En un año y medio, Colón concretó cinco ventas que dejaron más de 7 millones de dólares...

Enrique Cruz (h)

Los revuelos políticos —que siguen— y los resultados deportivos que preocupan, no permiten medir algunos parámetros de la vida institucional de Colón que han funcionado, como por ejemplo el de las inferiores.

Hace unos seis o siete años se hizo una apuesta fuerte tanto en lo estructural como en el material humano, pensando en un futuro del fútbol argentino con muchas complicaciones económicas. Alguna vez, visitando Santa Fe cuando se estaba por inaugurar la pensión del predio, Julio Grondona dijo que “el éxito deportivo de un club se produce cuando se puede armar un equipo con jugadores propios”. Ni más ni menos que el ex presidente de la Afa apuntó al armado de un plantel nutrido de jugadores de inferiores con fuerte ascendencia sobre el resto. El tan mentando sentido de pertenencia que tanto cuesta encontrar.

No es sencillo armar, por cuestiones presupuestarias, un proyecto de esta naturaleza, pero en Colón se fueron dando pasos muy importantes desde la construcción de un magnífico predio (que pocos clubes poseen en el fútbol argentino). Y fueron saliendo jugadores, algunos de ellos con un crecimiento contínuo y hasta exponencial, y otros que quizás no tuvieron las mismas oportunidades ni tampoco exhibieron una continuidad en cuanto al rendimiento que les permitiera asegurarse un lugar. Pero salieron y siguen saliendo jugadores.

Una vez, Jorge Griffa, en una visita a Santa Fe, habló de seis o siete años, cuando se le preguntó cuánto dura un proyecto de inferiores hasta que rinda los frutos esperados. Cinco años fue el tiempo que estuvo trabajando Rubén Rossi en Colón, más estos casi dos años en los que hubo una fuerte presencia de Miguel Robledo (hoy coordinador), otro de los hombres capacitados que tiene Santa Fe a la hora del manejo del área de juveniles.

Esto no pone bajo la lupa ni minimiza lo que se hizo antes en Colón. En definitiva, alguien formó alguna vez a Carignano (vendido por Vignatti en 4 millones de dólares al Basel de Suiza) o a Prediger, que en el 2009 se fue por una cifra parecida al Porto de Portugal. Y antes, también hubo gente que, con muchos menos elementos para trabajar, le vio pasta a un Verdirame o a un Hugo Ibarra. Pero si para muestra vale un botón, pregunto: en un mercado nacional e internacional deprimido como el actual, ¿qué club vendió cinco jugadores surgidos de las inferiores en un año y medio?. A saber:

* Por Gabriel Graciani, Estudiantes pagó 800.000 dólares y un porcentaje de José Leudo.

* Por César Marcelo Meli, Boca pagó 750.000 dólares por el 50 por ciento del pase. Colón mantiene el otro 50 por ciento. Es socio de Boca en la futura negociación y cuando se hizo el pase, en medio del Mundial pasado, también Independiente se interesó.

* Por Lucas Mugni Colón recibió al contado 1.250.000 dólares por parte del Flamengo de Río de Janeiro y se quedó con el 10 por ciento de una futura venta.

* Por Carlos Martín Luque, el Inter de Porto Alegre debió pagar 2.400.000 dólares. Una parte se hizo efectiva en tiempo y forma, pero los brasileños todavía le deben cerca de 800.000 dólares que ya fueron reclamados vía Fifa por Colón.

* Por Lucas Alario, Colón recibió 1.225.000 dólares (unos 10.900.000 pesos) por el 30 por ciento. River tiene una opción por otro 30 por ciento por la misma cifra en junio del año que viene. Colón mantendrá el 40 por ciento de los derechos económicos y es socio de River en la futura negociación.

No está de más mencionar los 2 millones de pesos que entraron al club en su momento, cuando se producía la debacle de la anterior comisión directiva, por los juveniles Roskopf y Chicco, transferidos a Boca. Y si hilamos más fino aún, los 7 millones de dólares que ingresaron al club en 2010 por la transferencia de Facundo Bertoglio al Dynamo de Kiev en 2010.

El mencionado Bertoglio y Lucas Mugni fueron citados a la selección mayor, pero hubo varios de estos chicos cuyos nombres aparecieron en las juveniles. Luque jugó un Mundial sub 20 y fue figura del equipo. Y la lista se engrosa con Graciani, Mehring y Marcos Fernández, más los dos pibes que se fueron a Boca. Y no sólo eso, porque con apenas 15 años cumplidos o por cumplir, hay que sumar a Brian Galván, Tomás Moschión y Tomás Ponce, tres categoría 2000 que están siendo observados para el Sudamericano por Walter Coyette, el técnico de la sub 15 que mantiene una excelente relación con Miguel Robledo.

Si se observa el listado de jugadores que aparecieron en el plantel superior en los últimos siete años, se deduce que hay una importante presencia de jugadores de inferiores. A los nombrados, hay que sumar a Belinetz, Peña y Lucas Comachi, que hicieron la pretemporada, más otros jugadores como Prieto, Giovanini, Bauza y Marconatto (el mismo que se había ido a Italia y regresó), que están siendo observados.

No caben dudas: hay que seguir trabajando en este rumbo. En Colón, la idea prendió y ha sido una de las cosas que se hizo bien. Ayudó y ayuda en lo deportivo, pero también en lo económico. Entraron casi 7 millones de dólares en un año y medio y se mantienen porcentajes de jugadores que están triunfando, como Meli y Alario, y que pueden significar un desahogo trascendente para el futuro.

El caso Vélez

Siempre se puso a Vélez —y a Lanús— como clubes “modelos” de manejo económico y trabajo de inferiores. Hoy, la entidad de Liniers asiste a un mal momento deportivo producto de la necesidad revelada por su presidente, Raúl Gámez, de bajar contratos onerosos y darle salida a varios jugadores.

“Le hemos dado muy pocas cosas a nuestro técnico para que trabaje”, dijo hace poco el máximo dirigente del club de Liniers. Y basta con repasar el plantel profesional para darse cuenta de que a excepción de Cubero, Somoza, Desábato, Iván Bella, Caraglio y Nanni, el resto son jugadores muy jóvenes, la mayoría surgido de divisiones inferiores.

Más allá del momento económico difícil que está pasando Vélez —que no es ajeno al resto de las instituciones del fútbol argentino—, la decisión de hacer esta apuesta seguramente se fundamenta en este torneo de 30 equipos que le permite tomarse un año de reformulaciones y pruebas, sin priorizar alguna pretensión de protagonismo.

Alario en la mira del Sevilla

Monchi, director deportivo del Sevilla, ya tiene perfectamente identificado al posible relevo de Fernando Llorente, en caso de que las posibilidades de fichar al delantero de la Juventus acaben complicándose demasiado.

El director deportivo del Sevilla mantendrá una reunión con los agentes de Lucas Alario, el último gran ídolo de River Plate y gran artífice del triunfo del conjunto argentino en la última edición de la Copa Libertadores.

Según se ha hecho eco Todomercado, River Plate ya ha rechazado una propuesta de 9 millones de euros que habría presentado el Génova por el jugador para incorporarlo en enero del año que viene, a la espera de conocer cuál puede ser la oferta que hará por él el Sevilla.

Cabe recordar que Colón es propietario del 70 por ciento de los derechos económicos, pero River tiene la opción de comprar hasta junio del año que viene otro 30 por ciento por 1.225.000 dólares, y que es dueño de los derechos federativos hasta junio del año que viene por lo menos. En el futuro, Colón se quedará con el 40 por ciento de una venta.

Si River negocia a Alario en una cifra superior a esos 9 millones que habría ofrecido Génova, estaremos hablando de un negocio que a Colón le podría representar más de 5 millones de dólares en total por el pase del delantero que llegó de San Lorenzo de Tostado a la entidad rojinegra.