Desafía su capacidad física

3_SOLEDAD MORLIO 2.JPG

Soledad Morlio

Tiene 34 años, es pedestrista, maratonista y entrenadora profesional. Extrovertida y de gran concentración, busca permanentemente desafíos que la pongan al límite. Logró el récord de hacer 101 repeticiones de 400 metros en la pista del CARD.

TEXTOS. LUIS GUDIÑO.

 

SUS INICIOS. “Comencé a entrenar a los 16 años en el Club Unión de Santa Fe y, al principio, realizaba pruebas de velocidad como los 100 y 200 metros llanos. Con el tiempo me resultaban muy aburridas porque rara vez teníamos algún torneo así que paulatinamente me fui haciendo corredora de maratones porque es un mundo más sociable y me encanta conocer nuevos amigos y viajar. Para mí el atletismo es mi vida, lo que amo hacer. Lo que soy se lo debo todo a este deporte”.

SU PROGRESO. “Hoy en día, luego de pasar por casi todas las distancias desde 100 metros a 21 km, estoy entrenando para correr maratones (42km). Gracias a mi trabajo como entrenadora personal puedo combinar ambas cosas y practicar. Me levanto a las 6 de la mañana y voy corriendo a la costanera para entrenar alguna chica y allí estoy trabajo a la par de ellas. A veces acumulo hasta 30 km en una mañana. Luego, a la tarde, tengo un grupo (SFC Running Group) en el CARD y a veces me pongo a entrenar con los chicos haciendo cosas más específicas como repeticiones de 400, 1.000, 2.000 o 3.000 metros”.

SUS GRANDES CARRERAS. “Después de casi 20 años corriendo es difícil decir cuáles fueron mis carreras más importantes. Tuve muchas, como la Media Maratón Homenaje a Delfo Cabrera (Armstrong), los 5k McDonald’s (Rosario), el Maratón de la Bandera (Rosario), la Media Maratón “Santa Fe Corre” en Santa Fe, la Maratón Adidas Montevideo (Uruguay), Maratón de Córdoba 42k, etc.. Tengo más de 300 carreras en mi vida y creo que todas fueron importantes. Pero si tengo que decidir cuál de todas fue la más importante diría que fue la primera. Fue en esa carrera donde sentí que esto era lo que me gustaría hacer toda mi vida”.

UN SUPER RÉCORD. “Hace unos días realicé un desafío que quería hacer desde hacía mucho tiempo: emular al mejor corredor de todos los tiempos, Emil Zatopek, en unos de sus entrenamientos más exigentes. Dicho desafío consistió en realizar 100 repeticiones de 400 metros en la pista de atletismo. En los años ‘50 no se tenía mucho control o forma de comprobar si realmente hacían esos entrenamientos. Así que el solo hecho de que fuera sorprendente y que nadie hubiera intentado eso luego de Zatopek lo hacía más que tentador. Primero tenés que lograr cierto estado físico para afrontar ese desafío... No se sabe de nadie que haya hecho eso antes y de repente una mujer intentaba hacerlo. Tuve que sacrificar algunas competencias porque ese entrenamiento es como correr una maratón. Luego de recuperarme unas tres semanas de tres maratones seguidas que había hecho (algo tan loco como el desafío) constantemente le insistía a mi entrenador hacer ese desafío. Él no quería porque tenía algunos dolores de las competencias anteriores pero, apenas se me fueron, me autorizó. Fue el sábado 23 de mayo, a las 10 de la mañana, en el CARD (Cetro de Alto Rendimiento Deportivo). Allí estábamos los dos solos. Calculamos unas 4 horas con 26 minutos. La pizarra está llena de números que teníamos que ir llenando con datos de los tiempos en cada vuelta. La primera fue fácil, el tiempo no era tan fuerte, y así seguimos sumando vueltas y el tiempo iba pasando. Al llegar a la vuelta 10 empezaron a llegar nuestros amigos para alentarme. Los más valientes vinieron listos para correr y acompañarme algunas vueltas. Las horas iban pasando. Por dentro tenía muchas dudas: ¿podré terminar; el ritmo será el correcto; lo lograré? En la vuelta 75 comenzaron los dolores y mis dudas me atormentaban, pero mis amigos estaban allí; alentándome. No podía parar. Era cumplir o cumplir. Así lo hice. Vuelta tras vueltas. En cada vuelta un dolor nuevo. Pero cada vez faltaba menos. Iban 4 horas y solo quedaban 10 vueltas ¡Ya lo tenía! Comencé la vuelta 100 y una energía nueva inundó mi cuerpo de adrenalina, fue la más fácil. ¡Lo había logrado: 100 repeticiones de 400 metros! Fue uno de los momentos más lindo. Más que muchas competencias. Luego mi entrenador mira el reloj y se ve confundido. El había calculado 4 horas 26 minutos a un ritmo de 1 minuto y 40 segundos por vuelta con 1 minuto de pausa. Su reloj marcaba 4 horas 27 minutos. Algo raro había porque ese tiempo que había calculado se alejaba mucho del que hicimos y no tendría que ser así porque -incluso- las vueltas la hicimos debajo de 1 minuto 40 segundos. Por suerte su reloj guarda las vueltas en su memoria y tras ver una por una descubrió que en realidad habíamos hecho 101 vueltas. Por una distracción de los que marcaban las vueltas se habían olvidado de marcar una. Nunca nadie había intentado imitar este tipo de entrenamiento, hombre o mujer, y de repente yo lo había logrado y no sólo había hecho 100 vueltas sino 101”.

PERSONAL

“Mi familia es mi apoyo incondicional, mi fuerza, mi cable a tierra. Mi comida preferida son los sorrentinos con salsa mixta. Uso ropa casual Sport, me gusta estar preparada para correr en cualquier momento. El lugar ideal es cualquiera en donde esté con mis seres queridos. Un paisaje: la Laguna Setúbal y el Puente Colgante: es hermoso correr por ahí. Soy extrovertida, me gusta hacer nuevos amigos y rara vez veo a los atletas como rivales a vencer. Me gusta superarme a mí misma. Me aburren los entrenamientos convencionales y busco realizar desafíos que pongan al límite mi capacidad física”.

SUS RECUERDOS

“Cuando era chica viajaba gracias a la ayuda de Unión pero sólo íbamos a torneos una o dos veces por año. Rara vez íbamos alguna maratón de calle. Fue un momento muy lindo de mi vida y le agradezco por esa ayuda. Ese club siempre ocupará un lugar especial en mi corazón, fue el lugar donde conocí este hermoso deporte. Luego cuando el atletismo dejó de existir en el club, por diferentes razones, comencé a arreglármelas sola. Nunca tuve una ayuda del Estado, pero es algo que ya no me preocupa. Me siento mejor así. Aprendí que si querés lograr algo no podés esperar que otros te ayuden para lograrlo, porque eso quizás nunca suceda. Hay que buscar la forma y hacerlo por uno mismo. Es mi sueño, nadie lo entiende mejor que yo. Muchas veces recibí ayuda de gente que ni desea que lo nombre porque no lo hacen por eso y porque saben mi situación económica y comprenden mi sueño. Esa gente es mi amiga. Tengo la dicha de tener amigos que me ayudan sin que yo tenga que decirles o pedirles nada. Con eso me basta. Al principio corría por curiosidad lograr algún objetivo, luego por un premio o podio, después por batir una marca o ganar un campeonato. Ahora creo que ya corro por todo eso, porque lo disfruto y ésa es mi meta. Cuando deje de disfrutarlo y de sentir lo que siento cada vez que logro terminar una maratón simplemente dejaré de correr... Pero no me imagino una vida sin este deporte”.

así soy yo