Desde el miércoles pasado

Acindar está paralizada por un conflicto gremial

  • La empresa se desprendió de 12 trabajadores. El gremio de la UOM dispuso un paro por tiempo indeterminado. Y señala que se inició un plan de ajuste. Empieza a afectar al sector el incremento de las importaciones de acero chino para la construcción de la represa Néstor Kirchner en el río Santa Cruz.
Acindar está paralizada  por un conflicto gremial

Si la planta de Villa Constitución sigue sin producir, eso va a dejar sin materia prima a las de Rosario y San Nicolás. Foto: Archivo El Litoral

 

Germán de los Santos

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La planta de Acindar en Villa Constitución, firma controlada por el grupo indio Arcelor Mittal, está paralizada por quinto día consecutivo por una medida de fuerza lanzó el gremio de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) tras el despido de seis operarios y la decisión de la empresa de no renovar el contrato a otros seis trabajadores.

El conflicto arrancó el miércoles pasado, después de que la empresa desvinculara a seis empleados contratados del área de horno. La UOM lanzó un paro, pero el conflicto recrudeció y la firma de capitales indios despidió a otros seis trabajadores del sector de “colada”. El Ministerio de Trabajo de la provincia propuso una instancia de conciliación voluntaria, pero la oferta no prosperó luego de que representantes de la empresa y los trabajadores se reunieran el viernes en la sede de la cartera laboral y no arribaran a un acuerdo.

“Desde el año pasado la empresa empezó un duro ajuste que lo están pagando los trabajadores. Hay una caída de la producción por el incremento de las importaciones de acero chino”, explicó a El Litoral Silvio Acosta, miembro de la comisión interna del gremio en la acería, quien puso como ejemplo el caso de dos obras de magnitud como la construcción de la central nuclear Atucha III y la represa en el río Santa Cruz que llevará el nombre de Néstor Kirchner.

“El 75 por ciento de la producción de Acindar va al mercado interno, y eso tiene que ver todo con las obras públicas, el resto en gran parte se exporta a Brasil, que por la devaluación bajó sus compras. De ese 75 por ciento había un acuerdo que impedía la entrada de cualquier tipo de acero, sea chino o turco que son de peor calidad en el mundo pero más baratos, y ese acuerdo se rompió. Para Atucha III y la represa en el río Santa Cruz van a entrar de China entre 25 a 35 mil toneladas de acero, y eso lo tendríamos que hacer nosotros”, planteó el sindicalista de Acindar.

El análisis de las causas del conflicto sindical que hizo Acosta tiene que ver con el nuevo mapa económico que empieza a gobernar el país con China como un jugador de peso. La importación de acero proveniente de China se impuso como tendencia en América Latina en los últimos dos años, a la par de los acuerdos comerciales y financieros que Beijing cerró con algunas naciones de la región, como Argentina.

Según las estadísticas de Asociación de Acero de América Latina (Alacero), entre enero y mayo de este año, China embarcó 3,8 millones de toneladas de acero laminado hacia la región, un 12 por ciento más que las 3,4 millones de toneladas registradas en el mismo período de 2014. Argentina fue el país que más incrementó las compras de acero a China: un 420 por ciento en los últimos cinco meses. En gran parte este incremento de la importación de acero tiene que ver con la construcción de la represa en el río Santa Cruz.

Previsiones

Desde la empresa, percibían el escenario que se acercaba. En agosto pasado, José Giraudo, CEO y director general de Acindar, la compañía del grupo Arcelor Mittal, dejó flotando lo que podía venir. En la 20ª conferencia del acero 2014 que se realizó en Rosario fue claro: “La industria del acero deberá prepararse para un escenario que —más allá del conocimiento y la tecnología adquiridos— puede asimilarse a lo que se vivió en los años 80 y 90”.

El ejecutivo explicó en aquel momento que la desaceleración en los niveles de crecimiento de países como China, que traccionaron la demanda de acero en el mundo, anticipan a priori, un nuevo quinquenio más moderado que en Sudamérica y la Argentina en particular, algo sólo es posible revertir aceitando mecanismos de política interna que impulsen la construcción residencial y pública, reduzcan el ingreso de manufacturas con componentes de acero (consumo aparente) y trabajen para erradicar prácticas de competencia desleal.

Unos días después de las reflexiones que lanzó Giraudo, como consecuencia directa de la caída de las ventas, la siderúrgica Acindar decidió parar la producción en la acería durante una semana y por doce días uno de los trenes laminadores, por lo que la firma decidió dar vacaciones a los 2.800 empleados y permitió que se tomen compensatorios durante los días en que no se producirá en el complejo en Villa Constitución. En 2013, Acindar había anunciado una inversión de 578 millones de pesos para la instalación de un nuevo tren laminador en su planta en el sur santafesino.

“Acindardependientes”

El secretario general de la UOM de Villa Constitución, Héctor Ibarra, dijo que Acindar “sigue muy firme en su postura y no acusa el golpe”, al tiempo que advirtió que la medida de fuerza que llevan adelante en la planta “se mantendrá si no hay respuestas positivas”.

Ibarra consideró que “Villa Constitución es una ciudad que vive netamente de la metalurgia. Somos ‘acindardependientes’. Entonces nuestro grado de responsabilidad es mucho más grande, no sólo por nuestros compañeros sino también por la ciudad. Cuando Acindar se detiene también lo hace la actividad de Villa Constitución y la región. Sabemos que si la planta sigue sin producir se van a ir quedando sin materia prima las plantas de Rosario y la de San Nicolás. Pero evidentemente, la decisión de la empresa de llevar esto adelante está. No sabemos bien por qué, porque son apenas cinco contratos”, subrayó.

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“Villa Constitución vive básicamente de la metalurgia”, dijo el titular de la UOM. Foto: Archivo El Litoral