“La Balandra” Nº 10

La revista literaria que dirige la escritora Alejandra Laurencich llega al número diez, proeza digna de destacarse. Con buenas notas, informaciones, anticipos y presentaciones de escritores porteños, y traducciones y dossiers de narradores extranjeros, La Balandra se distingue ampliamente en el cansino panorama de las revistas literarias de la Argentina.

En este número se destaca un debate sobre la crítica literaria y sus compromisos, responsabilidad y confiabilidad. Una certera definición de Daniel Gigena radiografía el fenómeno tal como se presenta hoy en el país (¿es posible -por otro lado- exigir críticas meditadas y honestas en un país corrupto en todos los niveles?): “El editor del libro elogiado puede ser el que firma la crítica en un medio gráfico o virtual. Existen varias especies, algunas muy caricaturescas: el crítico puede ser amigo del autor/a, su sobrino, su agente literario”.

Laurencich, en su habitual columna escribe sobre el “principio de economía” y asevera que “todo lo que puede evitarse, en literatura deberá ser evitado”. Marcelo Caruso visita la casa de veraneo de Borges en Adrogué (hoy museo), un lugar recurrente en la obra del autor de El Aleph. Una crónica de viaje de Hebe Uhart. Cuatro nuevos escritores de Colombia. Informe sobre once sellos editores independientes surgidos en el país en los últimos años. Estas, entre otras notas y las guías habituales de concursos y novedades completan el índice.