SEÑAL DE AJUSTE

Mujer policía con adicionales

 

Roberto Maurer

En el mismo día en que debe salir a buscar apresuradamente una nueva escuela para sus hijos mientras pelea con su casi ex marido, persigue a un delincuente que toma a un rehén y, empuñando su pistola reglamentaria, con un solo tiro arranca la oreja del perseguido. “Soy bastante impaciente y practico todo el tiempo con esta cosa” explica, refiriéndose al arma que acaba de usar. Luego, con su pañuelo, limpia delicadamente las salpicaduras de sangre del horrorizado rehén. A la noche tiene más trabajo, el de custodiar a un magnate del rubro tecnológico que ha sido amenazado y al cual, efectivamente, asesinan.

Será el primer caso a resolver de la protagonista de la nueva serie “Los misterios de Laura” (Warner, lunes a las 21), la detective Laura Diamond de la división Homicidios de la policía neoyorquina, donde por el mismo precio conviven el género policial, la comedia de comisaría y las peripecias domésticas. Con pericia, borrando fronteras, se pasa del crimen al humor, y tanta naturalidad en un producto tan híbrido tal vez no sería posible sin la histriónica Debra Messing (“Will&Grace” y un premio Grammy), amada por el público norteamericano: con la amplitud de su registro, puede alternar con los extremos y pasar sin esfuerzo de la detective en acción al personaje de un dibujo animado.

Niños salvajes

Mientras resuelve un crimen por semana, sufre la pesadilla de un par de mellizos que no parecen tener lugar en la civilización, como si hubieran sido amamantados por animales salvajes. En el capítulo estreno son expulsados de la escuela. El director la convoca y notifica:

—Sus hijos ya no son bienvenidos en este establecimiento.

Desesperada, Laura responde:

—No, no, no. No necesito que sean bienvenidos. Todo lo que quiero es depositarlos en algún lugar a las 8 y retirarlos a las 5.

Ese mismo día, agitado como todos los suyos, Laura Diamond debe encontrar otra escuela donde colocarlos, y no hay. En su desesperación, utilizando recursos de la policía, llega al chantaje: encuentra un auto con varias actas de infracción que pertenece a una profesora y la aprieta para que consiga un lugar en la escuela para sus hijos, si no quiere ir presa. Es un abuso, pero para ella es cuestión de vida de vida o muerte encontrar alojamiento a esas fieras que no puede controlar.

Está separada, todavía sin firmar el divorcio, y sigue enamorada de su marido Jake, también oficial de policía, que quiere volver, pero es un infiel incorregible y no la ayuda con los mellizos, más bien parece festejar la barbarie de sus hijos. Laura resuelve el enigma del millonario asesinado, y el homicida es su propio jefe policial. Al final del episodio, designan un nuevo comisario, un teniente ascendido a capitán que viene de otra seccional. El flamante superior de la protagonista es Jake, su propio ex esposo.

Columbo

La palabra “misterios” en el título de la serie podría ser reemplazada por “casos”, o por “enigmas”, ya que refiere a las cualidades detectivescas de Laura Diamond, que deslumbra por su intuición y capacidad deductiva. En algún momento, en la seccional alguien le dice “Columbo”, comparándola con el famoso investigador de la gabardina. Además, la parte policial de esta ficción se asemeja a las series de los ‘70 y los ‘80, a un punto que el resultado es de una excéntrica ingenuidad.

“Los misterios de Laura” es la versión norteamericana de una serie española que se emitió entre 2009 y 2014. Con la ligereza de un entretenimiento, nos habla de las dificultades de trabajar y criar niños a la vez. No es difícil, es imposible, parece decirnos. Resulta tranquilizante pensar que se trata del caso particular de una madre que no sabe educar a sus hijos y de un padre que ni siquiera lo considera necesario.