La tecnología destruiría hasta 45 % del empleo

OIT: crece la desigualdad

La Organización Internacional del Trabajo le apunta a los dos fenómenos que afectan el mundo laboral en la economía global: distribución del ingreso e irrupción de la informática.

 

De la redacción de El Litoral

[email protected]

Télam

El crecimiento de la desigualdad en la distribución del ingreso y la transformación en el mundo laboral son los dos principales fenómenos de la economía global que deberán ocupar las agendas y políticas a largo plazo de los gobiernos y los espacios de diálogo multilateral, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El Departamento de Investigación de la OIT, en su informe sobre Perspectivas Sociales del Empleo en el Mundo, expone entre sus principales conclusiones que sólo una cuarta parte de los trabajadores tiene una relación ocupacional estable.

“Hay una toma de conciencia generalizada de que las desigualdades en la distribución del ingreso no pueden seguir creciendo. Tanto la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) como el FMI, el Banco Mundial e incluso el G-20, y por supuesto la OIT, alertaron sobre un fenómeno que puede tener impacto sobre la estabilidad social y el crecimiento mundial”, precisó el economista Raymond Torres desde Ginebra, en el marco de la 104ª Conferencia anual de la organización laboral de las Naciones Unidas.

El investigador en jefe de la OIT resaltó que existe una contradicción al momento de aplicar políticas para revertir la situación, ya que “las más convencionales van en el sentido de resultar en mayores desigualdades. Esto ocurre, por un lado, por una dicotomía entre estos dos factores de crecimiento y reducción de las desigualdades.

“Todavía -dijo- hay algunas esferas, que con cierto temor o ideología piensan que las políticas sociales o fiscales, importantes para luchar contra las desigualdades, restan crecimiento económico”.

Sin embargo, la investigación indica que “tanto las políticas de protección social, como de empleo y fiscalidad, si están bien diseñadas permiten una cosa y la otra”, aunque requieran “inversión por parte del Estado o impuestos progresivos”.

Por otra parte, Torres se refirió al objetivo del programa que días atrás planteó en la inauguración de la conferencia el director general de la OIT, Guy Ryder, de entender la transformación del mundo laboral para llegar al centenario de la entidad, en 2019, con propuestas al respecto.

La preocupación de la entidad en este nuevo fenómeno es “saber si se van a crear suficientes empleos con las nuevas tecnologías que se están desarrollando y de qué calidad serán los trabajos y qué tipo de relación laboral habrá en el futuro. Hay una digitalización de la producción, determinados empleos o actividades se pueden realizar cada vez más con nuevas tecnologías y, en cierto modo, sustituyen el trabajo humano.

“La cuestión -insistió- es si esas nuevas tecnologías van a sustituir al final tantos puestos de trabajo que no se van a crear suficientes. Esto ocurriría por primera vez en la historia del capitalismo moderno, porque siempre que hubo cambios tecnológicos y se destruyeron empleos, se crearon otros”.

Bancarios

  • El titular de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, consintió ayer un aumento formal del 27,8% en un pago para los salarios de su sector. Pero al mismo el principio de acuerdo (aún no firmado), incorpora cláusulas por sumas fijas y compensaciones que elevarían el aumento al 33%.
10-RAYMONDTORRESOIT.jpg

Tal como sucedió con los aceiteros, el “maquillaje” permitiría una homologación respetuosa del “techo” salarial “sugerido” por la Casa Rosada. Kicillof viene argumentando que la desaceleración de la inflación no justifica subas superiores a ese límite; que del 25 al 27% era más que suficiente para defender y hasta mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores alcanzados por algún convenio laboral. Ahora, los metalúrgicos, mercantiles, albañiles y estatales -todos agremiados oficialistas- quedaron por debajo de los logros de sindicatos opositores.

El dato

Sin lógica

  • “Se sabe que las grandes empresas pagan menos impuestos que las pequeñas, paradójico y algo que no se corresponde con ninguna lógica económica de eficiencia”, apuntó el investigador de la OIT. Destacó que el G-20 “ha tomado conciencia de este problema y está intentando atajar este fenómeno mediante coordinación de políticas tributarias para que las grandes empresas tributen también y no solamente pese el impuesto sobre la pequeña empresa y el trabajo”.