Marilina Bertoldi

Ignacio Andrés Amarillo

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Marilina Bertoldi está lanzándose a todo vapor como solista (tras la separación de Connor Questa) con dos nuevas propuestas musicales que apelan a romper con la estructura convencional de los shows unipersonales.

Dentro del formato “set solo” ejecuta diversos instrumentos, navegando por diferentes matices a lo largo de sus canciones en un marco de intimidad con el público, mientras que con el “set eléctrico” apunta a desarrollar y manifestar toda la intensidad de sus obras junto a grandes músicos que la acompañan.

Es en el formato solitario con el que la sunchalense radicada en Buenos Aires llegará a la sala del Cine Teatro Luz y Fuerza (Junín 2947) este viernes desde las 21. Las anticipadas se pueden conseguir en la boletería de la sala de 8.30 a 13 y 16 a 20, o en www.ticketway.com.ar y sus puntos de venta.

Procesos

El Litoral se contactó con la compositora y cantante para adentrarse en esta nueva apuesta.

—El proyecto Connor Questa nació como una extensión tuya y luego derivó en una banda. ¿Sentiste que habías sacrificado algo en ese proceso?

—Es difícil de responder esa pregunta. Porque definitivamente mi foco se lo llevó mi banda, y no me arrepiento de eso, ya que era lo que necesitaba transitar, ahí aprendí muchísimo sobre el trabajo detrás de lo musical, a ser muy profesional aun cuando el contexto no lo es, la importancia de ser dedicado e insistente. Pero creo que en lo que respecta a lo artístico siempre necesité mantener lo solista presente para poder expresarme a través de varios matices, audios y formas. Hoy en día puedo concentrar todo en un mismo camino y proyecto. Lo intenso y lo suave, lo dulce y lo rabioso, todo va a estar combinado en un mismo lugar, ya no vivirán por separado.

—¿“El peso del aire suspirado” fue el embrión de esta etapa solista?

—Fue el primer disco, pero el embrión creo que en todo caso fue una canción mía (“Si no ves”) que subí a YouTube hace mucho, tocándola en vivo en mi casa, se empezó a viralizar mucho y ahí mucha gente me empezó a contactar. Fue el primer momento donde noté que mis canciones y mi voz podían llegar a conectarse con algo en mucha gente.

—Cuando empezaste a hacer “La presencia de las personas que se van”, ¿sabías que ibas a encarar este camino?

—El disco inicia sin intenciones de ser un disco. Fue un cable a tierra que necesité para no volverme loca. Las primeras canciones nacieron en un contexto de mucha depresión, tristeza, ira. Era lo que necesitaba hacer para sacar afuera un montón de sensaciones que me estaban matando por dentro. Así que cuando un gran amigo mío me dijo “grabá esto ya”, me di cuenta de que no tenía que guardármelo, que ya podía compartirlo e incluso hacer unas canciones más para completar la obra.

Presente

—¿Quiénes te acompañan en esta nueva etapa?

—Muchísima gente, muchísima. Pero si hablamos de quienes me acompañan en escena, en lo que es el “set eléctrico”, Luciano Farelli (Parteplaneta), Guillermo Porro y Edu Giardina. Mis tres hermanos y amigos.

—Ahora la composición recae más que nunca en vos. ¿Cómo es tu proceso creativo?

—En ese aspecto la verdad es que nunca dejé de trabajar como lo hago actualmente. Siempre compuse sola y de a poco fui acostumbrándome a producir lo que iba creando. Tengo dos métodos que me encanta como se combinan. Uno es el clásico que nunca voy a perder, con la acústica y mi voz en mi casa. La otra es armar desde cero una idea en un programa de grabación en la computadora. Los resultados son en ambos casos muy distintos pero me encanta como se combinan luego en un disco. Es casi como el encuentro perfecto de lo orgánico con lo más mecánico.

—¿Tocás canciones de “El peso...” y de Connor Questa en esta gira?

—Toco sólo canciones de mi proyecto solista. Más allá de que las canciones de Connor Questa fueron compuestas por mí, me parecería una falta de respeto de mi parte hacia lo que fue la banda si de repente yo continuara tocándolas en otro proyecto. Más adelante quizás alguna canción del primer disco de la banda aparezca, pero más como un gesto melancólico, no como una forma de plantear mi camino a futuro.

—Si alguien preguntase quién es Marilina Bertoldi hoy, ¿qué respuesta le darías?

—Es una compositora y cantante sin límites, miedos, etiquetas y, sobre todo, una artista muy sincera con lo que hace.

—Tenés frases antológicas en tus canciones como “entendí que lo bueno en mí no me salvará”. ¿Cuál es la línea que más te gusta o te define?

—Me encanta el ejercicio de decir lo que cuesta aceptar de uno mismo. El sincericidio es mi trama favorita. Si los artistas no nos permitimos ser atravesados por lo que decimos y no nos desnudamos sin miedos, entonces estamos jugando a lo seguro. Y honestamente, la seguridad no existe, menos aún en el arte.

Objetivos

—¿Cómo van a ser tus próximos meses?

—Ahora la idea es seguir presentando mi “set solo” por todo el país y luego, en la segunda mitad del año en adelante, presentar mi “set eléctrico”, que es con varios músicos en escena y con otra búsqueda que ya se va ajustando a lo que será finalmente mi proyecto solista.

—¿Qué objetivos te planteás en el mediano y largo plazo?

—Por ahora, lo que tengo planeado es grabar un disco a fines de este año para presentar en el 2016. Ya lo estoy armando, y representará mi mayor apuesta artística, mi jugada más desafiante. Jamás sentí lo que estoy sintiendo en este último tiempo. Soy puro instinto y estoy perdiendo el miedo a arriesgar todo el tiempo con las canciones, jugando con los límites y con ninguna certeza, me siento más viva que nunca.

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