editorial

  • Doce motociclistas murieron en los últimos días en accidentes de tránsito registrados en distintos puntos de la provincia.

Muerte sobre dos ruedas

La fatalidad fue el signo distintivo desde el inicio del último fin de semana en la región. En cuestión de horas, seis motociclistas perdieron sus vidas en el centro-norte provincial como consecuencia de los accidentes de tránsito, mientras que otros cinco fallecieron en el sur.

En la ciudad de Santa Fe, un hombre de 53 años falleció en Av. Peñaloza al 7400 cuando perdió el control de su moto, subió al cantero central e impactó violentamente contra una columna de alumbrado. En la Ruta Nacional 168, otro motociclista derrapó cerca del túnel subfluvial y no logró sobrevivir al accidente. Finalmente, durante la mañana del martes un joven falleció al chocar contra un camión en avenida Freyre y Crespo.

Pero no sólo el Gran Santa Fe se convirtió en escenario de siniestros que tuvieron a conductores de motos como protagonistas. En la ciudad de Tostado, un vecino de 67 años murió al chocar contra una pick-up. En Cayastá, otro motociclista falleció al embestir un utilitario. Y en Campo del Medio, sobre la Ruta Provincial 1, se produjo el quinto accidente fatal del fin de semana.

Los siniestros con motociclistas como víctimas fatales también se produjeron en el sur de la provincia. Cerca de la localidad de Totoras, sobre la Ruta 91, cinco personas murieron luego de que dos motos chocaran de frente. En uno de los rodados, viajaban tres hermanos, de 12, 15 y 16 años.

Las cifras resultan sorprendentes. Sin embargo, los antecedentes y las estadísticas históricas revelan que esta seguidilla de accidentes con motociclistas fallecidos no es fruto de la casualidad.

Según estadísticas oficiales de la Agencia de Seguridad Vial de la provincia, durante 2013 hubo al menos una moto involucrada en el 67 por ciento de los accidentes. En lo que va de este año, los motociclistas participaron del 69 por ciento de los siniestros.

Las cifras son aún más elocuentes en el casco urbano de la ciudad capital donde, desde principios del año pasado, en el 78 por ciento de los accidentes tuvo participación al menos un motociclista.

Los motivos de la proliferación de motos son diversos: la facilidad para circular en calles atestadas de automóviles, la posibilidad de estacionar prácticamente en cualquier lugar y, sobre todo, el bajo costo del rodado y del mantenimiento (según la ONG Luchemos por la Vida, mantener una moto insume el 1,3 % de los ingresos del asalariado promedio en la Argentina).

La falta de cumplimiento de normas básicas de seguridad, no sólo se produce en Santa Fe. Tanto es así que, según estadísticas oficiales, murieron en el país siete motociclistas por día a lo largo de 2013.

Si bien se han logrado avances en los últimos años, sigue siendo difícil convencer a los conductores de motos de que utilicen el casco protector y respeten normas básicas de circulación. Paradójicamente, son ellos quienes terminan pagando las peores consecuencias. Estudios internacionales revelan que el uso del casco reduce en un 73 por ciento la posibilidad de muerte en caso de accidente y en un 85 por ciento la posibilidad de lesiones graves.

Desde la Agencia de Seguridad Vial se anunció que desde el año próximo los motociclistas serán sometidos a un examen psicológico antes de recibir su licencia de conducir.

Puede que la medida resulte importante. Sin embargo, resulta fundamental que se incrementen los controles y se apliquen las sanciones correspondientes a quienes se resisten a cumplir las normas. Aunque resulte antipático y genere quejas, se trata de una responsabilidad que el Estado no debe eludir.

Resulta fundamental que se incrementen los controles y se apliquen las sanciones correspondientes.