar, Alejandro Dolina, Teresa Parodi, Ligia Piro, entre otros.

Con quince discos editados, es la voz del tango que emociona en cada concierto sobre el escenario, en cada composición, en cada canción. Conmueve cuando con cada abordaje de las letras se vislumbra el alma del artista.

AQUELLOS TANGOS CAMPEROS

“De criollos y tangueros‘ es el nuevo disco de Guillermo Fernández, en el que quiso recurrir a los orígenes y los autores e intérpretes olvidados. Fue a la raíz pura -o al pre-tango como él mismo lo llama- para abordar el tango criollo con guitarras, a través de composiciones propias y ajenas, a las que les dio su propia estampa.

El disco recorre un puñado de obras muy poco transitadas (“Pampa luna”, “Criollita de mis amores”, “Temblando”, “Al pie de la Santa Cruz”, “El desafío”) y temas que compuso junto a Luis Longhi (“Mate Cosido”, “El Lungo y el Oscurito”-ver recuadro-, “Llevame Overo viejo”, “Soy tu cantor”, “Paloma Herida”).

- ¿Cómo surge la necesidad artística de indagar en los orígenes del tango?

-Empecé a cantar tangos a través de las canciones criollas, cuando tenía 5 años un primo mío me regaló un long play de Gardel y era de canciones criollas y fue mi primer vuelco. Yo cantaba folklore y algunas canciones melódicas, pero cuando escuché a Gardel cantando esas canciones criollas “Caminito soleado”, “Guitarra, guitarra mía”, me enamoré del personaje Gardel, y justamente por Gardel empecé a entrar en el tango. Esa necesidad es un volver a empezar y, por otro lado, surge en un momento en el que la federalización de la cultura se está viendo un poquito más. Siento que está habiendo un cambio, hay más movimiento, más ganas de hacerse cargo de lo nacional, de la música nuestra y eso me da mucha alegría.

- ¿Cuál fue la génesis de este proyecto?

- Con Federico Mizrahi y Luis Longhi escribimos un musical que es “El musical de Gardel”. Escribimos la música y la letra de las canciones. Dentro de las canciones que tiene el musical, hay dos criollas: un valsecito criollo y la payada Gardel-Razzano. Esto fue como un preludio, porque yo ya estaba preparando el álbum “De criollos y tangueros”, y le propuse a Luis Longhi que sigamos escribiendo canciones en ese estilo...

- Hay otras canciones poco transitadas de autores conocidos, ¿cómo fuiste encontrando esas composiciones que completan el disco?

-Encontré una canción en una película de Lucas Demare, que cantaban a dúo Ignacio Corsini y Agustín Irusta, y la cantaban arriba de un caballo cruzando la pampa. Me encantó y la empiezo a buscar. Siempre cuento la anécdota que en un momento me encuentro buscando canciones criollas en you tube (risas) y es muy gracioso porque es como una paradoja, ¿no? Finalmente encontré la canción y es una zamba que se llama “Pampa Luna” y es nada más y nada menos que de Sebastián Piana y Homero Manzi, y yo no la tenía, no la conocía. Así fui descubriendo canciones muy bellas a partir de distintas situaciones.

- Siempre presente el aporte de ese tango del interior, que no es el porteño, al tango de todas las épocasà

-Sí, yo siempre digo que aquellas canciones que cantaron los hombres que venían de las provincias y que se instalaron en el arrabal porteño, porque ellos no fueron al centro, se quedaron en los arrabales, mezcladas con la música que venía de los polacos, de los españoles, y de las corrientes de inmigrantes fue lo que dio origen al tango, a través de esas milongas camperas, de esas zambas, mezclado con los ritmos afros, fue una mezcla bastante fuerte...

-¿Cómo fue el trabajo con el guitarrista César Angeleri?

-César está trabajando conmigo desde al año 2002 y considero que es uno de los guitarristas más grandes que tiene nuestro país. Nos aventuramos con este proyecto donde no es fácil abordar las canciones criollas, pero César que además toca muy bien tango, viene del palo del folklore y conoce muy bien las dos puntas del iceberg, justamente eso es el criollo, esa mezcla del campo con la ciudad...

Así, el disco es un convite a revivir el aroma de aquellas canciones, esas músicas criollas con dejos de nostalgia, romance y sentimiento. Con sonidos armónicos actuales, la melodía se preserva y lleva al oyente a evocar paisajes de pueblos y ciudades pequeñas con sus historias mínimas.

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en su nuevo disco recurre a los orígines de la música ciudadana

PARA ALEJAR LA TRISTEZA

Dicen que las historias se encuentran caminando la vida. Que en cada rincón de cualquier bar, a la vuelta de la esquina, en los encuentros entre amigos, en los momentos compartidos, hay una canción.

Fernández junto a Longhi, su compañero de ruta en la composición, descubren relatos contemporáneos en espacios cotidianos que enriquecen al género y aumentan su acervo. En este caso es “El lungo y el Oscurito”, una milonga sureña que con gran trabajo poético habla de miserias, riesgos, fútbol, en la complicidad de dos amigos.

“Esta es una historia real, con Luis Longhi, hacemos mucho el trabajo de salir a la calle y vamos a cantar a los barrios más pobres. Hay un barrio cerca de San Telmo, Parque Patricios, que es un barrio muy pobre de Buenos Aires y ahí encontramos una pareja de muchachos que cantaban y a uno le decían El Lungo y al otro El Oscurito, y era muy gracioso porque el Lungo medía 1,50 y el Oscurito era el alto pero bien morochón”, cuenta Fernández y remata “Uno era de San Lorenzo y el otro de Huracán, eternos rivales del fútbol, y entonces uno de ellos nos dice ‘nosotros podemos ser amigos porque cantamos, porque cantar nos aleja de la tristeza’”

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UNA OPORTUNIDAD ÚNICA

Guillermo Fernández será parte del cuerpo docente del Seminario de Interpretación y arreglos de Tango, que se llevará a cabo durante el segundo semestre del año en el Instituto Superior de Música de la UNL. El mismo está dirigido a estudiantes de la institución, a alumnos de otras entidades y a intérpretes en general con conocimientos académicos de la disciplina.

El mismo será dictado por un equipo docente, coordinado por el Prof. Gabriel de Pedro, y estará orientado a los siguientes instrumentos: violín, viola, violonchelo, contrabajo, piano, bandoneón, guitarra clásica y eléctrica, percusión, saxo, clarinete, flauta traversa y canto. Además de Fernández en canto, el equipo docente se completa con los profesores Gabriel de Pedro, Rafael Gómez, Danilo Cernoto, Hernán Pérez, Raúl Vallejos y Abel Rodríguez.

La actividad tendrá un arancel y será gratuita para los alumnos del ISM. Las inscripciones se realizarán en la Secretaría de Extensión del Instituto Superior de Música (de 9 a 12 horas al teléfono 4511622/3 int. 104 o al mail [email protected]).

“Empecé a cantar tangos a través de las canciones criollas, cuando tenía 5 años un primo mío me regaló un long play de Gardel y era de canciones criollas y fue mi primer vuelco”.