Crimen de la estudiante chilena
Azcona procesado por homicidio calificado por “odio de género”
Lucas Azcona, el único detenido por el crimen de la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez fue procesado con prisión preventiva por “homicidio calificado por odio de género”, agravante usado por primera vez desde la última reforma del Código Penal.
Nicole fue víctima de un joven que, según el juez, ostenta un marcado odio hacia el sexo femenino.
Foto: Archivo El Litoral
Télam
La resolución fue adoptada por el juez de instrucción Luis Zelaya e implica que Lucas Azcona (22), a quien se le aplicó un embargo de 490.000 pesos, seguirá preso en el pabellón psiquiátrico del Complejo Penitenciario de Ezeiza por haber actuado “con un claro sentimiento de animadversión concretizado en el odio hacia el género femenino”, según surge del fallo.
El abogado de la familia de Nicole (21), Julio Cisterna, explicó que el juez aplicó el artículo 80, inciso 4to del Código Penal, que impone reclusión o prisión perpetua para quien mate “por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”.
“En este caso fue al que mata por odio al género femenino. Esto se estableció en base a las pericias del Cuerpo Médico Forense, que indicaron que Azcona tenia un resentimiento especial contra el género femenino”, explicó el letrado.
El abogado de Azcona, Jorge Borgo, adelantó que apelará el fallo porque, a su entender, se trató de un “homicidio simple”, con pena de 8 a 25 años de cárcel.
Fundamentos
Al fundamentar su decisión, Zelaya expresó que este agravante se debe aplicar cuando “el odio es un sentimiento que el homicida viene alimentando en el tiempo con proyección general”, hacia el género femenino en este caso.
El juez mencionó como muestra de que Azcona es misógino que de las 11 puñaladas que le aplicó a la víctima, la última fue en el rostro, “símbolo de la belleza femenina” y consideró que no es un dato menor que la figura de mujer que tiene tatuada el imputado tenga suturada una parte de la cara.
También tuvo en cuenta un tatuaje de una mujer con los clásicos “cuernitos” del diablo (el cual tiene en el brazo izquierdo), lo que a su parecer puede estar vinculado a su “demonización” de la figura femenina.
Otro indicio para probar su aversión es que en el expediente se presentaron a declarar cinco jóvenes que denunciaron haber sido atacadas por Azcona antes y después del crimen de Nicole y que algunas sufrieron heridas de arma blanca.
Para Zelaya, el hecho no puede enmarcarse en un “femicidio” porque no existía una relación previa entre víctima y victimario y consideró que Azcona no actuó con “ensañamiento” (porque fue un ataque “fugaz” que no superó el minuto) ni con “alevosía” (porque la joven no estaba en un total estado de indefensión e incluso se defendió). Estos dos últimos puntos podrían ser motivo de apelación, adelantó Cisterna.
Al evaluar por qué el imputado actuó de esta manera, Zelaya tuvo en cuenta que la información pericial psicológica y psiquiátrica rendida en el sumario habla de la “fría, conflictiva y violenta relación” con su madre, cuando era chico, lo cual sería “el posible origen de su odio al género femenino”.
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