llegan cartas

Deuda argentina

JUAN JOSÉ SAGARDÍA

DNI. 6.554.695.

Desde nuestro propio nacimiento como nación venimos arrastrando falencias de fundamentos, cuando hablamos de la deuda internacional e interna. Desde la Constitución de 1853 hemos sido presa fácil de las organizaciones financieras internacionales. En 1868 (aproximadamente) cancelamos un empréstito en Londres; le retiramos a los poseedores los bonos y le entregamos las tierras de nuestra Patagonia. Lógicamente, de todos los que han gobernado nuestro país hasta la fecha han aflorado nuestros genes porteños, representados por Isidorito, que nos hacen vernos como los más piolas del globo. Así nos va.

En los bonos emitidos se pone dentro de las cláusulas que los diferendos que hubieren se tramitarán en los juzgados de EE.UU. Por ello llama la atención que quienes tienen en su poder estos bonos y ejercen su derecho de acuerdo a lo que está fijado en el contrato se los denomina “buitres” en forma despectiva, cuando los mismos son acreedores, que nosotros les damos la gran oportunidad de hacer muy buenos negocios. La pregunta es si alguno de nosotros tiene un contrato y tiene que litigar, ¿adónde va, a un juzgado cualquiera o al juzgado que está pactado?

Esto que nos pasa no es nuevo, simplemente es la continuidad de la cultura de conducta de nuestro país unitario desde nuestro nacimiento a la fecha. Por ser un país unitario, las resoluciones de generar deudas a través de bonos o de “no pagar”, siempre fue resuelto por un puñado de personas, diciendo lógicamente que lo hacen en nombre del bienestar de la nación.

Es muy importante que ante la crisis generada en los ámbitos políticos por los denominados fondos buitres, se debería determinar la conformación de una comisión de estudios de la deuda argentina, tal cual lo hizo en el año 1983/84 el presidente Dr. Alfonsín, cuando nombró una comisión de notables para definir las conductas de los militares. Si no lo hacen quienes gobiernan actualmente, lo deberá hacer indefectiblemente el nuevo gobierno en el 2015.

En cada emisión de bonos o de no pago de deudas, nuestro país ha pagado cifras indescriptibles, dejando de atender servicios esenciales. Si la comisión de estudio de la deuda argentina encuentra responsables que con su acción perjudicaron los intereses de la nación deberán ser juzgados por delitos de traición a la patria.

Claramente debemos corregir nuestra cultura de pedir ayuda y después hacernos los distraídos. Tomemos con responsabilidad los deberes atinentes a los compromisos asumidos.