Humahuaca

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En la Quebrada de Humahuaca se concentran cerros multicolores únicos.

 

Al norte de nuestro país, en la provincia de Jujuy, existe un “lugar sin tiempo”, colmado de colores y tradiciones y que además fue declarado patrimonio cultural y natural de la humanidad.

TEXTO. ALFREDO MIGUEL CEBALLOS. FOTOS. esteban ceballos.

La Quebrada de Humahuaca tiene una extensión de 159.3 kilómetros, que fueron vía natural de comunicación desde siempre, a 3.012 metros sobre el nivel del mar. Es el lugar por el cual discurre el Río Grande, encajonado entre cerros multicolores.

Las distintas localidades que componen la Quebrada mantuvieron sus costumbres y tradiciones, que fueron transmitidas de generación en generación desde épocas prehispánicas. Una cadena defensiva de Pucaras testimonian desde lo alto una cultura agrícola capaz de construir fortalezas para protegerse de los indígenas recolectores del este, y quizás de atreverse a resistir el imperio Inca del Norte.

En la Quebrada de Humahuaca se concentran cerros multicolores únicos. Las fortalezas indígenas, cavernas prehistóricas, arquitecturas y huellas revelan una zona testigo de la evolución humana a través de milenios. De allí que la Unesco la declare como un “Itinerario Cultural de 10.000 años” y un “ Sistema Patrimonial de características excepcionales”.

En ella se destacan sus calles angostas y empedradas, dignas de recorrer a pie, con sus casas bajas de adobe que conservan su fisonomía histórica.

Humahuaca fue escogida para ser el altar simbólico de la Patria en el Norte Argentino y colocar en ella el Monumento a la Independencia, ya que fue teatro, bastión, hito estratégico y campo de las hazañas más bravas e imperecederas de la guerra gaucha.

LA PACHAMAMA

Lorenzo Claudio Mamaní es un joven residente en el lugar, orgulloso de su reducto, y fue quien nos mostró distintas facetas con amplia información de la región y en especial de su pueblo Humahuaca.

Sin dudas, no podía faltar el relato de la Pachamama (Madre Tierra): “Es una costumbre transmitida de generación en generación, desde épocas prehispánicas. Desde muy pequeño me enseñaron la importancia de la ceremonia de la Pachamama. Recuerdo que muy temprano, mi abuela materna, quien por muchos años presidió la ceremonia, era la encargada de elegir a la persona que abriría la tierra. Yo siempre tenía la esperanza de ser elegido; pero, por costumbre, en mi casa se suele elegir a las personas mayores de edad y a las de mayor experiencia. Sin embargo, pienso que algún día, por ser hijo mayor, me caerá esa responsabilidad y la espero con ansias”, expresa.

“Pachamama Santa Tierra/ No me comas todavía/ Mira que soy jovencito/ Y debo de cuidar semillas”, recita Mamani. Y relata que “este canto lo he escuchado por muchos años y siempre tengo la imagen de mi abuela cantando con lágrimas en los ojos. Recién después de haberme convertido en padre comprendí cuáles eran las prioridades de mi abuela, porque también ahora son las mías; mis semillas, mis hijos”.

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“Mientras el mundo occidental se desarrolla a la velocidad del galope del caballo, la cultura andina se estructura al paso de la llama, que es un animal que ha sido domesticado para caminar al lado del hombre”.

Frase escrita en una fachada, en Humahuaca.

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En Humahuaca se destacan sus calles angostas y empedradas.

SAN FRANCISCO SOLANO

En el Cabildo de la Ciudad de Humahuaca se encuentra la imagen de San Francisco Solano. Está tallada en madera, es de tamaño natural y mide 2 metros, aproximadamente.

Cuando aparece, realiza tres movimientos lentos: levanta la mano izquierda, bendice al pueblo y al turismo que lo visita agolpado en la plaza central de la ciudad, saluda moviendo la cabeza y se despide.

Generalmente, todo esto transcurre en unos dos minutos y ante gran cantidad de creyentes.