Presentación pública conjunta

Estela y Guido: “Magia y maravilla”

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De la redacción de El Litoral

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DyN

“Yo soy Ignacio”, fueron las primeras palabras del nieto de Estela Carlotto, al presentarse en sociedad ayer junto a su abuela tras la conmoción que provocó la noticia de su hallazgo y con el objetivo -dijo- de “concientizar” a todos aquellos jóvenes con dudas para que se hagan los análisis que permitan saber si son hijos de desaparecidos.

“Es una alegría enorme. No solamente por mí, sino porque yo sabía que esta respuesta iba a traer alegría a mucha de gente. Veo la alegría en sus ojos y me parece realmente maravilloso. Lo estoy disfrutando”, afirmó el muchacho, que se abrazó en público con su abuela. En medio de una caótica conferencia de prensa dada ayer por la tarde en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, el joven afirmó que estaba “convulsionado” por lo que estaba viviendo, que se sentía feliz de poder provocar “tanta alegría” y que quería que “esta situación sirviese para potenciar la búsqueda” de los nietos. Apenas se inició la conferencia, alguien le preguntó como lo tenían que llamar: “Yo me siento cómodo en la verdad. Estoy acostumbrado a mi nombre Ignacio, y lo voy a seguir usando. Pero entiendo que hay una familia que me nombra como Guido”.

Con esa simpleza, el muchacho de 36 años comenzó una exposición donde con mucha tranquilidad manejó la compulsión de los periodistas por preguntarle y la siempre desmedida pelea entre camarógrafos y fotógrafos por obtener la mejor imagen. Sin querer entrar en todos los detalles, Ignacio-Guido contó que en 2010 fue la primera vez que pudo “verbalizar” sus dudas sobre su origen, durante un encuentro de Músicos por la Identidad, pero el pasado 2 de junio, día de su cumpleaños según los papeles, tuvo un indicio cierto que lo llevó a recurrir a la Conadi.

Contó que el mayor miedo era no hallar ninguna respuesta y que le explicaron “con mucho amor” cómo iba ser el proceso; nunca imaginó que “todo se iba a dar tan rápido. Hasta hace dos días tuve una vida feliz y extraordinaria -dijo-. Me crié fenómeno, en el mayor de los amores, pero me pasó lo que le pasa a todos: tenemos un ruido en la cabeza; empezamos a pensar y llega un indicio cierto” que lo hizo animarse a enfrentar el análisis de sangre..

Memoria genética

Con mucha paciencia con los periodistas y humor en su relato, el nieto más famoso de los 114 recuperados hasta ahora por Abuelas afirmó que había cosas que no podía explicarse en su vida, como su amor por la música (su padre biológico, Oscar Montoya, también lo era), y señaló: “Evidentemente, hay una memoria genética y una energía que traspasa todo, para que hoy esté yo acá”, expresó.

Cuando le preguntaron qué había sentido al conocer la noticia el martes pasado, el joven afirmó con un sincero “no sé”, y añadió que seguramente podrá tener “una perspectiva” para poder responder. A su lado, Estela Carlotto eligió guardar silencio. Guido bromeó respecto de su familia biológica, y dijo que “son un millón”. “Yo me crié en el campo; lo del abrazo lo tengo que desarrollar, (pero) cuando hay amor, el abrazo es muy lindo”, concluyó