Crecer, crecer, crecer

La foto de la Argentina de hoy muestra a las fuerzas productivas en quebranto. Pero la película sigue, y la agroindustria -si quiere sobrevivir y desarrollarse- debe imponer su impronta en la agenda de la política de los próximos años.

Federico Aguer

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Argentina se adentra de a poco en una etapa definitoria de la conformación social, política y económica de sus próximas décadas.

El desafío es enorme, e implica un hito transformador del que saldrá una nueva etapa. Hacia atrás queda el kirchnerismo, sobre el cual mucho se ha hablado y se hablará, pero hacia adelante se abren interrogantes que sólo nuestras acciones podrán responder.

Hoy, la política discute, chicanea y juega su juego, pero la Justicia, la de las causas inconclusas, todavía sigue esperando su turno.

Los virulentos casos de justicia por mano propia, entre otros ejemplos, evidencian la precariedad cívica a flor de piel de los argentinos de a pie. El emblemático caso AMIA, por caso, necesita sí o sí un cierre que condene a los responsables. Y que nuestro país, el mismo que marcó el camino de los derechos humanos en el juicio a las juntas militares, vuelva a dar la nota por descubrir a los asesinos y sus encubridores, condenarlos y encarcelarlos.

El campo sigue liderando el camino: mientras desde las rutas reclama mayor respeto a las instituciones, en Rosario, un nuevo Congreso de AAPRESID les enseña a los políticos las claves para producir más alimentos preservando el recurso suelo.

Argentina visceral, primitiva y tribal. País que retrocede y que avanza: sumatoria histórica de impotencias y miserias que frenan enormes potenciales. Único lugar del mundo donde los pasajeros aplauden cuando un avión aterriza. Porque sabemos que en caso de una tragedia, la justicia nunca llegará.

Se necesita una nueva clase de dirigentes políticos, agropecuarios, empresarios, sindicales, periodistas, que piensen distinto, mejor, a futuro. En esto, poco tiene para hacer el nuevo presidente, ya que el cambio debe llegar desde abajo. “Crecer, crecer y crecer”, nos dijo Espert en medio del campo. No queda otra.