Al margen de la crónica

Otra perspectiva

Los caballos Taram y Vouziers ayudan diariamente a los trabajadores públicos en la recogida de 200 bolsas de basura en el barrio bruselense de Schaerbeek, donde se considera este método más ecológico y también más barato en un momento en el que predominan los recortes presupuestarios.

En 2011 la administración de la comuna del barrio de Schaerbeek decidió dar un giro al sistema utilizado hasta el momento para la recogida de la basura pública e incorporar un “hipomóvil” a esta tarea para que permitiera ahorrar dinero y contaminar menos.

“Es un medio muy ecológico y esto nos ha permitido también economizar” explica la responsable del servicio de equitación del parque Josaphat de Schaerbeek y encargada del “hipomóvil”, Aurore Lallemanda.

El uso de este carro tirado por dos caballos ha sustituido a uno de los vehículos encargados de la recogida de la basura, por lo que la mejora ecológica es bastante evidente, explica la directora.

El ahorro es importante, según los cálculos del servicio de limpieza, ya que calcula que se gastan más de tres mil euros anuales menos así.

“Hay un factor ecológico y también uno social, porque nos permite crear lazos entre los trabajadores públicos y los ciudadanos”, señala la responsable. “Los caballos facilitan de hecho la comunicación con la gente”, agrega.

La directora del servicio apunta que mientras recorren las calles la gente se para a acariciar los caballos, a saludar y a conversar, lo que supone “revalorizar el trabajo de los basureros”.

Antes de que Taram y Vouziers llegaran a Schaerbeek había tres vehículos los que se encargaban de recoger 737 basuras públicas cada día, pasando un total de 5 a 7 veces por semana.

Tampoco todo son ventajas. Los trabajadores también señalan algunas dificultades, como la organización o la adaptación al tráfico, a pesar de que, cuentan, el servicio se va mejorando cada vez más.