al mArgen de la crónica

Los excrementos del Everest

Escalar el Everest ha sido objeto de la ambición del ser humano durante más de medio siglo pero la gloria no es lo único imperecedero a más de 6.000 metros de altura, ya que los excrementos de quienes llegan a lo más alto del mundo se han convertido en un problema y limpiarlos otro más.

La temporada de ascensión al Everest comienza en unos días, en la primera semana de abril, y como cada año alrededor de 300 montañeros han llegado ya al monte o lo harán en las próximas semanas antes de que acabe el mes de mayo.

Su objetivo, seguir los pasos de Sir Edmund Percival Hillary, el escalador neocelandés que el 29 de marzo de 1953 alcanzó junto al sherpa nepalés Tenzing Norgay la cumbre más alta del mundo.

Como entonces la ruta hoy sigue careciendo de letrinas en las cotas más elevadas, pero a diferencia que hace 60 años por esa senda han pasado ya alrededor de 4.500 aventureros.

Las autoridades estiman que cada alpinista puede dejar alrededor de 8 kilos de desechos en su ascensión.

Miembros de la Asociación de Montañismo de Nepal (NMA) indicaron que el pico más alto del mundo está contaminándose con orín y excrementos. En base al cálculo promedio de lo que puede desechar un escalador, el NMA calcula que en estos años en el monte se depositaron 36 toneladas de excremento, aunque a ello habría que restar lo que organizaciones como Asian Trekking, que cada año programa una limpieza en el Everest, han ido retirando.

Asian Trekking ha sacado del monte 700 kilos de excrementos desde 2008.

El Gobierno espera sin embargo que las medidas que adoptó el año pasado para responder a este problema ayuden a paliar la situación.