Ante especialistas en resolución de conflictos

Los hospitales plantean sus problemas por la violencia

El Ministerio de Salud convocó a mediadores para hacer un diagnóstico de las situaciones más preocupantes en las guardias. De allí surgirá un plan de acción. Capacitarán al personal para que los efectores sean “amigables” con los pacientes.

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Pedido. El Cullen reclamó, una vez más, que el Ministerio de Seguridad colabore para preservar la integridad de los profesionales. El año pasado se comprometieron a realizar rondas policiales cada dos horas, pero esa medida no se sostuvo en el tiempo. Foto: Archivo El Litoral (Guillermo Di Salvatore)

 

De la Redacción de El Litoral

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Un equipo de mediadores, convocado por el Ministerio de Salud de la provincia, se reunió con referentes de los diferentes hospitales y centros de salud de la ciudad y Santo Tomé para abordar la problemática de la violencia en los efectores.

Uno de los encuentros fue en el hospital Cullen, donde los incidentes y agresiones hacia el personal se vienen repitiendo hace tiempo y los episodios más recientes ocurrieron los dos últimos fines de semana: hace diez días un hombre alcoholizado agredió al personal que atendía a su novia. Y el domingo pasado una embarazada golpeó a la médica de guardia en la cara e insultó a un bioquímico y a dos enfermeros.

Médicos de este nosocomio le expresaron a El Litoral el temor con el que trabajan, ya que las amenazas por parte de los pacientes -incluso con armas de fuego- son cada vez más frecuentes.

“Nosotros le planteamos a los especialistas nuestra preocupación por organizar la seguridad del hospital. Propusimos contar con algún tipo de control en el acceso en determinados horarios, como la tarde o noche; y colocar cámaras de seguridad que funcionen a modo de persuasión”, relató el director del Cullen, Roberto Chito.

El equipo de mediadores tomó nota de los reclamos y propuestas expresados por miembros del Consejo de la Administración del hospital, autoridades y gremios del ámbito de la salud. Chito remarcó la necesidad de seguir insistiendo en la participación del Ministerio de Seguridad para que colaboren con las situaciones que se presentan dentro del hospital y en las inmediaciones, y que tienen como blanco al personal.

Una de las propuestas es reducir la cantidad de gente que queda circulando dentro del hospital en determinados horarios, cuando hay menos personal. En este sentido, se intentará reducir la cantidad de acompañantes por persona. “Todo paciente necesita un acompañante, pero estamos pensando en que sea sólo una persona y no dos, tres o cuatro como sucede hoy en día”, detalló el director del nosocomio.

En el Iturraspe

Por su dinámica y la cantidad de público que concurre, otra es la realidad que se vive en el hospital Iturraspe. “Los mediadores abordaron el tema de la violencia, pero sin limitarse a lo que puede suceder en una guardia, sino que incluye también las relaciones laborales, el trato que los profesionales y trabajadores pueden tener con los pacientes y la reacción de éstos”, comentó el director del hospital Iturraspe, Francisco Villano.

Sobre el encuentro, el mediador Alejandro Nató destacó: “Fue un diálogo franco entre los diferentes servicios donde se buscaron salidas desde el compromiso y la responsabilidad en cuanto a la visión de atender también la violencia institucional. Se empezó a analizar cómo está la sociedad hoy, las necesidades sociales y el nuevo rol del hospital”.

En este sentido, los especialistas en resolución de conflictos propusieron talleres de capacitación para desarrollar “buenas prácticas” dentro del hospital. “Es una realidad que debemos abordar. El personal no está exento de tener ciertas actitudes de violencia o agresividad, porque son personas que también tienen sus problemas. Por eso el proyecto a futuro es capacitarnos para convertirnos en un hospital amigable con quien llega con un problema de salud”, señaló el director del nosocomio.

Consultado acerca de cómo tomó la comunidad hospitalaria esta propuesta, Villano aseguró que fue un pedido del propio personal y explicó: “Muchas veces, en la vorágine que implica la atención de los pacientes, dejamos de lado ciertas cuestiones, sobre las que debemos trabajar para abordar situaciones que pueden ser conflictivas”.

Esta misma propuesta se realizó en el hospital Cullen, donde los mediadores le recomendaron al personal que minimicen las posibilidades de que la gente genere un reclamo para no despertar la violencia.