El tiempo y los goles justifican cuánto luchó Unión para traerlo...

El sureño de pecho caliente y una pegada majestuosa

Madelón insistió, los dirigentes hicieron el esfuerzo y compraron la mitad del pase. No fue fácil la salida de Malcorra de Aldosivi. Y fue uno de los tantos aciertos que tuvo el manejo del fútbol de Unión en estos últimos ocho meses.

El sureño de pecho caliente y una pegada majestuosa

Una imagen acostumbrada. Ignacio Malcorra deja a su camiseta número 11 en el primer plano del festejo. Fue brillante la ejecución del tiro libre. Foto: Pablo Aguirre

 

Enrique Cruz (h)

Ni tomó carrera. Se puso a un paso y medio de la pelota, abrió sus piernas al estilo Cristiano Ronaldo. En la barrera había seis o siete jugadores. Más el sol en contra que complicaba la visión del arquero. El colega y gran amigo, Facundo Ruíz Díaz, quien además puede hablar con propiedad porque fue arquero en la Liga Santafesina, comentaba luego del partido en ronda de amigos, que “al haber tantos jugadores en la barrera, el arquero no puede ver ni el momento en que la pelota sale ni por dónde viene”. Tiene razón. Independientemente de ello, el remate de Ignacio Malcorra fue estupendo y se clavó en el ángulo. Podría pensarse tranquilamente en que resultó inatajable para Sosa. Fue muy bien colocado y a un lugar difícil de llegar para el arquero.

Hace mucho tiempo que Unión no tiene un volante con tanto gol y que le pega con tanta justeza en los tiros libres como Malcorra. Su eficacia es notable. Tiene cinco goles en lo que va del certamen, de los cuáles sólo uno fue de penal. El goleador del torneo es Marcos Ruben, delantero eficaz, autor de los últimos siete goles que hizo su equipo, escolta detrás de San Lorenzo en la tabla. Después de Ruben aparecen Malcorra y Gervasio Nuñez —el volante de Sarmiento de Junín— mezclados entre delanteros cotizados como son Mora, Matos y Albertengo, por ejemplo. Un gran mérito.

Unión negoció largo tiempo lo de Malcorra. En junio cumplirá 28 años y no ha tenido muchos clubes en su carrera. Apareció en la CAI, allá por el 2008, luego fue transferido a Aldosivi y permaneció tres años en Mar del Plata. Unión adquirió el 50 por ciento de su pase y le hizo un contrato de tres años. Apostó fuerte para traerlo, más allá de haber sufrido la calidad de su pegada en aquél golazo de tiro libre que le marcó el 13 de noviembre de 2013, en la victoria de Aldosivi sobre el Tate, dirigido en ese entonces por Facundo Sava, por 1 a 0 en Mar del Plata. Madelón lo quería sí o sí para cerrar el funcionamiento del mediocampo. Y los dirigentes sabían que debía hacerse el esfuerzo económico para sacarlo de Aldosivi y porque su calidad como jugador lo ameritaba.

El otro día, cuando Unión ganó en Mar del Plata, los hinchas de Aldosivi lo trataron mal. No le perdonan haberse ido del club. Lo consideraban un patrimonio inamovible e intocable. Es cierto que Malcorra hizo mucho para que la transferencia se cristalice, pero también es verdad que se bancó malos momentos y le puso el pecho. “La gente no se acuerda todo lo que hice por el club, cuando nos íbamos al descenso”, dijo el zurdo de gran pegada. Y en el peor de los momentos, cuando el partido se conducía a una derrota que podía dejar profundas secuelas, clavó un golazo de tiro libre que empató el partido y generó su euforia descontrolada. “El primer gol no lo grité por respeto, pero el segundo lo canté con toda mi alma por todo lo que significó y porque me estaban insultando”, dijo el sureño.

Esa misma capacidad para colocar la pelota a media altura junto al poste izquierdo de Campodónico —arquero de más de 1,90 que se estiró y

El dato

Guerra o Coniglio.

Para reemplazar a Triverio —que será sancionado esta semana por el Tribunal por el codazo a Cubero—, Leo Madelón tiene dos alternativas: Claudio Guerra y Fernando Coniglio.

análisis Aprendió la lección

Enrique Cruz (h)

Unión entendió ayer cómo se tiene que defender un resultado. Y estoy convencido de que si el equipo hubiese tenido, ante Aldosivi, la mitad de la predisposición, concentración e inteligencia táctica que tuvo ayer frente a Vélez, los tres puntos viajaban sin dudas a Santa Fe.

Ya está, no se puede modificar lo que pasó en Mar del Plata, pero al menos sirvió de antecedente para corregir y dar una prueba de consistencia que, en el caso del partido de ayer, sirvió para ganarlo.

A diferencia de lo que pasó en Mar del Plata, Unión se quedó sin la posibilidad de seguir atacando en el segundo tiempo. La rabona de Gamba (¿no era para pegarle de zurda y ganar una décima de segundo vital para embocarla en el arco?) motivó el tiro de esquina. Ahí vino la maniobra en la que Triverio se calentó por una actitud previa de Cubero, metió un codazo y se fue de la cancha. Con diez, Unión quedó irremediablemente condenado a defender el resultado. Russo fue metiendo delanteros y está claro que sumar gente en ataque no implica ser más ofensivo. Por momentos atacó con cinco delanteros. Y se la bancó Unión. Y fue muy bueno lo de Madelón, porque hizo los cambios necesarios y a tiempo, contando también con la ayuda de los que entraron, como el pibe De Iriondo (debutante en la A pero no en la primera de Unión, pues ya había jugado un buen rato en Paraná ante Patronato), que corrió y metió para transformarse en una imprescindible rueda de auxilio para Martínez.

Al examen en Mar del Plata, Unión lo estaba aprobando con un 10, le dio amnesia y estaba a punto de “comerse una bola”, hasta que llegó Malcorra para contestar la última pregunta y venirse con un apenitas aprobado. Ayer, aquella lección que no se tenía tan bien aprendida en la Feliz, se pudo dar con creces. En el segundo tiempo apareció el Unión sólido que había faltado a la cita con Aldosivi. Y el resultado fue otro.

no llegó— fue la misma que tuvo ayer para clavar la pelota en el lugar en el que la metió. Brillante ejecución por todo: por la precisión y también porque el envío no estuvo exento de violencia. La pelota no entró pidiendo permisó, pegó en la parte inferior del travesaño, picó y embolsó la red, transformando el remate en más espectacular aún. Y lo dicho, apenas tomando un paso y medio de carrera. Lo cual significa decir que no corrió, sino que se movió apenas con gran firmeza y decisión para entrarle con potencia y precisión a la pelota.

Unión la “pegó” con Malcorra, como lo hizo con Triverio, con Gamba, con el Guerra figura del torneo anterior, con la vuelta de Nereo Fernández, con la de Barisone para volver a ascender y generarle recursos al club con su venta, con la llegada actual de Villar y también la de García Guerreño.

Tantas veces se cuestiona a los dirigentes del fútbol santafesino por una visión equivocada de las necesidades del plantel o por hacerle caso a los técnicos de turno que piden jugadores sin mirar lo que hay en el club o por la falta de proyectos serios y firmes, que bien vale el guiño y la palmada para los directivos de Unión en este proceso que se inició hace medio año. Se acertó en casi todo. Fue muy serio lo que se hizo, tanto desde el diagnóstico del entrenador (está muy maduro y lleno de convicciones Madelón) como desde el trabajo de los dirigentes. Se consensuaron nombres y presupuestos. Se hicieron los esfuerzos necesarios y suficientes. Y los aciertos resultados notables, demostrados adentro de la cancha y confirmados afuera. Malcorra es jugador de Unión y figura en este torneo; y lo mismo pasa ahora con Triverio, luego de haber adquirido la mitad de su ficha, hace unos días atrás.

Hace mucho tiempo que Unión no tiene un jugador que le pegue tan bien a la pelota y que convierta goles de tiro libre como Malcorra. Posiblemente desde los tiempos del mismo Madelón o de Darío Cabrol. En el fútbol argentino, tres goles de tiro libre en siete partidos es una marca que sólo la consiguió Riquelme en los últimos tiempos. Ayer fue la figura. No sólo por el golazo y por lo que jugó, sino también por lo que metió y corrió. En eso también se distingue. Algunos lo ven jugar y se acuerdan de Rabuñal. Probablemente, el “ventilador” que tenía Unión en los tiempos en que la “10” era de Madelón, haya tenido un poco más de pausa. El vértigo por ese costado lo imponía un Humoller demoledor e imparable. Y también es posible que Rabuñal no haya tenido el gol que tiene Malcorra. Y esto suma muchísimo.

El sureño de pecho caliente y una pegada majestuosa

Más acompañado

Emanuel Brítez presiona y recupera la pelota. Detrás suyo se observa a Sebastián Caballero, que le dio una mano en la recuperación. Unión estuvo más sólido.

Foto: Pablo Aguirre

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El momento negativo

La tarjeta roja se observa en la mano de Baliño y Triverio inicia el camino de su ida hacia los vestuarios, sobre el final del primer tiempo. Pareció que la expulsión podía condicionar negativamente el partido. Foto: Pablo Aguirre