Pulsos de la política provincial

Se ajustan los tiempos electorales

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Candidatos. Mario Barletta recibió respaldo de un sector importante del radicalismo, en tanto que fue oficializado el apoyo del socialismo a Miguel Lifschitz. El presidente del PJ, José Luis Freyre, hace malabares para unir el agua con el aceite en las internas del peronismo. Y en el Frente Renovador, Oscar “Cachi” Martínez y Eduardo Buzzi, se perfilan como contendientes para definir la candidatura a gobernador. Foto: archivo el litoral

Darío H. Schueri

Cada fin de ciclo democrático genera en el sistema político un grado de angustia y ansiedad a veces desmesurada ante la posibilidad de quedar a la intemperie tras el armado de las listas electorales, lo que en la provincia de Santa Fe estaría ocurriendo sobre finales del primer trimestre de 2015.

La iniciativa del Poder Ejecutivo provincial de instaurar un piso del 1,5% de votos del padrón electoral de cada distrito en el que se compita, para poder clasificar de las primarias a las generales, le agregará un nuevo ingrediente al espeso caldo que se empieza a hervir en Santa Fe.

El Parlamento, que había desestimado tratar un proyecto similar del senador rafaelino Alcides Calvo, tendrá la última palabra. El ministro Rubén Galassi aseguró que tal barrera no es infranqueable para quienes seriamente impulsen la carrera hacia un cargo electivo. Este mensaje es el preámbulo del financiamiento por parte del Estado -que también deberá votar la Legislatura- de la publicidad electoral en radio y televisión para las campañas primarias y generales.

Mientras tanto, los diluidos partidos políticos intentan recobrar parte de sus gloriosas entidades que se fueron difuminando en oportunas alianzas; algunas más exitosas y duraderas que otras, como el caso del FPCyS en Santa Fe.

El Frente, en estado deliberativo

Tal como veníamos anticipando en estas páginas, un sector gravitante del radicalismo, Unidad Progresista o Escarapela, cerró filas el jueves junto al presidente del partido y aspirante a gobernador Mario Barletta. Para esa decisión, operó la necesidad de anteponer la concordia y la sensatez a los arrebatos individuales a fin de que el Frente siga gobernando la segunda provincia argentina. Senadores del Grupo Interior (Michlig, Marcón, Borla) junto con otros encumbrados dirigentes provinciales (Darío Boscarol, Carlos Fascendini, Carlos Torres, Eduardo Galaretto) le hicieron notar a Barletta que, enfrente, los adversarios se pertrechan de la mejor manera para intentar arrebatarles el poder en todas las categorías que puedan, comenzando por la Casa Gris.

No es momento para destemplanzas dialécticas (actitud que también le van a pedir a sus socios del PS), ni para ensayar alquimias extravagantes, sea con socios desclasados o terceros necesitados. En Santa Fe, el radicalismo, a pesar de las naturales discrepancias conyugales, gobierna dentro de un Frente, cuya marca tiene un piso electoral del 38 por ciento.

Las alianzas que Massa o Macri hilvanen con radicales necesitados de ser gobierno en otras provincias, no deberían interferir en el entramado local del FPCyS. Y si la estrategia consensuada aconseja ir a primarias para legitimar un candidato a gobernador, deberá ser dentro de razonables parámetros prefijados dentro del Frente.

Aunque por elementales razones internas, los demás sectores del radicalismo (MAR - Cauce) no participaron del cónclave, adscriben implícitamente a lo conversado y se comprometen a trabajar en esa dirección. Queda un largo -a pesar del escaso tiempo cronológico para el cierre de listas- y sinuoso camino partidario por recorrer.

En el socialismo, la oportuna foto de campaña con tinte institucional para ganar un lugar en el parte de prensa oficial entre Antonio Bonfatti, Rubén Galassi y Miguel Lifschitz le dio definitiva personería institucional al senador rosarino como candidato oficial de la Casa Gris. Esta decisión deja a la deriva a los socialistas Rubén Giustiniani (senador nacional) y Miguel Zamarini (presidente del Concejo Municipal de Rosario), máxime después del cónclave radical del jueves que, entre otras minutas, reflexionó sobre la necesidad, en caso de ir a internas, que cada partido lo haga con candidatos propios.

El peronismo quiere pero no puede

El presidente del PJ, José Luis Freyre, la semana venidera hará otro intento para alinear en una mesa a las tribus dispersas del peronismo con el propósito de encarar con éxito la batalla por la Casa Gris. Tarea ímproba y sin réditos a la vista es la que lleva adelante el psicólogo intendente venadense, quien debe lidiar con egos, recelos, ambiciones e irreconciliables diferencias ideológicas, como nunca antes había ocurrido en el peronismo santafesino. Y encima, allí está la amenazante presencia de Miguel del Sel dispuesto a quitarles votos y dirigentes.

En este enzimático estado de cosas peronistas, el por ahora invertebrado Frente Renovador santafesino no termina de catalizar su devenir orgánico, disputándose iniciativas entre el atropellador “Cachi” Martínez, los dubitativos senadores y, muy pronto, el otro precandidato -supuestamente bendecido por Tigre- Eduardo Buzzi.

Así es como el armador del Frente Renovador para Santa Fe y Entre Ríos, Antonio Riccillo, confirmó que Sergio Massa (quien lanzaría su campaña a presidente en pleno verano de 2015) estará en Rosario los días 28 y 29 de este mes, en el cierre de las jornadas nacionales de la juventud que coordina Juanca Saintote.

Carlos Reutemann, últimamente se entretiene con el socialismo poniendo el dedo en la llaga de la inseguridad y el narcotráfico, pero con una llamativamente nula repercusión dentro del peronismo que, atribulado por sus luchas intestinas, ya no espera nada del otrora arrasador de urnas, quien desestimó ser candidato a gobernador y difícilmente intente repetir la senaduría. En el Tigre, Massa lo espera (no más allá de abril o mayo) para que sea su compañero de fórmula. O de última, encabece -si no quiere volver a jugar la senaduría- la lista de diputados nacionales por Santa Fe.

En tanto, el denominado “kirchnerismo duro” local se exaspera con el funcionariado nacional que le sigue bajando plata al radicalismo santafesino. A los diez millones para la puesta en marcha del tren urbano municipal, se le suma un acuerdo por 25 millones de pesos para la construcción de un centro de comunicaciones de ocho pisos en la UNL.

El “bono navideño” (extendido a reemplazantes e interinos) que dará el gobierno provincial a los empleados públicos (incluida la Policía) y que será imitado por comunas y municipios, debería contribuir a garantizar la tan ansiada paz social de fin del año. Aunque la oportuna inyección anímica de dinero que pueda aportar el Estado sea una gota en el océano.

El peronismo, atribulado por sus luchas intestinas, ya no espera nada de Carlos Reutemann, el otrora arrasador de urnas.

Las alianzas que Massa o Macri hilvanen con radicales necesitados de ser gobierno en otras provincias, no deberían interferir en el entramado local del FPCyS.