De la Redacción de El Litoral

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Si les faltaba algo para ser la pareja más perfecta, influyente y glamurosa de Hollywood, es el paso definitivo que el sábado dieron. Brad Pitt y Angelina Jolie se casaron en su residencia francesa de Chateau Miraval en una ceremonia íntima que puso una guinda inmejorable a casi diez años de relación.

Con el anuncio de la boda, revelado anteayer por varios medios estadounidenses, Pitt y Jolie culminan un cuento de amor digno de la película más romántica. Extraordinariamente atractivos, excelentes en su labor profesional, con seis hijos y comprometidos con las causas sociales, el título de pareja soñada de Hollywood tiene escritos ya sus nombres y apellidos.

La noticia de la boda era un secreto a voces sin fecha ni lugar. En 2012, Pitt (50 años) y Jolie (39) se comprometieron como “una promesa de futuro” por la felicidad de sus seis niños -tres biológicos y tres adoptados- y desde entonces circularon los rumores sobre la boda.

Finalmente, fue el sábado pasado cuando pasaron por el altar, aunque por el momento se conocen muy pocos detalles. Sí, se sabe que asistieron amigos cercanos de la pareja y sus seis niños, los tres adoptados -Maddox (Camboya), Pax (Vietnam) y Zahara (Etiopía)- y los biológicos: Shiloh y los gemelos Knox y Vivienne.

El lugar del enlace no desmereció la ocasión. Al sureste de Francia y con 35 habitaciones, la lujosa mansión vitícola de Chateau Miraval es la residencia de la pareja, ideal para escapar de los focos y la persecución de la prensa en Los Ángeles.

Las primeras noticias del romance se remontan a 2005, cuando la pareja coincidió por primera vez en el rodaje de la película “Mr. & Mrs. Smith”. La chispa que surgió entre bambalinas sería finalmente el motivo para que Brad Pitt y la también actriz Jennifer Aniston se divorciaran tras cinco años de matrimonio.

Lo cierto es que tanto Pitt como Jolie tienen un largo historial de relaciones con sus colegas del mundo del cine. Él salió con Gwyneth Paltrow y Juliette Lewis antes de comprometerse con Aniston; Jolie, por su parte, se casó en dos ocasiones, primero con Jonny Lee Miller y posteriormente con Billy Bob Thornton.

Ocupando el lugar que en 2001 habían dejado vacío Tom Cruise y Nicole Kidman, Pitt y Jolie, encarnaron el nuevo sueño de pareja idílica, tanto para los fans como para la prensa.

Trayectoria y labor social

Logros profesionales, desde luego, no les faltan. Jolie ganó el Óscar por “Girl Interrupted” y ha trabajado a las órdenes de directores tan renombrados como Clint Eastwood (“Changeling”), Oliver Stone (“Alexander”) o Robert Redford (“The Good Shepherd”), antes de lanzar su propia carrera como realizadora con “En tierra de sangre y miel”.

Su ahora marido tampoco le anda a la zaga, con papeles estelares en películas tan exitosas como “Unglourious basterds”, “Ocean’s eleven” o “The tree of life”, y recientemente se ha atrevido a producir filmes como “12 years a slave” o “World war Z”.

Pero aparte de su carrera cinematográfica, la pareja, conocida popularmente como “Brangelina” es respetada por su labor al servicio de las causas sociales.

En el caso de Jolie, su ayuda se centra en el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), organización de la que es embajadora, a la que dona importantes cantidades de dinero y con la que está fuertemente comprometida para denunciar las condiciones de los refugiados en el mundo, algo que ha hecho, in situ, en Jordania, Líbano, Irak, Ecuador, Bosnia o Lampedusa (Italia). Él, por su parte, creó en 2005 una fundación para construir viviendas ecológicas en Nueva Orleans, para dar hogar a gente que se había quedado sin casa tras el huracán Katrina.

Y conjuntamente, a través de la Fundación Madox Jolie-Pitt, trabajan para preservar la zona de Samlaout, en Camboya, país de origen de su hijo mayor; además de colaborar con Médicos sin Fronteras, la Global Aids Alliance o la Cruz Roja de Namibia, donde nació su hija Shiloh.