editorial

  • El año que se inicia es clave para saber si las decisiones del gobierno brindan los resultados esperados.

Inseguridad

El balance de lo que sucedió durante 2014 en materia de seguridad en el departamento La Capital y en gran parte del resto de la provincia resulta negativo.

Es cierto que se trata de una problemática extendida que afecta de manera transversal a cada uno de los principales conglomerados urbanos del país. También es verdad que el fenómeno se ve agravado debido a la falta de reacción adecuada por parte del gobierno nacional para enfrentar el avance de delitos complejos, como el narcotráfico.

Sin embargo, vale la pena poner el foco sobre lo que viene sucediendo desde hace algunos años en la provincia de Santa Fe, con el objetivo primordial de realizar un balance sobre cuáles fueron los aciertos y errores en un área tan sensible para la población en general.

En primer lugar, habrá que reconocer que el departamento La Capital ha batido su propio récord de homicidios, con 153 casos a lo largo del año que finalizó. El antecedente más cercano fue el de 2007, con 116 muertes violentas.

La ciudad de Santa Fe da vueltas en una espiral de violencia sin precedentes. Pero no es un caso aislado. De hecho, si se tiene en cuenta el número de asesinatos por cantidad de habitantes, otros conglomerados urbanos de la provincia se encuentran en una situación parecida e, incluso, más grave que la de la capital. Santo Tomé o Villa Gobernador Gálvez son claros ejemplos en este sentido.

En materia legislativa, se produjeron algunos avances significativos sobre finales de 2014. Entre ellos, la sanción de la ley que crea un órgano investigador que funcionará bajo la órbita del Ministerio Público de la Acusación. La denominada “policía judicial” responderá de manera directa a los fiscales. Se espera que, de esta manera, no sólo se logre un mayor grado de profesionalización para los investigadores, sino que además se incrementen los controles sobre el trabajo que éstos llevan adelante.

No es casual que el 90 por ciento de las víctimas y victimarios de homicidios en Santa Fe sean jóvenes que viven en barrios carecientes. El mapa de delitos graves en la ciudad capital se viene repitiendo de manera casi exacta a lo largo de los últimos años: la mayoría de las muertes violentas se registra en el sur, el oeste y noroeste del conglomerado urbano.

Allí, la Municipalidad viene realizando inversiones importantes en materia de infraestructura. Los jardines para niños de hasta tres años y el Plan Abre, en el que confluyen esfuerzos locales y del gobierno provincial, apuntan en la misma dirección. El objetivo final es lograr mejoras en la calidad de vida de los vecinos de amplios sectores marginados.

Desde este mes, comienza a operar en barrio Coronel Dorrego la Policía Comunitaria, un cuerpo especialmente preparado para trabajar junto a los vecinos, y que desde principios del año pasado opera en 50 manzanas del barrio de Barranquitas.

Según los anuncios oficiales, a partir de marzo esta policía extenderá su labor en el territorio provincial, alcanzando distintos barrios de Rosario y llegando a otras localidades con evidentes problemas de inseguridad como Santo Tomé, Rafaela, Villa Gobernador Gálvez, Venado Tuerto, San Lorenzo, Granadero Baigorria, Puerto General San Martín, Capitán Bermúdez, Fray Luis Beltrán, Casilda, Reconquista, Avellaneda, Pérez y Villa Constitución.

El desafío para el gobierno en materia de seguridad es verdaderamente complejo. Y el año que acaba de comenzar permitirá saber si las medidas recientemente impulsadas darán los resultados esperados.

El departamento La Capital ha batido su propio récord de homicidios.