editorial

  • Desde fines del año pasado, los hechos se reiteran. Es evidente que existe un importante mercado negro de compra y venta de estos materiales.

Nuevos intentos de robo de cables

Una vez más, la historia se repite. A principios de esta semana, desconocidos intentaron robar cables de la Empresa Provincial de la Energía ubicados debajo de un aliviador cercano a la Bajada Distéfano, en la Ruta 168. Se trata de la línea de media tensión que abastece a la ciudad de Rincón y a los barrios de la Costa (Colastiné, La Guardia y El Bañado), que parte de la Estación Transformadora Calchines, en Santa Fe, y llega hasta la localidad de Cayastacito.

Los ladrones no pudieron cumplir con su propósito, ya que en el intento por robar el tendido eléctrico se generó un incendio que ameritó la presencia de una dotación de bomberos. Sin embargo, el daño estaba hecho. No sólo porque los vecinos de esta amplia región sufrieron el lógico corte en el servicio de energía, sino porque además la EPE deberá desembolsar dinero para reponer el material dañado.

Evidentemente, no se trata de hechos aislados, protagonizados por temerarios inexpertos que se atreven a manipular este tipo de cableado subterráneo de media tensión.

A mediados de mayo pasado, cuando la EPE se aprestaba a habilitar este tramo de la línea, se produjo un incidente similar en el primer aliviador de la Ruta 168, cercano al barrio El Pozo. En ese momento, se informó que la reparación de los daños demandaría una inversión aproximada a los 100 mil pesos.

El inicio de 2014 fue un período en el que se produjo una llamativa seguidilla de robos y hechos de vandalismo sobre las instalaciones de la empresa, sobre todo en el territorio que abarca el departamento La Capital.

El 11 de enero, robaron 150 metros de cable en los aliviadores de la Ruta 168, en el tramo que va de la Fuente de la Cordialidad hasta la intersección de la Ruta Provincial Nº 1.

Pocos días después, más precisamente el 23 de enero, los delincuentes robaron 360 metros de cable que estaba sostenido en bandejas portantes debajo de los mismos aliviadores.

Como para tener real dimensión de lo que significó este robo, cabe advertir que la única forma de trasladar semejante cantidad de cables es a través de camiones o vehículos de gran porte. Además, se trata de un trabajo que demanda el esfuerzo de varias personas y que requiere de los conocimientos técnicos necesarios como para saber de qué manera cortar el tendido eléctrico.

Pero no sólo la Ruta 168 viene siendo escenario de este tipo de situaciones. El 21 de noviembre del año pasado, en el Puente Carretero se registraron tres hechos vandálicos sobre líneas eléctricas de media tensión que proveen de electricidad a diversas zonas de la ciudad de Santo Tomé.

Un mes más tarde, un grupo de desconocidos robó otros 300 metros de cables que atraviesan el mismo puente. Y el 13 de febrero, Santo Tomé se quedó sin electricidad a la medianoche aproximadamente durante una hora, porque cortaron con una sierra una línea de media tensión en el Carretero y también dañaron un conductor de 13.200 voltios.

Para que los delincuentes decidan arriesgarse de esta manera -asumiendo el riesgo de sufrir daños físicos o de ser encontrados in fraganti en plena faena-, es evidente que existe un mercado negro en el que resulta sencillo vender el material robado.

Lamentablemente, por lo general los ladrones -y los compradores- alcanzan su cometido, ya que la Policía y la Justicia no logran detectar y desarticular a estas bandas que siguen actuando con llamativa impunidad.

La Policía y la Justicia no logran detectar y desarticular a estas bandas que siguen actuando con llamativa impunidad.