análisis

Marche un psicólogo para Colón

por Gastón Dubois

  • No hay excusas. Jugó muy mal Colón. Porque no es que Racing descolló y es un súper equipo. Es más, la Academia jugó con los suplentes y éstos fueron mucho para el equipo de Javier López. A veces da la sensación de que cualquier equipo es mucho para Colón.

No hay excusas. No sólo la falta de pretemporada física es la causa principal. Es, también, la falta de categoría de muchos jugadores de este plantel. Colón tiene hoy, hay que decirlo, un plantel mediocre en sus jugadores de experiencia y unos juveniles a los que les faltan partidos para ganar confianza. La inexperiencia de algunos —incluído el técnico que con el equipo perdiendo por goleada se guardó un cambio— conspira contra todo intento de jugar un fútbol mas o menos competitivo y algo vistoso. Ni qué hablar de hacer goles.

A Conti habría que enseñarle a salir jugando y a no reventar la pelota, condiciones le sobran; a Lucas Landa habría que ponerlo a punto físicamente y hacerle una dieta estricta para que baje de peso, pero además hay que prepararlo para que el club lo ceda a otra institución. Está desgastado en este club. A Colón ya le cumplió y le dio todo lo que le podía dar, más no le va a dar. Cualquier hincha, socio o simpatizante prefiere un chico del club en ese puesto. Desde que llegó a Colón le duelen las pelotas “llovidas” a espaldas de los dos centrales. Casi nunca las pudo resolver Lucas Landa. Ciclo cumplido para el ex San Martín de San Juan en Colón. La tribuna lo rumorea.

A Villarruel habría que pedirle que se calme cuando entra al área con pelota dominada. Son tantas las revoluciones a las que corre que se pasa de rápido y termina diluyendo en la individual lo que podría ser un ataque colectivo de Colón. Sabe el pibe, pero tiene demasiada ansiedad para terminar la jugada él solo, o tal vez tenga un socio demasiado lento para poder tocar.

La falta de jugadores que sean capaces de combinar recursos técnicos y precisión en velocidad es otra falencia de este plantel: el “Mago” Ramirez juega a otra velocidad y retrasa el ritmo del equipo, dándole la posibilidad al rival de que se acomode en defensa y así poder conjurar cualquier ataque de Colón.

Pareciera ser que la estrategia de Colón es lanzar la pelota hacia adelante y que los delanteros se arreglen como puedan. Hace muy mal a la vista ver jugar al fútbol a Colón. Para colmo de males, el “Alemán“ plantea un esquema con un solo delantero y muchos mediocampistas y entonces —antes Alario— Becerra lucha siempre en inferioridad numérica y así es imposible que Colón haga un gol.

Es imposible que Colón gane un partido de fútbol jugando de esta manera. Porque al fútbol se juega con la pelota y no sin ella. Pero además Colón da ventajas físicas, futbolísticas, estratégicas y anímicas también. Godano debe ponerse el sayo de presidente y volcar toda su experiencia en el fútbol para intentar cambiar algo. Este plantel necesita un sacudón fuerte y rápido. Necesita sentir lo que es la famosa “vergüenza deportiva”. Volver a creer que pueden ganar y jugar bien deben ser sus objetivos. ¿Y si prueba con un ppsicólogo para el plantel?

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