Julia Sebastián, la promesa santafesina

La nueva Sirenita

Es de una de las grandes ilusiones que tiene el deporte argentino para los Juegos Panamericanos de Canadá, con proyección para Brasil. “Quiero llegar a Río 2016 con Roberto Ortiz, mi entrenador”, le confiesa a El Litoral.

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Julia en su hábitat, en el lugar que se crió y supo dar sus primeras brazadas: el Club de Regatas. Foto: Luis Cetraro

 

Darío Pignata

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Su perfil de Facebook afirma: “Nadadora del Club de Regatas de Santa Fe representante Sudamericana, Panamericana y Mundialista de la Selección Argentina en la especialidad de 50, 100 y 200 metros pecho, Campeona Sudamericana y Recordista Argentina”. Lo que no puede reflejar la red social es todo lo que le costó a este santafesina de 22 años conseguir lo que consiguió y soñar con lo que sueña cuando todas las noches cae rendida después de entrenar cinco horas todos los días en el agua y pasar sí o sí una hora y media más por el gimnasio.

Por si hace falta explicarlo, ésta es la historia de la nueva Sirenita santafesina, Julia Sebastián. Lindo arranque de la novela, si hay que remontarse a los cuatro años cuando empezó a nadar en Gimnasia y Esgrima de 4 de Enero porque su padre —conocido como el “Topo” Sebastián— era uno de los profe. El “quiebre”, por llamarlo de alguna manera, fue cuando su hermano se fue a nadar a Regatas, donde ya estaba quien será por siempre “su entrenador”, Roberto Ortiz.

“Cuando mi hermano se pasó a Regatas yo me pasé con él, por eso digo que estoy con Robert desde siempre”, cuenta Julia mano a mano con El Litoral, mientras el sol cae acariciando la tarde sobre esa terraza única del Club de Regatas, la más linda de Santa Fe. Desde allí se ve el agua y el emblemático Puente Colgante. ¿Qué más se puede pedir para disfrutar de una charla?.

A la hora de hacer mención al ámbito familiar, Julia explica que vive con sus padres (papá y mamá), su hermano y sus tías.

Su día arranca siempre a las siete de la mañana: sin cinco horas de agua y una hora y media de gimnasia.

—¿Todos los días? -le pregunto.

—Sí, todos los días -me responde Julia, a la vez que cuenta la anécdota de la cara de algunos socios de Regatas cuando la ven llegar un domingo. Hace “agua” —así le gusta decir a ella— de 8 a 10.30 y a las 11.30 le está dando duro al gym. A la tarde, después de una siesta reparadora en casa, vuelva a la pileta de 17 a 19.30 aproximadamente.

Aunque parezca mentira, está preocupada por cada detalle. Incluso, a pesar de sus 22 años, tiene tiempo de preguntar para buscar un sponsor que le banque una venta de pollos con amigos, familiares y conocidos para juntar fondos.

Tiene el respaldo de la Secretaría de Deportes de la Nación y del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Son dos becas, de las cuales una no cobró. Claro que Julia, lejos de la polémica, le pone onda: “Ya la van a depositar, vendrá tipo retroactivo”.

¿Quién más la ayuda a esta promesa del deporte de Santa Fe? “Con el programa Santa Fe Más Deporte me ayudó muchísimo el gobernador Antonio Bonfatti, que me recibió el año pasado”.

La idea de Julia, de su familia y de su entrenador Roberto Ortiz es llegar a Río 2016 sin abandonar su querida Santa Fe. “Quiero quedarme acá y llegar a Río con Roberto, ése es mi sueño”, explica. Después de Londres, le llovieron las ofertas para armar el bolso e irse. “Hubo propuestas concretas de Estados Unidos y España, además de lo de siempre de Brasil, donde siempre me quieren”.

Su entrenador, además de perfeccionarla, se jugó una carta: amigo de la familia Priano le pidió un apoyo que Julia recibe todos los meses para entrenar todos los días en la pileta de Regatas.

“El objetivo es quedarme acá, en Santa Fe, con mi familia. El objetivo es que Roberto pueda meter un nadador en un Juego Olímpico... ya le pasó que Agustina (N. de R.: por Agustina de Giovanni) se le fue, yo hice la marca para Londres pero no se dio”, explica.

En la entrevista, Julia recuerda que a los 13 años la federaron y a los 16 ingresó en las Selecciones Argentinas. Desde allí hasta ahora las presiones no pararon, los sueños de gloria tampoco.

“Mi sueño es Río 2016 pero también el de Roberto. Cualquier entrenador quiere tener un nadador olímpico y llegar a unos Juegos”, afirma la nueva sirenita de la natación santafesina.

Misión Panamericano

Está tranquila. Ahora, en su cabeza está lo que será el Panamericano de Canadá. “El de Brasil fue un torneo de paso, como este Argentino en Santa Fe. En el de Brasil me enfermé, estaba con anginas y placas en la garganta por cuestiones del clima, ya que todavía no había pileta cerrada para entrenar. El cuerpo no estaba en las mejores condiciones, pero el torneo fue hermoso. Se consiguieron el primer puesto en los 200 y en los 100 metros. En los 50 quedé tercera, en los 50 sabemos que es una carrera de suerte nada más, porque la diferencia entre la primera y la sexta era nada. Era una cuestión de suerte y cometer la cantidad de errores mínimos para ver quién tiene la chance de quedar primera”, repasa a pedido de El Litoral.

¿Qué viene en la agenda de Julia después de Brasil y el Argentino en Santa Fe? Está diagramado un entrenamiento de Altura en San Luis de Potosí en México, donde ya fue en otras ocasiones.

“También hay una competencia en Estados Unidos para poder tener un poco más de roce internacional. Y después terminamos con dos semanas en Santa Fe si es que no consigo dinero para entrenar en otros lugares y ya enfocados en el Panamericano para conseguir lo mejor allá. Sabemos que estamos cerca de un podio seguramente y queremos tratar de estar lo más arriba posible”, se ilusiona pensando en Canadá.

La charla, pautada a las cuatro de la tarde, llega al final. La pileta de Regatas la espera a Julia Sebastián como todos los días cuando está en Santa Fe. Con apenas 22 años, ese cuerpo casi perfecto —sólo entendiendo que la perfección no existe— es feliz en el agua. Hace lo que le gusta. Hace lo que quiere. Hace historia, con final abierto por ahora.

"Lo de Santi (por Santiago Grassi) en Brasil fue realmente muy muy meritorio. No nadó con nadie al lado, lo hacía solo, muy tarde en la noche cuando le daban espacio en la pileta y ya no quedaba casi nadie. Hace tiempo que quería bajar esa marca y se le dio. En el mismo torneo se le dio, porque lo que antes fue no en la misma noche fue sí”

Julia Sebastián

Nadadora del Club de Regatas

El equipo de Julia

  • Su entrenador —“de siempre”, como dice ella— es el conocido Roberto Ortiz, quien la guía todos los días en la pileta del Club de Regatas de nuestra ciudad, en doble turno mañana y tarde.

Su preparador físico se llama Marcelo Visuara y quien comanda la parte médica es el Dr. Diego Zcer. “Mi nutricionista es Alberto Mazzuchelli, con quien estoy haciendo la Dieta de la Zona desde hace un año y medio” (ver recuadro aparte).

Finalmente, a la hora de completar su equipo, Julia Sebastián admite que hace un tiempo se puso en manos de un sicólogo que se llama Mariano Carmele.

“Éste es mi grupo de trabajo y todos apuntamos a lo mismo”, cuenta Julia en la nota mano a mano con El Litoral. Ese “lo mismo” se llama gloria.


 

Un feliz domingo

Oro y récord para Julia

La nueva Sirenita

Julia Sebastián se adjudicó la medalla dorada en los 100 metros pecho con récord argentino en la jornada que cerró el Argentino de Natación de mayores en pileta corta. Sebastián estableció un tiempo de 1.06.75 (31.77) mejorando su propio récord anterior de 1.07.24 y muy cerca del primado sudamericano de la brasileña Tatiana Sakemi con 1.06.4. En la foto, el momento en que se tira a la pileta buscando la plusmarca nacional.Foto: Manuel Fabatía

Hace la Dieta de la Zona

  • El Dr. Alberto Mazzuchelli es quien desde hace un tiempo viene trabajando con Julia Sebastián en la conocida Dieta de la Zona, un estilo de alimentación saludable caracterizado por la ingesta equilibrada de macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasa) y de ácidos grasos Omega 3.

Este método nació en Estados Unidos de la mano de Barry Sears, un químico que hace 25 años decidió ponerse a investigar y descubrió cómo los medicamentos, una vez incorporados y que hayan penetrado los principios activos en la sangre, tenían efecto tanto o más poderosos que los medicamentos, porque afectaban a nuestras hormonas.

“La Zona no es sólo un programa para perder peso, es un estilo de vida, una manera de controlar la inflamación que es el camino más importante que nos lleva a una vida mejor y más larga. Es la evolucionada Dieta Mediterránea a la que le sacaríamos los hidratos de carbono desfavorables (harina, cereales, almidones) y con rasgos de la dieta de los japoneses que le incorporan mucho Omega3 debido al consumo de peces de mar”, apunta Mazzuchelli.

El Omega 3 es un ácido graso que está implicado en el manejo y el control de dos grupos hormonales que tenemos en el organismo: unas son antiinflamatorias y otras proinflamatorias. El Omega 3 modula y equilibra a favor de las antiinflamatorias.

“Nosotros le aplicamos o utilizamos dos herramientas fundamentales en lo que es la Dieta de la Zona. Primero, un balance adecuado entre proteína, hidrato de carbono y grasas. Nosotros tenemos nuestro carburador hormonal constituido por tres grupos hormonales, a los que le tenemos que incorporar alimentos, o nutrientes o energía para que estemos en forma equilibrada funcionando en forma correcta. Esto significa que cuando uno inicia la mañana, en el desayuno no puedo sentarme a comer un nutriente, tengo que incorporar los tres nutrientes: proteína, hidrato de carbono y grasas”.

En la dieta de la zona se tiene más fácil acceso a las reservas de grasa acumulada (en vez de a los hidratos de carbono acumulados) como fuente de energía, lo que además se traduce en una mayor concentración mental, que no sólo ayuda a ser más productivos, sino que mejorará el rendimiento físico.

“La llevo bastante bien, sólo me mata porque muero por los dulces y ahora ya no se puede. De todos modos, algún liberado me dan... (risas). En cuanto a los líquidos, vivo tomando agua”, explica Julia con su imponente figura al borde de su primera casa, es decir la pileta.

La nueva Sirenita

La postal de Julia

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Con el Puente Colgante de fondo y soñando con grandes logros. Va en camino de conseguirlos. Foto: Luis Cetraro

Amistad, gustos y pasatiempo

  • Julia se confiesa “adicta” de los celulares, las tabletas y los dispositivos modernos para navegar. No le gusta mucho la tele, en realidad casi nada de aparato. “Por ahí, a las cansadas, alguna película pero nada más”, admite.

Su mejor amiga estudia odontología en Rosario y se llama Noelia Sánchez, por lo que se ponen al día solamente los fines de semana cuando viene a Santa Fe.

Como a cualquier chica de 22 años le gusta salir a bailar, pero no puede siempre. En realidad, casi nunca. “Son elecciones, yo tengo un objetivo y quiero cumplirlo. Si tengo que entrenar no puedo acostarme tarde”, explica.

—¿Cómo se lleva con la música?

—Escucho mucha música en castellano y algo de internacional, porque encima mi padre es baterista... -explica.

En el final confiesa con honestidad brutal a El Litoral: “No soy de agarrar jamás un libro”.

—¿Qué te dice tu psicólogo de esto?

—Que haga lo que quiera, que sea feliz.