tras 2.000 años
tras 2.000 años
La fuente de Juturna vuelve al Foro Romano
Las siete esculturas han vuelto a adornar la fuente dedicada a una ninfa de las aguas. Foto: EFE
Por María Salas Oraá
(EFE)
Las siete esculturas que en la Antigua Roma adornaban la fuente de Juturna, ninfa de las aguas, vuelven al Foro Romano y se adentran en los dos mil años de historia de la fontana sagrada a pocos metros de donde estuvo localizada.
Llamada “Lacus Iuturnae”, la fuente está compuesta por una estatua del dios Apolo, del siglo I-II d.C, un altar del siglo II d.C. y un pozo de la edad augusta que conserva la inscripción del magistrado Marcus Barbatius. “Iuturnai sacrum”, se lee en él con referencia a la bella ninfa con la que los romanos personificaban la fuente sagrada y quien, según cuenta la leyenda, Júpiter concedió la inmortalidad como compensación por haberle arrebatado la virginidad.
Al conjunto lo completan dos estatuas de los gemelos Dioscuros, hijos de Zeus, acompañados de sendos caballos, que datan del II-I siglo a.C. y cuya imagen también aparece reproducida en los ornamentos del altar.
Las piezas vuelven así al Foro Romano, donde fueron descubiertas por Giacomo Boni en 1900 y se localizan ahora en el Templo de Rómulo que, con una nueva iluminación, recuerda el valor sagrado del agua.
También la rememora un pilón cuadrado que puede verse a través de un cristal que fue utilizado durante la liturgia de la iglesia de San Cosme y San Damián, adyacente al Templo.
La reconstrucción se sitúa a escasos metros del área arqueológica donde se encontraron y que pretende hacer visible la fontana con una réplica del altar expuesta al aire libre y rodeada por agua.
La responsable arqueológica del proyecto, Patrizia Fortini, dijo a EFE que en la Antigua Roma la fuente estaba encastrada en el suelo y “daba la sensación de que salía agua de la tierra. Es una gran bañera que primero fue rectangular y después cuadrada. En el centro , había una base que podría sostener las estatuas de los dioses y una baranda alrededor, que producía la visión de que el agua emergía de la tierra. El agua siempre ha sido un elemento ligado a las mujeres, por ser símbolo de vida, fertilidad y transformación, aunque también de salud física y espiritual por representar la salvación del cuerpo y del alma”.
Esta exposición se presenta como un anticipo de lo que la ciudad quiere reconstruir en el contexto de la Roma Antigua no sólo con monumentos sino también a través de la exposición de las obras de arte que los adornaban.
Un valor que quiere que también aprecien los ciudadanos capitalinos, de quienes desean que puedan disfrutar junto con los turistas la belleza artística de la capital italiana.