Ayer por la tarde

Violento asalto en un comercio

Joaquín Fidalgo

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“Pensé que nos iba a disparar. Por eso, sólo atiné a cubrir a mi padre. El ladrón quería más dinero, pero le había dado todo lo que teníamos”, recordó esta mañana Romina Dodea, propietaria de un negocio de indumentaria para toda la familia ubicado sobre avenida Aristóbulo del Valle al 7600.

Ayer por la tarde, su local fue asaltado por un solitario delincuente que nunca se sacó de la cabeza el casco de motociclista. “Eran las 19 y el día transcurría con normalidad. Estábamos con mi papá y tres clientes -dos mujeres y un joven- cuando entró este tipo, que era robusto y tenía en una mano un revólver que me impresionó por el tamaño. Cuando me di cuenta, ya nos estaba apuntando y pedía plata. Parecía muy nervioso y dispuesto a todo. Me daba la sensación de que en cualquier momento iba a apretar el gatillo”, relató la mujer.

“Acá tenemos cámaras de seguridad -agregó-, pero no sirven para nada, porque nunca encuentran a nadie. Es la segunda vez que nos roban. Es la segunda vez que estamos al borde de la muerte. Hace un año, para esta misma época, se me metieron tres tipos armados. Ya llevamos más de tres años que la venimos remando y así tenemos que vivir. No te dan ganas de continuar esforzándote. Estoy muy cansada, pero yo voy a seguir... como pueda, pero voy a seguir. Encima, vemos cómo pasan los políticos y se te ríen en la cara, ésa es la verdad. Los ‘de arriba’ tienen que ‘ponerse las pilas’, se tienen que comprometer en serio”.

“Lo más triste es que a cinco cuadras de acá, en calle French, hay un destacamento con un hormiguero de policías. Están todos juntos, pero por acá no camina nadie. Entre Regimiento 12 de Infantería y Ayacucho, por avenida Aristóbulo del Valle no se ve ningún uniformado. Cuando se los necesita, nunca están”, se quejó Dodea.