FALLECIÓ HOY

Adiós Galeano

• El autor de “Las venas abiertas de América Latina” murió a los 74 años, en Montevideo.

Adiós Galeano

El periodista y escritor uruguayo está considerado como uno de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral Télam

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El escritor uruguayo Eduardo Galeano murió esta mañana en el sanatorio Casmu, en Montevideo, donde estaba internado desde la semana pasada debido a un cáncer de pulmón.

Autor de “Las venas abiertas de América Latina”, “El libro de los abrazos”, “El fútbol a sol y sombra”, “Espejos” y “Patas arriba”, el escritor había nacido en la ciudad uruguaya el 3 de septiembre de 1940.

A los 14 años vendió una caricatura política al semanario El Sol, del Partido Socialista uruguayo; y en los años 60 se desempeñó como editor de los diarios Marcha y Época.

En la década del 70, con la llegada de la dictadura a Uruguay, el periodista se exilió en la Argentina, donde fundó la revista Crisis y se casó con Helena Villagra. Sin embargo, después del golpe de Estado de 1976, debió dejar el país y radicarse en España, donde vivió hasta 1985, cuando volvió a su Montevideo natal.

El autor de “Memoria del fuego” -donde hace una recuperación de las raíces indigenistas- y “Las venas abiertas de América Latina” -dos de sus libros más famosos, traducidos a varios idiomas-, la visión de una América Latina unida frente a la adversidad se vio reflejada en su narrativa, que se remonta a títulos como “Los días siguientes” (1963), los relatos de “Vagamundo” (1973) y una carta al futuro -escrita en 2011- que sintetiza sus anhelos.

“Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma”, advierte en ese texto.

Cronista de su tiempo

En 2006, Galeano se unió a figuras internacionales como Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Ernesto Sábato, Thiago de Mello y Carlos Monsiváis, en la demanda de soberanía para Puerto Rico.

El presidente venezolano Hugo Chávez -en abril de 2009- entregó una copia de “Las venas abiertas...” -libro que fue prohibido en su momento por varias dictaduras latinoamericanas- al presidente estadounidense Barack Obama, durante la quinta Cumbre de las Américas.

Por su obra, Galeano fue galardonado con el Premio Casa de las Américas 1975, 1978; Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1982, 1984, 1986, American Book Award 1989, Premio Stig Dagerman 2010 y Premio Alba de las letras 2013.

En ocasión de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de La Habana en 2001, el escritor dijo: “He amado a esta isla de la única manera que es, digna de fe, con sus luces y sombras”, mientras que el jurado definió con certeza al escritor y periodista como “un recuperador de la memoria real y colectiva sudamericana y un cronista de su tiempo”.

Universal

Sergio Ferreira (*)

  • “¿Viste?, murió Galeano”. Ya era el tercero de mis amigos que por Facebook o sms me lo contaban. Yo lo había escuchado en la radio segundos antes, e imaginé bien que los mensajes iban a continuar llegando. Eduardo Galeano movía memoria, vivencias, respeto y contradicciones. Lo habíamos conocido en aquel épico viaje con el Taller Literario Temps era Temps, a fines de 1999. Nos íbamos a un encuentro de talleres en Montevideo y me animé a llamarlo antes por teléfono, no nos conocíamos, atendió él mismo y me dijo: “Vénganse, pero nos reunimos 20 minutos nomás, estoy de campaña”. Eran las elecciones que consagrarían a Tabaré Vázquez como presidente.

Nos citó en el centenario Café Brasilero. Se quedó dos horas y media y compartimos cervezas, libros, apuntes, asombros. Nos trató cara a cara y de igual a igual, pero como todo personaje universal era contradictorio. Muchos de sus compatriotas, tanto de las artes como de la política, opinaban de soslayo: “Ay, es un Hughes”, tal su primer apellido. La segunda vez que lo fuimos a ver, nos descolocó: le llevábamos el CD de poesía que el Temps era Temps grabó bajo el sello de la UNL de Santa Fe. Tocamos a su puerta. La mucama, de rasgos y tez indígenas, ataviada con delantal y cofia de puntillas dijo: “El señor no está”.

Así son de controvertidos los personajes universales. Mis amigos me siguen escribiendo, “¿Viste?, murió Galeano”, shockeados, perplejos, todos (y yo también) a esta hora y ante estas circunstancias, decididos a elegir al Galeano de, entre otros, “Las venas abiertas de América Latina”, de “Memoria del fuego”, por calidad literaria y periodística, por necesidad de una lectura que oriente y de una literatura que provoque las ganas de creer.

(*) Escritor santafesino.