Con “La mirada en el agua”

Equipo Teatro Llanura actuó en Colombia

El elenco santafesino presentó sus creaciones en dos prestigiosos festivales.

E4-01-0917-LA MIRADA EN EL AGUA GRUPO LLANURA FOTO JAMES QUINTERO (2).JPG

Los argentinos ejecutan con maestría actoral y ritmo un texto bien concebido, sostuvo la crítica colombiana. Aquí Teresita Istillarte, Mario Pascullo, Sandra Franzen, Rubén Gattino y Jorge Ricci.

Foto: Gentileza James Quintero-Diario La Crónica de Armenia

 

De la redacción de El Litoral

El Equipo Teatro Llanura acaba de regresar de una exitosa gira por tierras de Colombia, adonde participaron con el bellísimo texto de Jorge Ricci de la obra “La mirada en el agua”, dirigida en un excelente montaje por Sandra Franzen.

La delegación santafesina participó de la Décima Fiesta de las Artes Escénicas 2014 de Medellín, en la 36a. Edición del Festival Internacional de Teatro de Manizales 2014 y del Festival Internacional de Teatro Azul de Armenia 2014.

En el periódico La Patria de Manizales, Felipe Motoa Franco escribió que el Teatro Llanura de Argentina presentó en Confamiliares La mirada en el agua. Tres veteranos encarnaron a unos viejos teatreros nostálgicos, que emprenden un viaje por las calles del pasado, las viejas glorias y candilejas apagadas, mientras la ciudad se inunda.

Con el escenario desnudo, a excepción de los intérpretes y una silla de ruedas para uno de ellos, recorren los tiempos idos. El tiempo les alcanza para recordar su quehacer y citar a Sartre, Antonin Artaud, Hamlet y más. Entre la autocompasión y el anhelo, del sutil panfleto a la comedia, los argentinos ejecutan con maestría actoral y ritmo un texto bien concebido.

Dos de ellos son románticos y el otro es un descreído. Tito, esa clase de sujetos que se convierte en polo a tierra cuandos los idealistas se exceden en cursilería: “La ciudad se inunda y ustedes recordando vanidades”, alega. Pequeñas dosis de marxismo militante se agregan en sus incisivos parlamentos.

Muestra clara -continúa el crítico Motoa Franco- del concepto de teatro pobre de Grotowski, el que se basa en el trabajo psíquico-físico de los artistas, el mismo que sostiene la posibilidad de hacer teatro sin vestuario o escenario, sin música o sin luces. Importante figuración de la Llanura, con un producto sencillo y a la vez profundo, en el marco de un festival que en el 2014 estuvo lleno de pantallas y multimedia.

Calar profundo

Cabe recordar aquí que en oportunidad del estreno en Santa Fe de La mirada en el agua, Roberto Schneider sostuvo en El Litoral que los personajes de esta obra podrían ser, por qué no, nuestros hermanos o hasta nosotros mismos. La historia de estos seres se transforma en una radiografía de nuestros tiempos, porque no se habla sólo del teatro. Y porque cala profundo en la sensibilidad de los espectadores, que pueden advertir una cualidad que no suele prodigarse: es un texto francamente bien escrito.

El dramaturgo demuestra que posee el don de la palabra precisa y de los diálogos verosímiles. Lo que dicen los personajes resulta, en todo momento, congruente con su perfil y con lo que parecen pedir las situaciones a las que se enfrentan. Por este motivo el texto se aprecia con aquella sensación de fluidez (también de disfrute) que se deriva de una historia por momentos conmovedora. “... El teatro es como los aviones: una altura absurda a una velocidad absurda”, revela con precisión El Gordo.

Más adelante, Schneider destacó que la síntesis está presente en el tratamiento plástico de la puesta en escena de la directora Sandra Franzen. Para lograrlo se asoció con las precisas y conmovedoras escenografía e iluminación de Mario Pascullo y la selección y realización musical de Eduardo Fessia... Franzen y sus actores construyen un ámbito envolvente, de sugestiva riqueza estética. La directora ratifica que es también una excelente directora de actores. Se nota que ama la historia escrita y que sabe cómo darle vida en un escenario y es por ese amor que transforma a cada uno de los tres personajes de “La mirada en el agua” en seres entrañables, en seres que uno quiere abrazar. Jorge Ricci consigue una labor estupenda, con una marcada entrega no exenta de pasión. Conoce a su Gordo desde la entrañable “Actores de provincia” y lo dibuja con excelsa precisión en tanto Teresa Istillarte saca a relucir su exquisita sensibilidad al recordar un pretérito marcado por la pasión. El personaje de Tito es ahora interpretado por Rubén Gattino.

Todos para demostrar que esto es teatro, acción teatral de una pureza y una hermosura visual realmente superlativos.