Se jugaba la gran final entre Chile y Argentina en el Nacional de Santiago

Hoy debe ser un gran día

  • Llegó el momento de la verdad para dos selecciones necesitadas de un título. Argentina juega su segunda final en menos de un año.
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El enviado especial de El Litoral en el estadio Nacional de Santiago de Chile, escenario de la gran final de hoy. Foto: El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Santiago de Chile)

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El smog no importa ya. Hay nervios, ansiedad, deseos de que todo pase pero mientras tanto, tratar de disfrutarlo. El Tata Martino fue clarísimo en la conferencia de ayer: “No me importa convencer a nadie más que no sea a mis 23 jugadores; y estoy cerca de lograrlo”, dijo con voz firme, casi en el final de la charla con los periodistas.

El Tata admitió que le importa y mucho salir campeón. Es algo que parece natural pero por allí no lo es tanto, porque Martino siempre dijo que a él le importa más el cómo se juega que el cómo se sale. Pero la de hoy es una final. Y como se dice habitualmente, las finales no se juegan, las finales se ganan.

El Tata no puso mucho énfasis en hablar de Sampaoli, a pesar de que lo había elogiado mucho durante la Copa. “Me gusta cómo juega Chile, cómo trata la pelota y cómo ataca”, dijo varias veces Martino. Esta vez lo relativizó bastante, dijo que “no era importante” hablar de este tema, más allá de que esta final tenga tanto de Bielsa, casi impregnado e impreso en fuego en la mente y el pensamiento futbolero de los dos entrenadores. Pero se agarró su cabellera y dijo que “yo me hice el quincho hace poco, antes me parecía más a él”, antes de disparar una de sus tantas carcajadas durante la conferencia.

Son dos técnicos santafesinos que llegan a una final de Copa América, algo que nunca se dio y posiblemente no vuelva a darse. Uno de Casilda, el otro de Rosario. Surgidos de la misma escuela, por más que el Tata tenga muchísimos más puntos de vinculación con Newell's que Sampaoli. ¡Si hasta la tribuna más importante lleva su nombre!. Pero así como siempre se destacó el gran aporte de jugadores que Santa Fe le hizo, históricamente, a la selección nacional, ahora también se hablará para todos los tiempos de una Copa América en la que dos técnicos de nuestra provincia llegaron a una final.

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Los tickets de El Litoral para la gran final. Siempre presente, desde hace 97 años, en los grandes acontecimientos que nos interesan a los santafesinos.Foto: El Litoral

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El escenario en el que, ojalá, esta tardecita suba Messi a buscar la copa. ¿Habrá algún dirigente de la Conmebol presente junto a la presidenta Bachelet para entregarla?Foto: El Litoral

análisis

por Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Santiago de Chile)

ANÉCDOTAS DE VIAJE XXII

  • La primera sensación al llegar al hotel en Santiago no fue de las mejores: nos tenían preparada una cama matrimonial para compartir con el colega. “¿Qué hacemos, ponemos un biombo?”, me dijo, seguramente viendo la cara de susto. “Señorita, nos dieron una cama matrimonial, ¿podrían cambiarnos de pieza porque hubo una equivocación?”, fue el reclamo, hecho con absoluto respeto pero con cierto apuro porque había que trasladarse rápidamente al estadio Nacional por esa tan concurrida avenida Valdivia (imposible olvidarse si uno recuerda quién es el “10” chileno) y llegábamos tarde a la conferencia de Martino. La contestación de la señorita (conserje) nos dejó atónitos, por lo menos a mí: “Ustedes han contratado este servicio, señores”, dijo con voz tajante y tonada chilena.

Lo primero que hice fue mirar a mi compañero colega, ya casi un amigo después de tanto derrotero juntos en Brasil y en Chile. Él me clavó la vista como diciendo: “¡Vos no podés ser tan boludo de pensar que yo hice una reserva de esta naturaleza!”. La chica quedó mirándonos, como diciendo: “Y... ¿toman o no toman la habitación?”. Fueron los segundos más duros... En realidad, la cama era de esas enormes, pero igual. Lo del biombo era imposible, si metíamos unos almohadones en el medio no solucionamos nada... No cabía ningún tipo de duda, nos tenían que cambiar de habitación.

“Está bien señores, les vamos a dar otra habitación, pero será diferente a la que ustedes pidieron, será una standard”, esa voz suave y arrastrando las palabras, casi cantando el final de las frases, me trajo un alivio tremendo. Porque además, el tipo ronca a lo bestia.

Por lo menos, contando esto me alivia la bronca que me agarro en cada conferencia de prensa de Martino por esta persona de apellido Novello que la maneja, que hace sistemáticamente una discriminación, al menos hacia este y otros periodistas del interior. Seis conferencias de media hora cada una y jamás me dio el pase para preguntar. Los periodistas de Buenos Aires, todos y siempre. ¿Sabrá este hombre que la selección es de todos?, ¿sabrá que el país es todo y no sólo Buenos Aires?, ¿sabrá que un medio del interior tiene el mismo derecho que un medio de Buenos Aires?. Levantar la mano en las seis conferencias para nada. Y pensar que algunos ni siquiera levantaban la mano, sólo una mirada o directamente la señal hacia ese periodista para que pregunte. Más todavía, algunos recibían el micrófono y ni siquiera sabían qué preguntar. Discriminatorio. ¡Vamos Argentina!