El día del niño

El día del niño

Otras vez los más chiquitos de esta sociedad debemos soportar que nos manoseen y nos cambien la fecha de celebración, nada menos que por las elecciones. Como para que tu nene vaya entendiendo cómo viene la mano: los niños estarán primero, pero después de darle paso a las paso. En esta nota, me agrando.

TEXTOS. NÉSTOR FENOGLIO ([email protected]). DIBUJO. LUIS DLUGOSZEWSKI ([email protected]).

 

La desregulación de la fecha real del día del niño, acaso el menos discutido de los días del calendario, traerá consecuencias nefastas e irreversibles. Hace poco tiempo, la fecha era el primer domingo de agosto, en algún momento el tercer domingo de agosto; pero eso fue cambiando y ahora es una fecha flotante, mínima, vital y móvil (como el salario, que sigue siendo mínimo aunque ahora es mortal e inmóvil).

Los fabricantes y vendedores de juguetes descubrieron hace ya un tiempo que el primer domingo del mes mucha gente no cobró y en consecuencia no tiene dinero para pasar culposa o gustosamente por la juguetería. Un ejemplo es este mes; el primer domingo fue 2: sólo un mínimo porcentaje de los asalariados cobró, por lo que están inhabilitados para pasar por juguetería alguna: lo siento.

El tercer domingo de agosto, para muchos, ya es tarde: este mes, por ejemplo, cae 16. La gente no sólo ya cobró, sino que ya gastó todo.

Entonces, la fecha ideal para festejar el día del niño, parece (los nenes no fuimos consultados), es el segundo fin de semana de agosto: ya cobró todo el mundo y no todo el mundo gastó todo. Pero la política metió su uña y cuña poderosas y arremetió con la neo fecha del niño, ahora nuevamente desplazada hacia su antigua posición original: tercer finde de agosto. Un kilombo, bah. De tanto llevar y traer, ni los pibes saben cuándo presionar (y por las dudas presionan siempre: los alevosos ya quieren declarar a agosto como el mes del niño), ni los papis sabemos exactamente cuándo encarar para la juguetería.

Esa confusión también se traslada a la esfera (si es que es una esfera...) pública. Ya hay muchos municipios y comunas que festejaron el día del niño. Eso genera situaciones muy duras de niños de determinados lugares ya con sus juguetes nuevos, contra otros con cara larga y esperando por la revancha.

Y esta variación constante también le quitó fortaleza a la antes inamovible celebración del día del niño. Y cualquiera se le anima ahora. Voy a dar ejemplos: mientras algunos festejaban el domingo pasado (2 de agosto) el microdía del niño, también lo hicieron los trabajadores hoteleros gastronómicos, y resulta que es además el día del campesino y, en la liturgia católica (también el santoral fue decreciendo en importancia), el día de Nuestra Señora de los Ángeles. Un chistoso argentino está además embarcado en la noble tarea de imponer el 2 de agosto como día del hijo de puta. No sé el autor de la iniciativa (capaz que la fecha es autobiográfica), pero tengo amigos que exclamaron de inmediato que tenían a un puñado de personas conocidas para saludar.

Y el 9 de agosto, además de celebrarse las Paso nacionales que desplazaron la pretensión de los jugueteros de instaurar allí el día del niño, pues es san Arturo, el día de los pueblos originarios, el día de la meditación (nada que ver con el voto) y el del maestro de educación especial.

El 16 de agosto, día en que aterriza el vapuleado día del niño en este año, se comparte con el egresado universitario, con san Roque, con el ingeniero forestal y con el despachante de aduana.

Así que el año que viene vamos a ir estudiando cómo viene la mano. Creo que el día del niño caerá en un día, quizás de agosto, después del cobro y antes del gasto total, en que no haya elecciones de nada ni nuevos días vengan a prepear al de los gurises, con alineación de planetas, insonorización ciudadana masiva, restauración y homogeneización del agujero de la capa de ozono, convenios con los chinos, con Arturo o Roque, con los despachantes de aduana, los controladores de pingüinos y los inspectores de mariposas monarcas. Y ahí sí, con los ojos trémulos y el abrazo emocionado, vamos a decirle a ese pequeño cretino -que también tiene lo suyo-, ¡feliz día del niño!