En Gorriti al 4500

Vecinos y comerciantes atrapan a dos ladrones tras un asalto

Pero en la comisaría la historia dio un giro radical. Los delincuentes dijeron ser víctimas del comerciante que los atacó sin razón.

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“Estoy orgulloso de mis vecinos, porque en estos tiempos tenemos que ayudarnos entre todos”, dijo el titular de la Regalería Ilusiones. Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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El domingo a la mañana, Claudio María Aragón (47) se dispuso para iniciar una nueva jornada de trabajo en la regalería Ilusiones. Pero mientras preparaba unos mates se vio sorprendido por un sujeto que irrumpió en el local de Av. Gorriti al 4500.

—¡Dame todo porque te mato! -fue la tajante sentencia que lanzó el rufián mientras llevaba su mano a la cintura haciendo el gesto de sacar un arma.

En simultáneo con esta escena un segundo malviviente ingresó al negocio. Este último pasó por encima del mostrador y directamente fue por el dinero que había en la caja.

El destino quiso que justo en ese momento entrara al local un cliente, circunstancia que distrajo la atención de los ladrones por unos segundos.

Fue entonces que el comerciante aprovechó ese descuido y se trabó en lucha con los asaltantes. La disputa fue áspera e intensa, a punto tal que se trasladó desde el interior del negocio hasta la calle.

Por fortuna, varios vecinos y otros comerciantes de la zona advirtieron la anormal situación y sin vacilar tomaron cartas en el asunto.

Al cabo de dramáticos minutos, ambos delincuentes fueron reducidos y entregados a personal policial que arribó al lugar de inmediato.

Pero ya en sede policial la historia iba a dar un giro radical.

Es que los implicados en el suceso dijeron que llegaron al lugar con la sola intención de pedir algo, y en dicha circunstancia el comerciante “enloqueció” y comenzó a agredirlos.

Como es de rigor, la versión de los sujetos fue atendida por los uniformados que ahora deberán dilucidar este delicado asunto.

Relato directo

Consultado al respecto, Aragón relató que “a las 9.30 me pongo a tomar unos mates mientras preparaba mis cosas. Hago unos pasos para adentro, descuidando la puerta, y veo que entra un muchacho el que me dice: ‘Dame todo porque te mato’. De inmediato, el tipo llevó su mano hacia atrás de la cintura como haciendo el amague de sacar un arma. Comienza a revisarme entero para ver si tenía y plata y me saca el celular. A todo esto, hace pasar al otro pibe para que saque la plata de la caja. Este último salta el mostrador y toma la plata”.

“En ese momento justo entra un cliente y los delincuentes se asustan. Ahí me di cuenta de que no estaban armados. Entonces pego la vuelta del mostrador y me lanzó contra uno de los rufianes. Pero el otro compinche enseguida reaccionó y me pegó una trompada en la cara”, contó.

Así, “nos comenzamos a pelear y en la refriega llegamos hasta la vereda. Unos vecinos que vieron el revuelo se sumaron para defenderme. Después de varios forcejeos los terminamos agarrando.

La policía vino muy rápido. Terminó de reducir a los delincuentes y se los llevaron en un patrullero”.

Pero consignó que “ahora me enteré de que ellos dieron otra versión de los hechos. En sede policial declararon que me entraron a pedir y que yo me volví loco y los ataqué. Eso es una burda mentira.

Por suerte, hay muchos testigos que pueden contar la verdad de todo. Hasta hay una persona que iba juntando los billetes de mi negocio que a estos malandras se le caían al suelo y me los trajo”.

Defendernos entre todos

Más adelante, Aragón sostuvo que “me siento orgulloso de mis vecinos, porque todos se involucraron y reaccionaron. No los dejamos pensar en ningún momento. Tengo que estar agradecido”. Y agregó que “nosotros siempre, entre comerciantes y vecinos, nos estamos cuidando unos con otros. Nos mandamos mensajes, nos hacemos señas. Tenemos advertencias sobre ciertas personas que pueden estar circulando de manera sospechosa. En fin... es nuestra manera de defendernos”.

Advirtió que “la zona está bastante complicada para trabajar. La policía pasa. Pero los malvivientes saben que el patrullero no vuelve y entonces ahí es cuando actúan”.

“Ahora, estoy obligado a tomar algún tipo de medida. Ellos (por los ladrones) entran a mi negocio como ‘Pancho por su casa’ porque este comercio es así, de puertas abiertas. No puedo enrejarme porque si no la gente pasa de largo, y yo no puedo vender. Entonces tendré que ingeniarme para buscar algún tipo de solución”, sentenció.