PUBLICACIÓN SANCARLINA

Superar barreras

  • El trabajo recientemente editado por el municipio de San Carlos Centro nació a través de una iniciativa del Centro de Encuentro y Terapia para Personas con Capacidades Diferentes (CET).
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El trabajo se presentó en la reciente edición del Encuentro del Libro y la Cultura de San Carlos Centro. Foto: El Litoral

 

Juan Ignacio Novak

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El libro “De padres a padres. Historias de aceptación y superación”, recientemente editado por la Municipalidad de San Carlos Centro, es una iniciativa del Centro de Encuentro y Terapia para Personas con Capacidades Diferentes (CET) de esa ciudad. Pero es, ante todo, una creación colectiva: la autoría pertenece a las familias de las personas con distintos grados de discapacidad que concurren desde hace varios años a la institución, que bajo la coordinación de las Licenciadas Agustina Maidana y Melina Monti, decidieron compartir sus experiencias.

La publicación contiene dos méritos centrales. El primero es que recoge testimonios que, sin una organización temática sólida como la que se ofrece, hubieran perdido fuerza. Y el segundo es que funciona, a partir de la síntesis realizada por las coordinadoras del proyecto, de distintos marcos teóricos vinculados con la temática como herramienta para otros núcleos familiares que atraviesan situaciones similares y demandan una orientación. Habla de las barreras y obstáculos cotidianos que impone la discapacidad, pero sobre todo reflexiona sobre las formas posibles de traspasarlas. Menciona miedos, enojos y desesperanza pero ilumina estos conceptos con referencias al amor incondicional, alegría y orgullo.

Aunque preñado de esperanza, el trabajo no es modo alguno ingenuo: intenta mostrar las diversas aristas que componen la circunstancia vital de una familia con un integrante discapacitado, positivas y negativas. Por ejemplo, cuando aborda el impacto del diagnóstico en los padres y la negación inicial, esa necesidad de “revertir lo irreversible”. Uno de los padres que decidió compartir su experiencia lo resume con términos sencillos pero ilustrativos: “Nos quedamos fríos, ¡no sabíamos para dónde disparar!”. También habla de vivencias comunes. El “largo peregrinaje” por los consultorios de diversos especialistas en la búsqueda -a menudo ardua y traumática- de un diagnóstico específico. O el impacto en la pareja: “Para sostener el vínculo, necesitamos todo el amor del mundo, una paciencia infinita, crear nuevos proyectos, discutir, deprimirnos y levantarnos juntos”, aseguran otros de los progenitores que aceptaron contar su historia.

El último capítulo, “Información útil”, cumple una función que tal vez no contiene la fuerza de los testimonios pero sí, en cambio, plasma en pocas páginas el marco legal de los derechos y obligaciones de las personas con discapacidad y sus familias. Algo útil no sólo para quienes viven esta situación en primera persona, sino también para toda la sociedad, que a pesar de los avances, aún se muestra en muchos aspectos adormecida respecto a estas problemáticas. “Ellos pueden. Nosotros podemos. Todos podemos”, finaliza el texto, en unas breves palabras elaboradas por los propios papás del CET. Y éste es el desafío que justifica todo su andamiaje.