El teatro de Pushkin

Por Julio Anselmi

“Teatro completo”, de Alexandr Pushkin. Colihue. Buenos Aires, 2015

A las versiones de la novela en versos Eugenio Oneguín y de los cuentos de Alexandr Pushkin, faltaban sumarse buenas traducciones de sus composiciones dramáticas. Ha venido a colmar ese vacío la muy buena edición que Colihue acaba de publicar con traducción, notas e introducción de Eugenio López Arriazu.

El volumen se abre, desde luego, con el drama mayor de Pushkin, Boris Godunov, escrito en 1824-25 (pero, por problemas de censura, que incluso implicó variaciones en el texto, fue publicado en 1831) que cuenta sucesos basados en (hoy discutidas) fuentes históricas, especialmente las de Karamzín a quien está dedicada la obra, y cuya base es la llegada al trono del zar por parte del usurpador Boris Godunov, merced al asesinato perpetrado contra el heredero de la corona imperial, Dimitri.

Sólo en seis de las veinticuatro escenas de la obra aparece Boris Godunov. La trama comienza antes de que sea coronado como zar y finaliza después de su muerte. Primero lo vemos refugiado en un monasterio mientras los guardias azuzan al pueblo para que aclamen a Boris como soberano. Después, en Moscú, mientras la multitud espera la solemne ceremonia.

Como señala Eugenio López Arriazu, “Godunov es un hombre de acción que está enfermo. La tragedia prepara su desenlace. De las seis escenas en que figura Godunov, aparece en tres ya sea enfermo o agonizando. Pero hasta último momento, en su discurso final a su hijo, se mostrará como un soberano preocupado por los asuntos de Estado para quien el bien y el mal son instrumentos políticos”.

La época y el pueblo son los personajes principales de la obra. La sed de poder y el pueblo manipulado para fines egoístas son el tema. La profundidad del planteo de Pushkin, de todos modos, supera los esquemas simples, y formalmente significó una revolución en el teatro ruso.

El resto de las obras dramáticas ofrece una visión enriquecedora y completa del gran padre de la literatura rusa.