Entrevista con Gabriela Martínez de Las Pelotas

Una pasión incansable

La bajista de la histórica banda, que se presenta mañana en Música en el Río, conversó con El Litoral sobre su próximo disco y la vigencia de un proyecto con 25 años de historia.

Una pasión incansable

Gaby Martínez junto a Germán Daffunchio en la UNL: la química de ellos en el escenario suele marcar el clima de los shows. Foto: Manuel Fabatía

 

Ignacio Andrés Amarillo

[email protected]

Luego del recital aniversario de la UNL en noviembre, Las Pelotas regresa a Santa Fe para presentarse mañana en el marco de Música en el Río. Para anticipar el show y saber más sobre la actualidad de la banda, El Litoral dialogó con la bajista Gabriela Martínez.

—¿Cómo llegan para este show en Música en el Río?

—La última vez en Santa Fe fue la de la escalinata de la UNL, que fue un show impresionante. Con ganas de volver por más. Estamos rodando mucho (la gira pasó ayer por Río Negro y hoy por Dolores).

—Fue hace bastante poco la última vez.

—Sí, pero como nos invitaron, y como a ese show lo recuerdo como con muy buena vibra, la gente al palo y nosotros también, estamos entusiasmadísimos con volver.

—Siguen sacándole el jugo a “Cerca de las nubes”, que es un disco de buen nivel, sigue rindiendo. ¿Qué balance te deja este proceso?

— “Cerca de las nubes” fue muy bien recibido por la gente, por el público en general. A veces nos pasa que queremos rescatar algún tema viejo y nos damos cuenta de que la gente a los últimos discos los tiene mucho más presentes, muchos más escuchados.

Igual ya arrancamos a fines del año pasado a componer para un disco nuevo, y este año en un minihueco que nos armamos nos fuimos al estudio a seguir. Ya tenemos planeado para principios de abril volver, así que estamos con ganas de ya hacer un disco nuevo: “Cerca de las nubes” fue muy bien recibido y todo pero queremos empezar con material nuevo, tocarlo.

—Tomás (Susmann, guitarrista) habló en noviembre de que saldría entre abril y junio. Seguramente se irá un poco más para adelante.

—Sí. Este verano hemos tocado muchísimo, por ahí ha sido algo un poco atípico: otros veranos tenemos más tiempo para juntarnos a componer. Pero desde que arrancamos, alrededor de mediados de enero o un poco antes, no paramos. En un hueco, entre unos shows de Sunchales y el Cosquín Rock nos fuimos al estudio, metiendo la presión, porque teníamos ganas de ir. Después no paramos más, cada uno pasa por su casa un par de días para buscar ropa limpia y arrancamos de nuevo (risas).

Hubiéramos querido tenerlo como para entrar a grabar en abril, pero todavía vamos a seguir con el proceso de composición.

—Más o menos, ¿saben por dónde van a ir los temas?

—La verdad que nos gusta llegar con temas de sobra, después podemos tratar de buscarle el hilo conductor. Así que ya habrá más de 15 temas, pero queremos llegar con más, para que quede lo que nos parezca que tiene que ver con un concepto o con una obra íntegra.

Dupla escénica

—A lo largo de los años que vos estás en la banda, que son unos cuantos...

—Y, 21, vamos para 22 (risas).

—Sobre todo en los últimos ganaste mucho protagonismo, desde que se fue Alejandro (Sokol) y quedó Germán (Daffunchio) cantando, hay un protagonismo de ustedes dos. Son “los que se divierten” y marcan el clima del show, cuando se ríen en la pasarela en Cosquín.

—(Risas).

—¿Cómo vivís eso de ir para el frente y ser una de las caras visibles?

—La verdad es que cuando Ale dejó el grupo había que poner un poco el pecho en esa situación, y acompañarlo a Germán, no dejarlo tan solo cuando cargaba con el hecho de cantar todo el show (que no es poco y cansa mucho más que sólo tocar la guitarra). Y tenés que estar pensando qué decirle a la gente. Creo que fue un poco de todos de acompañarlo; por ahí a mí se me nota más, pero creo que todos hemos puesto un poco de hacerle la segunda.

Y en un momento, tuvimos incertidumbre no de nosotros pero sí de cómo podía tomarlo la gente, y ahí pusimos el pecho y a salir para adelante. “A dar batalla”, como diría Germán seguramente (risas).

—El fue “frontman inesperado” y se generó una química distinta.

—Sí, igual creo que todos disfrutamos mucho el momento del vivo, es muy lindo. Así como uno le encuentra placer a la intimidad total del estudio, el otro que es tan para afuera también. Las dos cosas equilibran, son súper disfrutables. El show es para mí impagable (risas).

Seguir activos

—¿Cómo se sostiene el proyecto y de dónde se sacan las ganas?

—Principalmente, como somos una banda que nos gusta mucho experimentar, buscar, en el proceso compositivo, intentar hacer siempre algo que sorprenda a uno mismo, eso enriquece y retroalimenta la situación.

Por eso con tanto laburo queríamos ir igual al estudio, como a buscar material nuevo para volver a tener muchas ganas de tocar. Tener canciones nuevas, mostrarlas y no quedarnos con este show, con el “5x5” que nos está yendo muy bien y podríamos seguir dos años más dando vueltas con esto. Pero uno quiere otra cosa.

La forma de motivarse es seguir haciendo música y divertirnos haciéndola. También hay mucho respeto entre nosotros, hay una cosa grupal que está muy buena, que es difícil ponerla en palabras, pero que hace que todavía se disfrute de cada momento. Siempre antes de salir a tocar nos abrazamos, nos damos un grito de aliento, y aunque hagamos 20 shows seguidos sigue pasando eso.

Desde mí, soy una agradecida de lo que me ha tocado en suerte, y soy una agradecida de poder recorrer mi país con la música. Ya con eso, si uno se aburre es muy malo (risas).

—¿Te queda algo que quieras hacer con la banda o con la música?

—Llegar a viejitos tocando (risas). Que esto dure mucho tiempo más, que se pueda seguir así disfrutándolo y saliendo a tocar cada vez como si fuera la última, con esas ganas y esa polenta. Muchos años más.