La infancia y lo siniestro

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“Interno con figura” (1868) de Adriano Cecioni.

 

Por Nilda Somer

“La habitación de Nona”, de Cristina Fernández Cubas. Tusquets Editores. Buenos Aires, 2015.

Una escritora pasea una exposición sobre los Macchiaioli italianos y termina hipnotizada delante del cuadro de Adriano Cecioni titulado Interno con figura (1867, circa). Hay un encanto especial en describir un cuadro que existe realmente (y que figura en la tapa del libro) y que Fernández Cubas explota con sagacidad. “Una habitación con sólo lo imprescindible. Cama, mesilla de noche, dos sillas, paredes recubiertas con papel pintado... A través de la puerta entreabierta vemos otra puerta. Y junto a la cama, arrodillada o en cuclillas, una niña. La niña es rara. Viste un estricto sayo negro con un pequeño cuello blanco, tiene la cabeza apoyada en la cama y con las manos sujeta un fardo, un lío que probablemente ha hecho ella misma con una sábana. Sabemos por el volumen, que guarda algo en su interior. ¿O se trata simplemente de ropa sucia? Al lado de la niña y de su sábana vemos una sillita de tijera, tal vez una mesa auxiliar, con una caja abierta que nos parece un costurero. ¿Puede ser entonces que lo que guarda la niña en el bulto sea una labor, una mantelería, unas cortinas que ella misma haya bordado? Puede ser. El cuadro encierra una historia que probablemente nunca desvelemos. Pero si nos fijamos mejor ya no diremos que la niña está arrodillada o en cuclillas, sino agazapada. O, mejor, escondida. Como si tuviera miedo. De algo o de alguien que pueda entrar en cualquier momento por la puerta. Es más, probablemente está tan asustada que, sin dejar de sujetar con fuerza el fardo, ha cerrado los ojos. Si ella no ve, nadie la ve. ¡Pobre criatura!”. Un grupo de niños dirigidos por su maestra visitan la muestra y uno de los niños interpreta de una forma personal e inquietante ese cuadro. La narradora cree avizorar algo espantoso en esa interpretación. ¿Qué debe hacer?

El tono, intimismo y lo siniestro de este cuento son de alguna manera representativos de este excelente conjunto de cuentos de Cristina Fernández Cubas (Barcelona, 1945), autora de cinco libros de relatos realmente destacables en -al menos por lo que conocemos en estos lares- anodino panorama de las letras ibéricas actuales.