Los efectos de la corrupción

Petrobras no recupera todo el terreno perdido

La designación de un nuevo presidente del directorio, Aldenir Bendine, cercano a Dilma Rousseff, no generó la confianza de los mercados, donde las acciones de la petrolera siguieron en picada.

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Aldemir Bendine, experimentado banquero y flamante titular de Petrobras, no tuvo un feliz comienzo en el cargo. Foto: Agencia EFE

 

Agencia EFE

El banquero Aldemir Bendine, nombrado ayer en Sao Paulo como nuevo presidente de la petrolera estatal brasileña Petrobras, asume una empresa sumida en la más grave crisis de su historia por un escándalo de corrupción y deberá enfrentar la desconfianza del mercado, que se reflejó en la bolsa de valores.

Bendini, el actual director del también estatal Banco do Brasil desde 2009, fue designado presidente en una reunión a puerta cerradas del Consejo de Administración de Petrobras para relevar en el cargo a María das Graças Foster, quien renunció el pasado miércoles debido al agravamiento de la crisis de la petrolera.

Recomendado para comandar el mayor banco público del país por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Bendini es apuntado como un ejecutivo muy próximo a la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, lo que generó desconfianza inmediata en el mercado, que prefería al extitular del Banco Central Henrique Meirelles.

La oficialización del nombramiento, antes del cierre de los mercados financieros, llevaron a las acciones de Petrobras al terreno negativo y a comenzar a perder las fuertes ganancias de los últimos días con la expectativa de los inversores por el nombramiento del sucesor de Foster.

Ese desempeño de los títulos de Petrobras mantuvieron todo el día al índice Ibovespa de la bolsa en números rojos y a cerrar con un retroceso del 0,90 %.

El Consejo de Administración de Petrobras también nombró a otros cinco directores de la compañía, a los que el pasado miércoles, junto a Foster, les fue aceptada su renuncia.

La renuncia de Foster y los cinco directores se debió al agravamiento de la crisis de la empresa, que está en el eje de un gran escándalo de corrupción investigado por la Policía.

Sobornos multimillonarios

El caso se refiere al pago de sobornos multimillonarios, durante la última década, a políticos y ejecutivos de Petrobras con fondos de la petrolera y de empresas que tenían contratos con la estatal.

En el curso de esta investigación han sido detenidos tres exdirectores de Petrobras, encabezados por Paulo Roberto Costa, que era titular de Abastecimiento y está en prisión domiciliaria después de un acuerdo de delación premiada a cambio de reducción de pena.

También están entre los detenidos el empresario Alberto Youssef, quien presuntamente dirigía una mafia de lavado de dinero en sus casas de cambio, y directores de siete de las principales constructoras del país, acusadas de pagar sobornos a la estatal para beneficiarse de contratos.

Aunque no incluyó el cálculo en su balance, Petrobras estimó que sus activos fueron sobrevalorados en 88.600 millones de reales (unos 34.500 millones de dólares), debido al aumento del precio de 31 contratos con constructoras y proveedores entre 2004 y 2012, aunque esta cifra no incluye las pérdidas derivadas del pago de sobornos.

Petrobras, según lo informado el último 27 de enero, obtuvo un beneficio neto de 3.087 millones de reales (unos 1.190 millones de dólares) entre julio y septiembre de 2014, una cifra un 38 % inferior a la del trimestre anterior.

La pérdida de credibilidad por la corrupción le ha causado a la empresa, la mayor de Brasil, grandes problemas para captar fondos en los mercados internacionales, por lo que se ha visto obligada a reducir al mínimo sus inversiones para los próximos años.

Entre otros proyectos, Petrobras abandonó las obras de dos grandes refinerías con las que Brasil pretendía convertirse en los próximos años en un importante exportador de combustibles.

 

Piloto de tormentas

Con fama de piloto de tormentas, Aldemir Bendine dejó la entidad financiera más grande de América Latina, el estatal Banco do Brasil, para tomar un hierro caliente como Petrobras, y reconstruir la credibilidad de la petrolera frente al escándalo de corrupción más grande de la historia de la empresa.

Bendine, de 51 años, ingresó a los 14 años como aprendiz al Banco do Brasil, del cual se transformó en presidente en abril de 2009, cuando el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) movilizó a la banca pública para ser motor de crédito ante el inicio de la crisis financiera internacional.

El elegido para la presidencia de Petrobras tiene en su ADN el perfil de administrador que le gusta a la presidenta Dilma Rousseff: es un ejecutivo que defiende la robustez estatal en los asuntos económicos y tiene una carrera en el Estado.

Aldemir Bendine reemplaza en el cargo de la presidencia de Petrobras a María das Graças Foster, quien renunció el miércoles al cargo. Ella también tenía el perfil de gestora con carrera en el Estado que le gusta a Rousseff, pero la bola de nieve del escándalo de corrupción dentro del mismísimo directorio de Petrobras también la arrastró.