Comenzó el juicio oral

Pedirán prisión perpetua por el crimen de Jésica Caparrós

La Fiscalía y la querella adelantaron que solicitarán la máxima pena para Ezequiel Figueroa, acusado por el crimen de la joven de 23 años, ocurrido el 27 de octubre de 2012.

23-A-IMG_9057.jpg

Figueroa (izq.) se declaró inocente por el crimen de su ex pareja. Su abogado, el Dr. Juan Bautista Fossa (der.) adelantó que pedira la absolución.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Juliano Salierno

[email protected]

Esta mañana se realizó la audiencia de apertura del juicio oral y público por el crimen de Jésica Caparrós, ocurrido en un local de venta de ropa de Javier de la Rosa 2011, la tarde del sábado 27 de octubre de 2012. El acusado Exequiel Figueroa, ex pareja de la víctima y padre de una nena de hoy 8 años que ambos tenían en común, se declaró inocente.

El debate se abrió hoy ante el presidente del tribunal unipersonal Enrique Álvarez, que le dio la palabra a la fiscal Elena Perticará para que comenzara con el alegato de apertura.

Ante una sala dividida en cuanto a la presencia de familiares y allegados de la víctima y el imputado, la representante del Ministerio Público Fiscal repasó los hechos por los que Figueroa está siendo juzgado.

La pena máxima

La acusación fue muy puntual y refiere a lo ocurrido el sábado 27 de octubre de 2012, alrededor de las siete y media de la tarde, en el local de venta de indumentaria de Javier de la Rosa 2011, donde trabajaba la joven Caparrós. Según la atribución fiscal, Figueroa arribó al lugar en un auto Fiat Uno blanco, ingresó al negocio y asesinó a su ex pareja de un disparo de calibre 38mm, que le ingresó por debajo del párpado del ojo izquierdo. Después se llevó el dinero de la caja registradora, algunos papeles y el teléfono celular de la víctima.

Jésica fue trasladada en estado desesperante al Hospital Cullen, donde falleció minutos más tarde. Esa noche, y por sospechas de los familiares de Caparrós, el personal de la Sección Homicidios detuvo a Figueroa y su actual concubina, frente a la vivienda de sus padres, en calle Hernandarias.

El abogado Gustavo Durando, quien representa a Norma Flores y Rubén Caparrós, padres y querellantes en el proceso, coincidió con la Dra. Perticará en la acusación. Ambos adelantaron que pedirán la pena máxima, que es de prisión perpetua, dado que catalogaron el hecho como “homicidio calificado por alevosía, agravado por el uso de arma de fuego” y “hurto calificado”.

En otro lugar

La defensa por su parte, que fue ejercida por el abogado particular, Juan Bautista Fossa, descartó que su defendido haya sido el autor del disparo que terminó con la vida de Caparrós y anunció que tratará de demostrar que su pupilo estaba en otro lugar cuando la asesinaron.

“Yo estaba en la casa de mi novia, junto con mi suegra”, relató Figueroa, que reconoció haber mantenido una comunicación por mensaje de texto con Jésica ese día, pero que hacía una semana que no la veía.

A propósito de la relación que tuvieron, el imputado declaró que “fue buena en todo momento, pero después empezaron a surgir problemas porque los padres se metían mucho en mi relación”. Consultado por la querella acerca de peleas y trato violento, Figueroa afirmó que tenían “discusiones y empujones, como toda pareja”. También reconoció que en una oportunidad le rompió el vidrio de la camioneta al padre de su ex pareja, en ocasión en que éste le recriminara a su madre el trato que Figueroa tenía para con su hija.

Audiencias

  • El juicio oral y público por el crimen de Jésica Caparrós continuará mañana a las 9 en la sala de audiencias del primer piso de tribunales. Tal como está previsto por Secretaría, las testimoniales -alrededor de 30- continuarán hasta el jueves de esta semana, luego de lo cual se realizarán los alegatos de clausura y posteriormente se conocerá la sentencia.

Los testigos

  • Cinco testigos declararon hoy en la primera audiencia de juicio oral. El primer turno fue para la médica forense María de las Mercedes Montijano, la cual describió las características del disparo, que “fue con el arma en contacto con el cuerpo”, lo que comúnmente se llama a quemarropas.

En segundo término, declaró la psicóloga María Jesús Céspedes, que tuvo a su cargo la asistencia de la hija de Jésica.

Después fue el turno de tres policías de la Sección Homicidios, el subcomisario Guillermo Sala y sus subalternos: los cabos Damián Carabajal y Mauricio Molina. Los tres coincidieron en el relato en cuanto al desempeño policial aquella tarde noche del 27 de octubre. Los funcionarios recordaron que debieron aguardar unos 200 metros de la casa de los padres de Figueroa, hasta que éste apareció y fue detenido. A su vez, reconocieron los efectos secuestrados en poder del acusado, los que hoy fueron exhibidos por el tribunal.