Nada reemplaza al afecto

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Como todos los años, cuando se acerca el Día del Niño aumenta la oferta de juguetes y juegos de moda. Sin embargo, ese fecha no se reduce solo al consumo: nada reemplaza el tiempo y el afecto que los padres brindan a sus hijos, según el autor.

FUENTE. PSIC. SANTIAGO GÓMEZ, DIRECTOR DE DECIDIR VIVIR MEJOR Y DEL CENTRO DE PSICOLOGÍA COGNITIVA.

 

El Día Universal del Niño fue instituido hace más de 60 años por la Organización de las Naciones Unidas, con el fin de celebrar los derechos y el estado de bienestar de todos los chicos del mundo. Por lo tanto, lo más importante no es lo que le regalamos a nuestros hijos sino lo que como padres enseñamos y transmitimos.

Recordemos que una de las formas que tienen los pequeños a la hora de aprender es mediante el aprendizaje vicario o por imitación; de ahí la importancia que tienen las conductas de los padres en relación con lo que comunican a sus hijos. Algunos consejos a tener en cuenta pueden ser:

- Expresar y demostrar el afecto a los hijos.

- Tener una actitud comprensiva.

- Hacerse el tiempo para compartir con los chicos.

- Escuchar sus necesidades e inquietudes.

- Enseñar a los niños a valorar lo que tienen.

- Hablarles sobre sus derechos.

- Tener en cuenta que los límites lo ayudan en su organización psicológica.

- Tener presente que los objetos materiales costosos no reemplazan el tiempo y el afecto que los padres brindan a sus hijos.

ACEPTACIÓN

¿Puede generar sufrimiento no recibir el regalo que el niño esperaba? Esto va a depender de los aprendizajes que el niño haya desarrollado, es decir, de poder aceptar que no siempre va a tener todo lo que quiere.

No son los hechos del exterior los que nos perturban sino qué tipo de pensamientos -positivos o negativos- tenemos al momento de interpretar los sucesos que se nos presentan. Un pensamiento rígido y desadaptativo podría ser: “Si no recibo el regalo que quiero, me voy a poner muy mal”.

En cambio, una interpretación flexible y saludable sería: “Me gustaría recibir una computadora para el Día del Niño pero, si no se puede, voy aceptar otro regalo”. Es decir, que de acuerdo a lo que el niño piense es cómo se va a sentir.