Colón jugó mal y no pudo aprovecharse de un rival totalmente accesible...

Metidos en la confusión

Bajo nivel de algunos jugadores, titularidades no justificadas y un técnico que no encuentra su propio equilibrio en la toma de decisiones. Tenía que hacer un poco más para ganar, pero no lo tenía.

Metidos en la confusión

Se la jugó y lo logró

Gustavo Villarruel celebra su gol, después de una maniobra que él mismo empezó y culminó. Fue de lo poquito para rescatar en Colón. Es el máximo artillero del equipo. Foto: Matías Nápoli

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Parece que el único tema instalado y del cuál se habla, en Colón, tiene nombre y apellido: Diego Osella. Su propia “torpeza temperamental” lo llevó a ser muy duro después de las dos derrotas que cosechó en este certamen. La primera vez, fue cuando el equipo cayó jugando pésimamente ante Aldosivi, en Mar del Plata. “No quiero jamás otra actuación como ésta, ¿me entendieron?”, le dijo a sus jugadores en el vestuario, casi a manera de advertencia. Y después, el 0-4 con los sanjuaninos en el Centenario lo llevó a caminar por la cornisa de la renuncia, decisión que habría pensado en tomar y que hasta le habría dejado deslizar a sus jugadores.

Diego Osella es un técnico que hizo un buen trabajo en Colón y alguien tiene que reconocérselo. Tomó un plantel limitadísimo, sin posibilidades de reforzarlo, le dio un alto vuelo espiritual en tiempos de muchas sombras e incertidumbres institucionales y económicas, sacó grandes resultados, casi lo salva del descenso y —lo más importante— promovió y potenció a los jugadores de inferiores que no tenían cabida con otros técnicos.

Ocurre que Diego Osella tiene un libreto futbolístico que, producto de aquellas circunstancias descriptas y archi-conocidas por todos, se basó con firmeza en el armado de un equipo que priorizó el orden defensivo, el pressing constante para recuperar la pelota y la inquebrantable generosidad a la hora de correr, por encima de cualquier otro aspecto futbolero, incluso el de ser ofensivo.

El hincha reconoció aquello, aplaudió ese libreto y entendió que la receta era esa, la de cederle la iniciativa al rival para jugarle de contragolpe y aprovechando cualquier error que pudiere cometer. Fue su libreto, su ideología futbolera, lo que él trabajó y entendió como necesario desde el momento en que asumió y con la cual se sintió identificado y cómodo.

Pensar hoy que Colón cambiará de cabo a rabo con Osella es un error, lo cual no justifica que el equipo juegue mal como lo hizo anoche. ¿O acaso se jugó mal con Argentinos Juniors en el primer tiempo, más allá de la determinante actuación de Broun?, ¿o acaso se jugó mal ante Nueva Chicago?. Es cierto que la exigencia de Colón es distinta en este campeonato; pero en el torneo pasado, jugando a defenderse y a contragolpear, regalándole la pelota y el terreno al rival pero cerrándole los caminos y esperando su error, Colón estuvo puntero más de la mitad del torneo y en las fechas finales estaba tan cerca de pelear el campeonato como de irse a la B. Es decir, fue un protagonista del torneo, impensado pero protagonista al fin. Y esto último no fue por culpa de Osella.

La cuestión es jugar a algo y hacerlo bien. Si la idea es esperar y hacer la transición defensa-ataque con decisión y velocidad, como por ejemplo se logró en cancha de Argentinos o con la prepotencia que tuvo Villarruel para arrancar en la mitad de la cancha y definir adentro del área para lograr el gol del empate, ¿cuál es el pecado futbolero?, ¿cuál es la crítica?. Puede no gustar, pero el fútbol es, básicamente, eficacia. Es aquella verdad que a veces cuesta admitir: “en fútbol, lo importante no es jugar lindo, sino jugar bien”. Y ahí está el “problema” de anoche, que va más allá de lo táctico y de lo estratégico. Colón jugó mal, fue un equipo insulso, deshabrido, deshilachado, impreciso. Tenía que hacer un poquito más para ganar el partido, una ráfaga, una luz que ilumine las pocas ideas que tuvo para atacar, pero eso jamás se dio. Y se conformó con un punto que, es cierto, tiene sabor a muy poco.

Si la idea es llevarlo de a poco a David Ramírez, lo cual no se discute, pregunto: ¿no era posible meterlo más tiempo en la cancha?. Veinte minutos al menos y no esos ocho o diez que no le alcanzaron para nada. El partido estaba abierto en el terreno rival, Ferro tiene dos centrales que suman casi 75 años entre ambos y que juegan más con la experiencia que con el físico. No son capaces de apretar muy arriba y era una tentación disponer de un jugador que apareciera a las espaldas de los volantes rivales para meter un pase que quebrara la línea de espera de la dupla Páez-Tuzzio. No se dio. Y en gran forma fue porque Llama se cansó, porque Ramírez entró tarde y porque el técnico prefirió poner a Becerra y no aprovechar la velocidad de Curuchet, que seguramente habría exigido más.

No gustó Colón. Se hizo un equipo muy largo en el primer tiempo y hay razones. Este equipo está decididamente acostumbrado a esperar. Por eso, es muy difícil que los defensores aprieten 20 metros arriba, empujando a los volantes y achicando así el espacio con los puntas. Tiene que ser siempre al revés, con los puntas retrocediendo hasta la mitad de la cancha para que el espacio entre ellos y la última línea se reduzca en el propio terreno. Es una cuestión estratégica que en muchos partidos se manejó bien, pero que ayer no funcionó. Osella reconoció la utilidad de Ballini, pero, ¿hizo más que lo que venían haciendo Leys y Garnier?.

En contra de Osella, hay dos aspectos que particularmente preocupan. El primero es su inestabilidad emocional, lo cual lo lleva a tener desequilibrios y a plantear escenarios por sí mismo, como el de su posible alejamiento. Y después, algunas decisiones equivocadas que tomó en la elección de los jugadores aptos para el armado del sector en el que mejor trabaja: el defensivo. Anoche apareció Conti después de no haber estado ni siquiera en el banco de suplentes; lo sacó a Landa, un referente; trajo a Olivera como titular y es uno de los jugadores más resistidos; Ferracutti no va ni al banco; no se entiende por qué no puso a Bíttolo en su momento; no tiene un “4” suplente e improvisa con Garnier cuando necesita reemplazar a Castillo; y éste no está bien. En fin...

Se habló poco del partido —tedioso por momentos—, porque parece que en Colón, el problema “de estado” tiene nombre y apellido: Diego Osella.

 

síntesis

Ferro 1

Colón 1

Cancha: Ferro.

Arbitro: Carlos Maglio.

Ferro: Albil; Frontini, Páez, Tuzzio y Manzur; Vera, Zaninovic, Alderete y Coll; Salmerón y Lalinde. A.S.: Limousin. Estuvieron en el banco: Benavídez, Mancinelli y Vernetti. D.T.: José Romero.

Colón: Broun; Castillo, Conti, Lazzaroni y Bíttolo; Villarruel, Ballini, Poblete y Llama; Telechea y Alario. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Garnier, Olivera y Curuchet. D.T.: Diego Osella.

Goles: en el primer tiempo, a los 7 m Salmerón (F) y a los 22 m Villarruel (C).

Cambios: en el inicio del segundo tiempo, Navarro (F) por Alderete; a los 19 m Curuchet (F) por Vera; a los 26 m Pavón (C) por Llama; a los 34 m Becerra (C) por Alario; a los 38 m Klusener (F) por Salmerón y a los 39 m Ramírez (C) por Villarruel.

Amonestados: en Colón, Poblete.

D6-B-FERRO VS COLON (10).JPG

Debió ser gol, ¿fue penal?

El partido estaba empatado cuando Colón armó un contragolpe por derecha, Villarruel cambió de frente y apareció Llama totalmente solo. El volante de Colón quiso picarla ante la salida de Albil y se encontró con la mano de Frontini.

Foto: Matías Nápoli

Bajo la lupa

BROUN (5)

Poco trabajo, nada que hacer en el gol y respuesta segura en cada intervención.

CASTILLO (4)

El gol de Ferro arrancó en una pelota que perdió en la posición de volante por izquierda en el terreno contrario. No hizo un buen partido, equivocado con el balón, complicado en la marca de Coll.

CONTI (6)

Arrancó con algunas dudas pero se fue afirmando. ¿Por qué tanto tiempo afuera de los 18?

LAZZARONI (6)

Fue de menor a mayor, al igual que su compañero de zaga supo responder bien cuando Ferro tiró centros.

BÍTTOLO (6).- Buena salida desde el fondo y sin demasiados inconvenientes en la marca.

VILLARRUEL (6)

La figura de Colón otra vez. Hizo el gol y fue el que siempre buscó el desequilibrio en el mano a mano.

BALLINI (4)

Osella habló de su orden y voz de mando. Se lo notó poco y nada en la cancha.

POBLETE (5)

Acertó y se equivocó. No tuvo el nivel de otros partidos; entró en el bajón del equipo.

LLAMA (5)

Algunas imprecisiones con la pelota, se nota que sabe pero todavía no está entero desde lo físico. Se agotó.

ALARIO (4)

Generoso y voluntarioso, pero se retrasó mucho y no encaró a dos centrales lentos como Páez y Tuzzio.

TELECHEA (4)

Hizo un poco más que Alario pero no mucho. Acertó más con la pelota, pero le faltó más profundidad.

PAVÓN (4)

Entró a jugar por izquierda pero no desequilibró. A veces se empecina en la jugada individual y debe meter la diagonal. Así, termina enredado y perdiendo la pelota.

BECERRA

Tuvo una buena posibilidad pero no pudo aprovecharla.

RAMÍREZ

Era para que entrase, por lo menos, a jugar quince minutos.

D6-C-FERRO VS COLON (33).JPG

Becerra estuvo cerca

El delantero sabalero se eleva y le gana en el salto a Manzur, pero la pelota será rechazada cuando ya Albil estaba vencido. Colón jugó mal, pero aún así, quedó la sensación de dos puntos que se dejaron en el camino.

Foto: Matías Nápoli