Una valiosa experiencia de integración entre dos ONG

Inédito: crean bolsas de dormir con sachets de leche para los indigentes

La Sachetera -un proyecto de Manos Abiertas- las confeccionó y se las entregó a Actitud Solidaria, que asiste a personas en situación de calle. Las bolsas son impermeables: resisten el frío, la lluvia y la humedad para los desamparados que duermen sobre el piso y a la intemperie.

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Prototipo. Una voluntaria prueba una de las bolsas de dormir que gente de La Sachetera entregó a Actitud Solidaria.

 

Luciano Andreychuk

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Twitter: @landreychuk

Breve instructivo: Se reúnen unos 85 sachets de leche o de yogurt. Se lavan bien para matar gérmenes, se cortan, se unen con una termoselladora, se hacen tiras y se cosen a máquina. Se arman los modelos, se les coloca una guata y una colchita adentro. Así se hace una bolsa de dormir impermeable, aislante del frío, la lluvia y la humedad. Antes de todo eso, se piensa en los desamparados que duermen sobre el cemento hostil de las veredas, con el cielo como único techo. Esto se llama un acto de amor.

La Sachetera, un proyecto de la fundación jesuítica Manos Abiertas Santa Fe, diseñó 11 prototipos de estas bolsas de dormir. Y se los entregó a la agrupación Actitud Solidaria, que desde hace seis años asiste a personas en situación de calle. Esta ONG las irá entregando a los indigentes que atiende semanalmente con comida, ropa, infusiones y contención humana.

Es algo inédito en Santa Fe, pero no en el país. Ya hay experiencias exitosas en Buenos Aires, por ejemplo. Ocurre que la gran mayoría de los indigentes de la ciudad duermen sobre el cemento de las veredas, o sobre cartones, a la intemperie, con el frío hiriente y a veces la lluvia sobre sus cuerpos.

Muy pocos de ellos tienen un colchón propio. Y corren el riesgo de que se los quiten durante un desalojo, o que se los roben. Porque créase o no, hay gente que les roba a indigentes. Entonces, una bolsa de dormir impermeable, durable y sobre todo transportable, sería una solución a este problema.

Solidario y ambiental

Silvia Sobrero y Zuny Alassia son las coordinadoras del proyecto La Sachetera, cuyo lugar de trabajo es la Casita del Voluntariado ubicada en la manzana Nº 7 de Alto Verde. Allí también Manos Abiertas dicta varios cursos de capacitación en su escuela de oficios (preparación de prepizzas y pastelería, tejido y costura, talleres lúdicos y de capoeira para niños, etc.).

Unas diez mamás de ese distrito son voluntarias de La Sachetera: olvidando que viven en un contexto de muchas carencias, destinan un tiempo para ayudar al prójimo. “Lo denominamos un proyecto solidario ambiental. Porque se reutiliza un material plástico (el sachet de lácteos) para fabricar algo que sirva. Pero lo fundamental es el amor y el compromiso que ponen las madres voluntarias de Alto Verde”, contó Sobrero a El Litoral.

Cómo se fabrican

Los sachets se reciben como donación: hay varias escuelas de la ciudad (como el Calvario o el Colegio Inmaculada) y pequeños comercios que los reúnen. “Nos los dan limpios, sin bacterias ni gérmenes. Nosotras los cortamos, luego éstos se sellan con una termoselladora (eso se hace en Alto Verde), se unen en siete tiras, y estas tiras se cosen a máquina (doble costura). Las voluntarias costureras trabajan en Santa Fe”, explicó Sobrero.

Para hacer una bolsa de dormir de este tipo, se necesitan entre 80 y 85 sachets de leche o yogurt. Cada bolsa tiene una capucha, y mide 1,80 metros de largo por 1 metro de ancho. Adentro, se les coloca una guata y una colcha fina, para que sean más aislantes y abrigadas.

Coser una bolsa lleva de tres a cuatro horas de trabajo incesante. A eso hay que sumarle el tiempo que demanda colocarle la guata y las terminaciones finales. Porque cada bolsa va doblada y adentro de otra bolsita con manija, para que puede ser transportable.

“Es mucho trabajo, necesitamos más costureras. Pero todo esto vale la pena”, dijo Sobrero sin dudarlo. La idea de La Sachetera es poder confeccionar seis bolsas de dormir por mes, y dárselas a Actitud Solidaria para que esta agrupación las entregue a las personas en situación de calle que asiste. Pero faltan costureras voluntarias y, por supuesto, sachets de lácteos (ver Para ayudar).

“Estamos hablando de una bolsa de dormir impermeable, aislante del frío, el agua de lluvia y la humedad. Y transportable: se puede llevar colgada en el hombro. Y si se cuida bien es muy duradera, porque el material es un nylon muy resistente”, resaltó la coordinadora.

Vinculación

“Con La Sachetera establecimos una suerte de colaboración mutua. Es un paso muy importante para las dos ONG. La persona podrá dormir protegida con una bolsa impermeable, en caso de lluvias o de frío”, contó a este medio Martín Mónaco, coordinador de Actitud Solidaria.

El problema que se presenta es que las personas en situación de calle dejan su cosas en un lugar; durante el día se van a cuidar coches o hacer alguna otra actividad informal para reunir algo de plata y subsistir. Pero al dejar sus cosas descuidadas, se las roban. “Entonces, la idea es que con los primeros fríos, toda la gente que asistimos puede contar con sus bolsas de dormir, que son transportables: las pueden llevar adonde vayan”, agregó.

Actitud Solidaria irá entregando las bolsas y monitoreando cómo resulta el proyecto en la práctica, es decir, si son útiles y si se cuidan como se debe. “Es muy valioso el trabajo de La Sachetera. Y es bueno que entre las ONG locales nos ayudemos”, ponderó Mónaco.

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Integrantes de las dos ONG, durante la entrega de las bolsas de dormir.

Fotos: Gentileza Manos Abiertas Santa Fe

El dato

Para ayudar

Quienes quieran apoyar este proyecto aprendiendo cómo lavar y cortar los sachets para luego donarlos, y aquellas mamás que quieran sumarse como costureras, pueden comunicarse con Manos Abiertas ([email protected], [email protected]). También con Actitud Solidaria, al celular 155-218263. Facebook: Actitud Solidaria. E-mail: [email protected].

Unión de esfuerzos

“A mí me parece óptimo que podamos establecer conexiones con otras organizaciones sociales. No se puede trabajar aisladamente. Hay que sumar esfuerzos entre las ONG locales para trabajar mejor”, opinó Silvia Sobrero.

Para Mónaco, “es productivo encontrarse con otras organizaciones, con actividades distintas pero que tengan una vocación de lucha diaria por una sociedad un poco mejor. Sin este trabajo colaborativo sería muy difícil llevar adelante un trabajo de voluntariado social”.