Pioneros del trabajo grupal

GEA San Carlos: todos juntos pueden más

El Grupo de Experimentación Agrícola festejó 35 años desde su conformación en 1980. El pensamiento práctico y la innovación les permitieron seguir en carrera y sortear las sucesivas crisis que impactaron en el sector.

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Satisfacción. Los años compartidos hicieron de los miembros un grupo de amigos, aunque sin descuidar el negocio.

Foto: Juan Manuel Fernández

 

Campolitoral

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Pioneros en el trabajo grupal, así como en la aplicación de esquemas asociativos para comercializar la producción o adquirir insumos, el Grupo de Experimentación Agrícola (G.E.A) San Carlos cumplió este 7 de agosto nada menos que 35 años ininterrumpidos de intercambios técnicos y prácticos con un sólo objetivo: hacer sustentable la producción lechera.

Asesorados desde el primer día por el ingeniero agrónomo Edgardo Bosser, el grupo está formado por Rene Ignacio Eberhardt, Renato Rabellino, Alejandra, Marcelo y Hugo Cane, Raul Varayoud, Ernesto Ricardo Figlia, Miguel Angel Colla, Cristian Eberhardt, Hector Kuchen,y Ariel y Tito Vijod. La mayoría cuenta con más de 30 años como miembros.

Las explotaciones agropecuarias están ubicadas en los distritos San Carlos Centro, San Carlos Sur, San Carlos Norte y San Agustín, en el sur del departamento las Colonias, una región con potencialidad productiva tanto agrícola como ganadera.

Orgullosos de semejante continuidad, remarcan como principal logro haber constituido “sistemas estables” que sortearon las reiteradas crisis que atravesó el sector, solidez que se comprueba al haber segundas y terceras generaciones de tamberos que continúan con la actividad en las mismas explotaciones de origen.

“Difundimos el modelo porque creemos que es una mecánica que permite a los productores acompañar el avance tecnológico, la elección de nuestra mejor alternativa, porque se trabaja en un clima de armonía aun en el disenso, porque aparecen ideas de todo tipo que favorecen el crecimiento, el ahorro, la seguridad, la estabilidad, la iniciativa, anticipar en parte el futuro, la organización y en esencia el destino de nuestras explotaciones”, explicó Bosser a Campolitoral.

Innovación

Desde 1980 el sistema de trabajo consiste en reuniones mensuales en las que se intercambia información, experiencias y opiniones sobre la producción. Durante mucho tiempo esos encuentros fueron en el establecimiento de algún miembro, pero en los últimos años sólo recurrieron a esta dinámica si algún hecho excepcional lo requería. En un mundo hiperconectado y con el negocio más dependiente de la ingeniería financiera que de las técnicas productivas, ahora se juntan en una oficina a deliberar, por ejemplo, sobre estrategias comerciales o tendencias del mercado. “Hoy la información y el análisis es el factor más importante para la toma de decisiones, y sobre esto se centra el mayor accionar del Grupo”, explicó el asesor.

El G.E.A. en su historia cuenta con acciones pioneras en lo que respecta al trabajo grupal. Por ejemplo la incorporación de alfalfas de menor reposo invernal, la compra en forma asociativa de maquinarias, la comercialización de la producción láctea en forma conjunta, la implementación de círculos de ahorro interno, la compra en conjunto de insumos, así como otras de menor trascendencia.

Productores y asesor comparten la idea de que la honestidad de ambas partes al momento de “poner sobre la mesa” las necesidades, el pensamiento familiar, sus ambiciones y sus metas son la clave de éxito del grupo y de cada una de las empresas que lo componen.

Modernización

Al momento de la conformación definitiva, el 7 de agosto de 1980, el grupo lo integraban 7 pequeños productores lecheros, a partir de la idea surgida entre algunos miembros de un centro de Inseminación artificial que funcionaba en la zona y que había significado la primer acción técnica grupal en la Zona.

En su comienzo, la casi totalidad de la superficie del grupo -unas 500 hectáreas- se dedicaban a la actividad lechera y sólo el 10-12 % de las tierras se usaban para agricultura. “Esto los definía como pequeños productores”, indicó Bosser. Hoy cuentan con mas de 1.900 hectáreas en producción, entre propias y arrendadas, que se reparten por igual a producir granos y pasturas. “Ahora se definen para la zona como medianos productores”, dijo el asesor, quien con 35 años al frente del grupo también representa un hito en el extensionismo del país. Y agregó: “según los productores se trata de una decisión que pasa por la confianza más que otras cualidades que (sin descartarlas) debe tener un Ingeniero asesor”.

 
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Aquel adelanto. Algo tan básico como el boyero eléctrico fue, en los comienzos, una de las primeras innovaciones del grupo.

Foto: Juan manuel Fernández

LAS CLAVES

Cuando se les pregunta acerca de los fundamentos del éxito, los tamberos del GEA San Carlos no dudan en señalar el diseño de “sistemas estables”, que definen por:

-pasto de calidad y con alta participación en la dieta

-autoabastecimiento de alimento concentrado (granos)

-establecer buenas relaciones con el personal

-diversificarse en planteos mixtos

-compras en conjunto

-programar las actividades

Hitos en la región

  • Los miembros del GEA San Carlos aseguran que los verdaderos shocks productivos fueron primero el boyero, después las alfalfas sin latencia y en tercer lugar la producción de reservas programadas.

También se jactan de haber constituido “el primer pool de leche de la Argentina” con apenas 4.200 litros entre 9 productores en el año 1985. Lo que hoy parece austeridad, en aquella época era muy valioso. “Hacíamos estudiar a nuestros hijos”, recuerdan.

Más tarde, en los 90, haría su irrupción la agricultura moderna, que también aportaría eficiencia a fuerza de adelantos biotecnológicos como los materiales resistentes a insectos o herbicidas, rotaciones, híbridos y hasta los rollos -que hoy parecen tan normales- fueron una novedad. Luego del 2000, la “profesionalización de la empresa” fue la consigna que los guió.

Cuando se juntaron “con la mira puesta en levantar la producción”, apenas conseguían 38 kilos de Grasa Butirosa (GB) por hectárea al mes. Entonces le apuntaron primero a la alimentación de la vacas, luego incorporaron el boyero y consociaron praderas. Gracias a las herramientas modernas, pero sobre todo al coraje de tomarlas a tiempo, actualmente consiguen unos 180 kilos de GB/ha (entre 7.000 y 8.000 litros) al mes.