En la Sociedad Rural de Calchaquí

Buscan consenso por agroquímicos

CONINAGRO y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL dieron otro paso en su convenio de difusión y capacitación en el tema fitosanitarios. La presencia de productores, funcionarios del arco político y educativo local enriquecieron un debate tan necesario como importante.

Campolitoral

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En la noche del jueves, la Sociedad Rural de Calchaquí albergó una importante jornada de capacitación en el tema agroquímicos. Fue merced a un acuerdo alcanzado entre CONINAGRO y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral. En el evento, el Ing. Agr. Daniel Sánchez, docente titular de la cátedra de Sanidad Vegetal y Secretario de Extensión Universitaria, explicó el escenario global en que se desenvuelve la polémica y detalló algunos avances significativos registrados por su área de influencia a la hora de resolver conflictos.

El docente y extensionista remarcó que el año pasado la alta casa de estudios y la entidad ruralista firmaron un convenio para difundir las actividades realizadas a través de las cooperativas en el Departamento Las Colonias en lo referente a las aplicaciones periurbanas. “Quisimos tener en cuenta los modos de aplicación, monitorear eventuales intoxicaciones y medir el impacto ambiental y alimentario. Desde CODETEA planteamos a partir de 2014 la coordinación de las aplicaciones en todos los distritos del departamento, y queremos que esa experiencia se pueda replicar en el resto de la provincia”, le dijo a Campolitoral. Sánchez admitió que en este último año no tuvieron conflictos, aunque están tratando de adecuar las normas para cada realidad productiva. “En los lugares donde puede haber conflictos intentamos que se trabaje con monitoreo de plagas, un control estricto de las aplicaciones a través de un profesional agrónomo, etc.”, sostuvo. Y agregó que pretenden impulsar un modelo de sistema de control y adaptarlo a cada realidad productiva para generar confianza entre el área urbana y la rural, en donde la participación de la gente del pueblo es vital. La difusión es la otra pata del programa que apunta a conocer los aspectos principales de la ley 11.273, analizar ordenanzas municipales y comunales del departamento, estudiar casos exitosos en la provincia, y seleccionar comunas para iniciar el trabajo. “La idea es trabajar en conjunto para ver cómo nos podemos desarrollar mejor. La ley se ha mejorado con un registro de los equipos, y para mí no deberíamos diferenciar entre cultivos intensivos o extensivos. Insistir en los controles y que se vayan formando los consensos en cada localidad asoma como la salida a los conflictos”, agregó.

Colores y sabores

En el power point proyectado, Sánchez especificó que la tecnología contribuye por medio de la genética y la biotecnología; los cambios en la forma de cultivar, y la disminución de pérdidas por malezas y plagas. “Todas las cosas son veneno, el problema deviene de la dosis. No existen fitosanitarios seguros, existen formas seguras de usar los fitosanitarios, y el riesgo de su toxicidad es por la exposición en el tiempo”, fueron algunas de las frases que más resonaron en el auditorio. “Una simple aspirina, la nicotina, la codehína, los antihistamínicos, el tabaco o el azúcar representan grados similares e incluso mayores que estos productos”.

Luego explicó la tipificación que estipula el grado de peligrosidad de cada producto. El Ia es “sumamente peligroso” y el Ib “muy peligroso” (productos de banda roja), el grupo II “moderadamente peligroso” (banda amarilla), el grupo III “poco peligroso” (banda azul) y el IV, que “normalmente no ofrecen peligro” (banda verde).

Seguidamente, hizo hincapié en los pormenores de la ley 11.273, en la que el Ministerio de la Producción se constituye como autoridad de aplicación, en convenios con municipios y comunas que registran, matriculan a los locales y a su vez se encargan de ejecutar los aspectos específicos. En este escenario, los agrónomos realizan la habilitación profesional del asesor, el control a través de auditorías, la capacitación, la venta de recetas, la habilitación de protocolos y equipos. Los comercios, municipios y aplicadores (terrestres y aéreos) cumplen sus funciones específicas. En este sentido, resaltó la importancia de enfatizar aspectos como la protección para el operario y el triple lavado de envases descartados.

A su vez, remarcó un tema del que no se habla: las plagas urbanas, que se combaten a través del control público y privado domiciliario con los plaguicidas domisanitarios. “El ejemplo de los piretroides (cipermetrina y lambdacialotrina), las que se utilizan en dosis mucho más grandes en uso urbano que rural. Los conceptos de depósito, residuo o tolerancia se usaron para explicar la residualidad de la toxicidad en los alimentos, y el tiempo de carencia, como el tiempo necesario que debe pasar entre la aplicación y la cosecha para que los residuos no excedan la tolerancia”, explicó.

Finalmente, remarcó los aspectos necesarios para mejorar la calidad alimentaria, a través de la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas, la implementación de la trazabilidad para el mercado interno, y educación al consumidor. En el primer aspecto destacan la higiene e inocuidad alimentaria, el medio ambiente (manejo integrado del cultivo y de plagas), y la seguridad de las personas (consumidores y operarios).

A modo de cierre, lanzó un desafío: “cuando te preguntás algo, realmente estás dispuesto a escuchar la respuesta? Si no nos apoyamos, nos caemos”, destacó, en relación a la necesidad de lograr consensos par a poder avanzar.