Tribuna de opinión

Deseo de ser fuente de inspiración

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“La fuente de los deseos”, de Nydia Andino.

 

 

José Luis Volpogni (*)

Los planetas nuevamente se han alineado. La escena artística local está en funcionamiento. A nivel cósmico y cultural todo está preparado para una nueva intervención de “ella”.

“Ella” es Nydia “Yeye” Andino. Y me refiero a una nueva intervención, porque de eso se trata. Desde hace ya algunos años, cuando Yeye expone, lo que despliega es una estrategia de intervención en la escena artística local. Hay palabras que van poblando nuestro léxico. Se ponen de moda, se usan, y en algunos casos se envician. No es éste el caso que nos ocupa. Nydia Andino dejó atrás, muy atrás el “horror a la tela en blanco”, a la estandarización del marco, y cuando se pone a trabajar lo hace a partir de una estrategia que trae como resultado la intervención de un espacio y lo resignifica, lo “usa” para mostrar. Así lo hizo con La plaza de los besos y con el proyecto de ¡Hola Nydia! ¡Qué tal Nidia!

Es por eso que en “ella” es pertinente hablar de intervención. Lo que importa es el espacio y el diálogo que establece, con el mismo, en orden a mostrar su mundo poblado de figuras y objetos, pantallas, telas, y un fluir de imágenes donde la diversidad y la heterogeneidad están a la orden del día.

En ese sentido, Yeye se prepara para su muestra y eso significa que pone en acto el desarrollo de un proyecto previamente elaborado. Y se pone en acción: va a la ferretería, va a la carpintería prepara pinturas, alquila pantallas. Pone en funcionamiento su caja de herramientas y ante algunos elementos faltantes va a la bulonería, pasa por el aserradero, visita librerías, papelerías, marqueterías. Despliega múltiples acciones y actividades. Y delega funciones: a uno busca para la música, a otro para un video, a otro para que la acompañe en todo el proceso.

Y “ella” mientras tanto recorta, pega, pinta, moldea y modela. Imprime sobre papel, sobre vinilo, trabaja con resina, fibrofácil. Elabora múltiples formas con polifan. Compra telas. Alquila proyectores.

Hace consultas con psicoanalistas, filósofos, escritores y profesores de letras.

Como esta vez, la última intervención fue en el Rosa y fueron los besos. Hoy es el deseo. Antes fue una plaza. Hoy es una fuente. La fuente de los deseos. Los deseos son fuente de inspiración. Los deseos nos mantienen en vilo, en búsqueda. El deseo, cuando comienza a desplazarse en el circuito que lo lleva al objeto buscado, tropieza, se desvía y no lo encuentra. Hay señuelo. Y vuelta a empezar.

En los deseos de Nydia Andino hay distintas evocaciones y una variada gama de provocaciones al deseo en sus múltiples posibilidades. Hay también espacio para poder pedir los nuestros, los de los espectadores.

La muestra se inaugurará el 11 de septiembre. Es el Día del Maestro. Una nueva ¿coincidencia? astral. Lo que seguramente han decidido los dioses es una nueva aparición y eso hace que nos dispongamos a ver y experimentar a la Maestra que se prepara para darnos una nueva lección.

(*) Director de Ediciones UNL. Vicepresidente de la Reun.

En los deseos de Nydia Andino hay distintas evocaciones y una variada gama de provocaciones al deseo en sus múltiples posibilidades. Hay también espacio para poder pedir los nuestros, los de los espectadores.