“Decidí que era el momento de participar, de dejar de ser un relator”

Emilio Jatón, periodismo y política

Tras 25 años con las noticias, Jatón intenta dar un salto desde las cámaras a la Cámara Alta. “Es la decisión más importante en mi vida”, afirma.

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Del reportaje a la campaña. “No voy a perder la mirada del periodista”, dice el precandidato a senador por La Capital que acompaña a Miguel Lifschitz. Foto: Archivo El Litoral

 

Luis Rodrigo

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Hace 25 años dejó un sueldo seguro para hacerse periodista. Había estudiado para eso y sin más renunció al Banco Nación “en busca de lo que se me cruce”. Entró en La Voz del Tambo, que fundara el ya fallecido periodista Ernesto Núñez.

Hoy, deja atrás 25 años de televisión, unos cuantos de radio, “y un poco de prensa escrita, muy poco” para volcarse a la actividad política.

“Me lo estaba pidiendo la vida, mi vida, el compromiso que tengo con la vida, con el otro... Me daba cuenta de que ya no estaba haciendo lo que yo sentía con la sociedad, que a la sociedad no le estaba devolviendo lo que me había dado durante todo el tiempo”, explica.

“Me preguntaba a diario cómo hacer para servir al otro, para que ese periodismo ciudadano, cotidiano, de servicio, se transforme en acción, en solución. No dejo el periodismo y 25 años de profesión para calentar una banca. Yo voy a ser protagonista de esta nueva etapa”, subraya.

—¿Comenzar una carrera política es dejar atrás definitivamente el periodismo?

—Si yo no lo dejo atrás, me van a dejar atrás. Los empresarios ven a quien entra en política como a un político más. Y, errado o no, yo sigo siendo el mismo periodista de antes... la mirada que tengo de la vida es la de un periodista. Voy a estar en un lugar político pero con una mirada periodística. ¿Y qué significa esto? Mucha observación, mucha posibilidad de servir. A esa mirada no la voy a perder.

Los empresarios (de los medios) dicen “éste tomó partido, entonces perdió credibilidad”. Y eso es lo que me pregunté mucho tiempo... ¿perderé credibilidad? No lo sé. El tiempo lo va a decir.

—La misma pregunta se puede hacer al revés. ¿No hacías también política al hacer periodismo?

—No. Estaba en un punto casi gris. Intentaba acercarme a la verdad, que no está en las partes sino en la suma de las partes. Es una suma de opiniones. Eso hacía: cotejar opiniones, voces, vivencias...

—¿Cómo es la relación del periodista con el poder?

—Sólo la conozco desde un lugar; nunca estuve en el poder. La relación del periodista con el poder es tensa, muy tensa. Porque el poder lo quiere captar y el periodista tiene que luchar contra esto. Es una puja que en definitiva te da la sensación de ser persona, de luchar por algo. Y ésa debe ser una de las pujas mejores que tiene el periodismo: la puja con el poder.

—En las Paso competís con otro precandidato que hoy tiene la banca a la que aspirás. ¿Qué opinión tenés -como periodista o como candidato- de Hugo Marcucci?

—La verdad es que no lo conozco mucho. No ha sido un protagonista de las tapas de los diarios. No conozco mucho su gestión y no puedo opinar sobre él. Puedo decir que él verdaderamente tuvo su oportunidad de mostrar, y yo todavía no la he tenido. Es la gran diferencia. No puedo hablar de él, no ha sido un protagonista de los grandes temas, no nos hemos cruzado periodísticamente.

—¿Cómo proyectas, cómo imaginás tu tarea en el Senado?

—Tengo que pensar en proyectos que aseguren derechos, libertades y que contemplen lo que la gente dice. Hoy, voy a cada rinconcito del departamento para saber más. No se puede pensar en un proyecto si uno no conoce las necesidades de la gente. Porque las mejores ideas vienen de las necesidades de la gente. Con estas recorridas que estoy haciendo, tengo millones de proyectos en la cabeza, porque las necesidades son muchísimas.

Hay que mirar al departamento de forma integral, de una forma diferente. Hay que acercar la Legislatura con la gente. Hay una brecha enorme y la gente te lo dice. Te dice que “los políticos” son una clase, una “clase política”. Y a eso lo quiero siempre tener en cuenta porque yo no quiero pertenecer a una clase política. Soy un ciudadano común, quiero seguir siéndolo. La diferencia entre un senador y un ciudadano común es su responsabilidad.

—¿Qué ha sido lo más positivo y lo más negativo de los gobiernos de Binner y de Bonfatti?

—Lo más positivo es que le encontraron el rumbo a sus gestiones de gobierno. Con lentitud, pero lo encontraron. Hoy vos entrás al barrio San Lorenzo adonde la famosa Barra del Pasillo y podés entrar. Podés entrar al barrio Chaqueño a Barranquitas, creo es un inicio de algo en cuanto a enfrentar la inseguridad. Se acaba de anunciar que se va a hacer el desagüe de Larrea, se han hecho otras obras y éste es un gobierno dialoguista, que escucha, que es capaz de torcer decisiones después de conocer a la gente... cosa que a veces no pasa en política. Es pasa hoy en Santa Fe.

Se podrá decir que se le encuentra el rumbo tarde, pero hoy se puede decir que el gobierno está bien encaminado. Y lo negativo es el tiempo que se perdió y las heridas que quedaron en el camino. Hay que ver cómo se restañan.

—¿A qué heridas te referís?

—A esa Santa Fe cargada de homicidios, de violencia. Y a esas heridas sociales se las remedia con acción, con nuevas medidas, con cambiarle la vida a la gente. Si este gobierno logra hacerle perder el miedo a la gente, va a ser exitoso. Los miedos no le permiten a una sociedad desarrollarse. Cuando una sociedad pierde el miedo es otra, al otro día. Lo que se viene va a ser mejor que lo que se va y eso va a ser positivo.