Decisión histórica

El mundo celebra el restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba

• El Papa Francisco dijo esta mañana que todos estamos contentos por el anuncio.

De la Redacción de El Litoral

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EFE - DPA

Distintos líderes mundiales manifestaron hoy su satisfacción y expresaron sus deseos para que el anuncio sobre la reanudación de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba -rotas desde enero de 1961- sea el primer paso para la normalización y que a la brevedad se ponga fin al bloqueo económico vigente desde 1962, aunque esta última decisión depende del Congreso de los Estados Unidos, que a juzgar por los dichos de algunos legisladores no le hará nada fácil las cosas a Obama.

El Papa Francisco -parte fundamental de este acercamiento tal como lo expresaron los presidentes Barack Obama y Raúl Castro- dijo hoy que “todos estamos contentos” al ver “cómo dos pueblos que se habían alejado durante años han dado un paso de aproximación. Esto ha sido posible gracias a los embajadores y a la diplomacia”.

Durante la ceremonia de entrega de cartas credenciales a varios embajadores ante la Santa Sede, destacó el papel de la diplomacia en la solución de conflictos, un trabajo de “pequeños pasos” que “acaban siempre por hacer la paz” y “acercando los corazones de los pueblos”.

Ayer se supo que delegaciones de ambos Estados habían llevado a cabo conversaciones secretas en los últimos tiempos para impulsar una normalización de sus relaciones. Los encuentros tuvieron lugar en Canadá, como Estado neutral, y fueron impulsados por el Vaticano y por el propio Bergoglio.

La vocera de la Comisión Europea, Catherine Ray, dijo hoy que la decisión de Estados Unidos y Cuba es “alentadora” porque “supone la victoria del diálogo sobre la confrontación y siempre ha sido el enfoque de la Unión”, mientras que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo confiar en que contribuya a la democracia en el país gobernado por Raúl Castro.

Algo distinta fue la interpretación de Evo Morales que esta mañana afirmó que Cuba doblegó a Estados Unidos y atribuyó este acercamiento a la “perseverancia” y la “unidad” del pueblo cubano y al apoyo internacional que tiene la isla.

En tanto, la presidenta Dilma Rousseff destacó los beneficios económicos que tendrá para su país: “Hoy, se revela la importancia del puerto de Mariel para toda la región y para Brasil, en la medida que en la actualidad es estratégico, por su cercanía con Estados Unidos”. Esta obra fue financiada por Brasil a través de su organismo estatal de fomento, el BNDES, y costó 800 millones de dólares.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, dijo que su país reaccionó de forma muy positiva y confió en que Washington levante su embargo sobre la isla “lo antes posible”. Apenas se hizo público el anuncio ayer, los principales líderes de América Latina dieron un unánime y sonoro espaldarazo a la decisión de Estados Unidos y Cuba de normalizar sus relaciones después de 53 años de enemistad.

El anuncio fue calificado de “histórico” por gobiernos y organismos internacionales como la ONU y la OEA.

Para el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ambas partes han demostrado una “enorme altura de miras”.

Por su parte, el presidente uruguayo, José Mujica, expresó en una improvisada conferencia a su llegada a Montevideo desde Argentina donde asistió a la cumbre del Mercosur que “cayó el bloqueo. Es un paso positivo. En todo esto, el Uruguay puso su humilde granito de arena, no más, tratando de ayudar a una política que trataba de descongelarse”.

análisis

Gabriel Rossini

La sorpresa del presidente Maduro

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llegó la noche del martes a Paraná para participar de la 47º Cumbre de presidentes del Mercosur con un objetivo muy claro: denunciar con énfasis las sanciones que el Congreso de EE.UU. le aplicó a su país la semana pasada y conseguir el apoyo de sus pares en su lucha contra el “imperialismo yanki”.

Para preparar el terreno, apenas pisó suelo entrerriano, hizo la única entrevista televisiva con el canal estatal de su país que lo estaba esperando y en ella -en un lenguaje encendido más propio de una asamblea universitaria- anticipó todo lo que iba a decir en su discurso del día siguiente.

El plenario de presidentes de la cumbre transcurría dentro de lo previsto, en un clima de armonía -con elogios entre todos, que incluyó un especial homenaje de Dilma Rousseff a Pepe Mujica-, de acuerdo a los temas acordados entre los cancilleres el día anterior: ingreso de Bolivia como miembro pleno, comercio justo, más integración, acuerdo con la UE, críticas a los subsidios agrícolas, rechazo a los fondos buitre, agradecimiento por el apoyo por Malvinas, más críticas contra quienes “manejan el precio del petróleo” y otras a quienes se ponen de acuerdo para fijar los precios y las tasas de interés de la economía mundial.

Lo único fuera de libreto sucedió cuando Cristina le contó a la presidente de Brasil que la esposa del caudillo entrerriano Pancho Ramírez era portuguesa, de hecho era conocida como “la portuguesa”, mujer de la que estaba enamorado a punto tal que fue asesinado cuando regresó a buscarla mientras escapaba de sus enemigos. “Una historia romántica. Como nosotras. Somos románticas. ¿No es cierto Dilma?”, le preguntó cómplice, mientras esta última asentía sonriendo.

Pero todo cambió cuando 15 minutos antes de que le tocara hablar a Maduro, la presidente argentina comunicó que a las 14 horas Raúl Castro y Barack Obama iban a anunciar el restablecimiento de relaciones entre los dos países luego de más de 53 años de estar interrumpidas. “Nunca pensé que iba a ver esto”, dijo, haciéndolos cómplices de sus palabras a los presidentes de los demás países; al tiempo que elogiaba la actitud de Raúl Castro y Barack Obama.

¿Que pasó con Maduro entonces? Luego de elogiar la dignidad del pueblo cubano y de calificar como de fracaso el “criminal bloqueo económico y comercial que mantiene su país contra el pueblo cubano”, el primer mandatario venezolano terminó calificando de valiente la decisión del presidente Barack Obama, que quizás estaba dando el paso más importante de su presidencia y admitió que se estaba enterando de lo que pasaba a través del Twitter. Fue tal el impacto que apenas habló unos minutos.

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